Timoteo Domingo Palacio se licenció en ambos Derechos, cursó después estudios en la Escuela de Paleografía y Diplomática en Madrid, ingresando como oficial tercero de su Archivo el 1 de agosto de 1855. Fue nombrado archivero general por acuerdo de 11 de agosto de 1870, cesó en sus funciones el 21 de febrero de 1890 y murió al año siguiente el 8 de septiembre. La inquietud intelectual, que siempre le distinguió, está en la base de sus trabajos. Inventarió los archivos de Corregimiento, Beneficencia y Contaduría, publicó la primera colección de documentos históricos municipales, participó en la organización de las primeras actividades de difusión del material bajo su custodia, organizó exposiciones y centenarios, incluso, a él se deben los primeros proyectos para la creación de un museo municipal y un archivo fotográfico de Madrid que por desgracia no llegaron a buen puerto. Pero lo esencial de su trabajo reside en su aportación a la teoría y práctica de la organización de archivos, siendo su obra clave el Manual del empleado en el Archivo General de Madrid [...]. Trata en dicha obra de la clasificación de los documentos, basada estrictamente en las instituciones productoras. Incluye un modelo de cuadro de clasificación y lo fundamenta explicando la naturaleza de esas instituciones, cómo ejercieron sus actividades y cuáles fueron los resultados documentales. [...]