Bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol en Ribagorda. Hijo de Diego García de Julián y Manuela Page. Su padrino bautismal fue su abuelo Domingo Page Collados.

Terminó los estudios eclesiásticos en el seminario de Cuenca. Allí fue nombrado catedrático de Filosofía en 1799 y en 1781 catedrático de Física y Química experimental. En 1804 obtuvo la cátedra de Teología Moral y fue nombrado, en 1806, párroco de la iglesia de San Andrés de Cuenca.

Fue elegido diputado por la provincia de Cuenca en las Cortes de Cádiz, donde obtuvo cinco votos de los ocho posibles para su elección. Juró su cargo el 5 de octubre de 1813 junto al diputado Domínguez y León. Durante su labor como diputado, se le nombró secretario de la Comisión de Instrucción Pública, el 10 de octubre de 1813, a través de la cual solicitó en numerosas ocasiones la regulación del plan de enseñanza, o en su defecto y hasta que se aprobase, se pusiera en vigor el plan de 1807 de José Antonio Caballero. Demandó también la publicación de un nuevo catecismo nacional, que debería ser aprobado por una comisión formada por seis obispos, así como el establecimiento de una junta de censura, corrección y costumbres, que debería depender del poder civil pues, según García Page, “sin costumbres no puede haber ni leyes ni libertad”. Asimismo, participó en otras comisiones como la asignada a los asuntos de Ultramar, la de gobierno interior, para la que fue nombrado el 15 de noviembre 1813, o en la encargada de recibir a la Regencia. Participó activamente en numerosos debates, entre los que destacan sus proposiciones, como la del 16 de octubre, en la que propuso que todo escritor español publicase sus obras en castellano, solicitó el pago inmediato de las asignaciones retrasadas a las viudas de la Guerra de la Independencia y planteó la obligación de los sacerdotes de vivir en sus parroquias y no en viviendas personales, durante sus labores pastorales. Propuso también que en la moneda se añadiese después del lema “Fernando VII por la gracia de Dios” las palabras “y la Constitución”. De igual manera, opinó sobre la publicación y reglamento del Diario de cortes y que en la Real Biblioteca Pública y en todas las de provincia hubiese un ejemplar del último índice expurgatorio del Tribunal de la Inquisición. [...]