Mancio, San. ?, p. m. s. vi – Évora (Portugal), s. m. s. vi. Mártir, santo.
Las noticias que se poseen sobre san Mancio son tan escasas y contradictorias que ni siquiera se puede asegurar la fecha de su muerte. Parece ser que se trataba de un siervo originario de Roma, de donde se trasladó con sus dueños, que eran judíos, a una finca que éstos poseían en las cercanías de Évora. Allí fue coaccionado para que apostatara, pero Mancio se mantuvo firme en su fe cristiana, a pesar de las torturas que le fueron infligidas. Obligado a realizar penosas tareas agrícolas de sol a sol, murió a consecuencia de tales padecimientos, siendo su cuerpo enterrado en un estercolero, quizás con la finalidad de ocultar su muerte. Descubierto unos años después, fue dignamente sepultado y sobre su tumba se levantó una magnífica basílica.
El martirio de Mancio pudo tener lugar a finales del siglo vi o principios de la centuria siguiente. Su cuerpo sería descubierto hacia mediados del siglo vii, cuando aún vivían algunas personas que lo habían conocido, y poco después se escribiría el relato de su pasión. Leyendas posteriores hicieron de san Mancio discípulo directo del Señor, encargado hasta de ayudar a Cristo a lavar los pies en la última cena, y primer obispo de Évora. Incluso, a finales del siglo xvii surgió la idea, sin fundamento alguno, de que Mancio era originario de la ciudad italiana de Cesena.
Las reliquias de san Mancio sufrieron varios traslados; en el siglo xi la cabeza del mártir estaba en el monasterio de Sahagún, lo que sin duda debió de potenciar su culto en las iglesias castellano-leonesas. Su fiesta se celebra el 21 de mayo.
Bibl.: A. Fábrega Grau, Pasionario hispánico, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1953, pág. 227; P. Burchi, “Mancio”, en VV. AA., Bibliotheca Sanctorum, vol. VIII, Roma, Istituto Giovanni XXIII, 1966, col. 627; J. M. Fernández Catón, San Mancio. Culto, leyenda y reliquias. Ensayo de crítica hagiográfica, León, Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1983; P. Riesco Chueca, Pasionario hispánico. Introducción, edición crítica y traducción, Sevilla, Universidad, 1995, págs. 324-333.
Miguel C. Vivancos Gómez, OSB
