Nacido en Huelva en 1895, se formó en la Academia de Bellas Artes de Huelva, bajo la dirección del pintor Antonio de la Torre y López y, sobre todo, de Eugenio Hermoso.

Cortés supuso un cambio revolucionario en la concepción regionalista de la pintura de Hermoso y Manuel Cruz en Huelva. Dotado de una técnica precisa y rápida, su obra se caracteriza por su variedad técnica, tanto en sus construcciones medidas y escuetas, como afirmara Rogelio Buendía, como en sus entonaciones cromáticas vibrantes y fogosas, no muy al gusto de la estética local de la época.

Tiñó sus excelentes paisajes de una fuerza colorista sin complejos, dotados de la misma calidad que su competidor y amigo Pedro Gómez a la hora de conquistar y descubrir la naturaleza periurbana onubense, al igual que sus retratos, de honda indagación psicológica. Dentro de su obra académica realista y regionalista, en nada costumbrista, cabalgaba por insinuaciones simbólicas y expresivas hasta la fecha desconocida en Huelva que, en palabras del poeta Rogelio Buendía, “marca la evolución de Rafael Cortés hacia la exaltación del natural. Sin conocer a Cezanne va por rutas idénticas al maestro del arte moderno, sigue las rutas de la exaltación de la naturaleza”. [...]