La formación artística de Pedro Gómez comenzó en la Escuela de Artes e Industrias de Huelva, de la mano de los profesores Adrián García Agés y Manuel López, y en la Academia de Bellas Artes de Huelva con el pintor murciano Antonio de la Torre.

Con prontitud, la obra de Pedro Gómez conquistó la sociedad onubense debido a su sencillez y, sobre todo, por su sensibilidad, pues atrapó impresiones paisajísticas hasta ese momento desconocidas en la pintura local. A finales del siglo xix artistas como Antonio Matarredona o Fernando Martínez Checa comenzaron a plasmar por vez primera los paisajes provinciales, pero fue Pedro Gómez, influido en un primer momento por el realismo de Carlos de Haes y de los “airelibristas” sevillanos y malagueños, y a partir de 1919 por el colorista y alegre impresionismo de Joaquín Sorolla, al que conoció en Huelva y Ayamonte, quien determinó no sólo un procedimiento estético y una forma de interpretar la naturaleza, sino que idealizó unos paisajes hasta consagrarlos en la memoria de una población: El Conquero y las orillas de los ríos Tinto y Odiel. [...]