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María Lobo de Meneses

Biografía

Lobo de Meneses, María. María de la Visitación. Lisboa (Portugal), 1551 – p. t. s. xvii. Mística desviacionista.

Hija de Francisco Lobo, embajador del rey Juan III en la Corte de Carlos V, y de Blanca de Meneses, ambos de nobleza muy principal, María de la Visitación protagonizó el mayor escándalo religioso del siglo xvi. A los once años ingresó en el monasterio de la Anunciada de Lisboa, tomó el hábito de novicia y se preparó para la profesión religiosa, que hizo a la edad de dieciséis años. En 1575 tuvo su primera gran experiencia mística al modo de Catalina de Siena y apareció estigmatizada por la corona de espinas. Después, en 1578, le hizo Dios otro favor más especial: la lanzada en el costado, entendida en la tradición medieval como una puerta de entrada al cuerpo de Cristo. Dada su reputación de santidad, fue elegida priora a mediados de 1583. El 7 de marzo de 1584 se le grabaron los estigmas de la crucifixión en pies y manos, y desde entonces todos los viernes le salían cinco gotas en forma de cruz de la llaga del costado. Pronto comenzaron a atribuírsele milagros sin número. Las oraciones suplicantes de la monja y la aplicación de los paños con las cinco gotas de sangre tenían la virtud de curar a múltiples enfermos, aplacaban las tormentas, convertían a los infieles y producían otros muchos portentos.

Los prodigios de sor María fueron examinados por insignes teólogos y por el general de los dominicos, fray Sixto Fabri, quienes certificaron la autenticidad de las llagas. Fray Luis de Granada escribió una hagiografía de la monja. Las autoridades eclesiásticas y civiles, con el cardenal Alberto, archiduque de Austria y virrey de Portugal, a la cabeza, dieron crédito a los milagros de sor María. La Inquisición recabó información y estuvo a punto de ratificar, en un acto solemne, sus facultades sobrenaturales. Felipe II y el papa Gregorio XIII se sumaron al coro de prosélitos de sor María. En 1586, cuando estaba en la cima de la fama, las monjas adversarias de María en las aspiraciones al priorato la acusaron de embaucadora. En 1587, el cardenal Alberto comisionó a los teólogos fray Luis de Granada y Gaspar d’Aveiro para que examinaran los estigmas. Las tres investigaciones a que fue sometida acabaron con dictámenes totalmente favorables. Pero las denuncias de sus compañeras, que le imputaban fingir los estigmas y visiones, amañar su reelección, alborotar el convento y dejarse adorar, arreciaban.

El caso de sor María se complicó políticamente al involucrarse ésta en la defensa de los pretendientes al trono portugués —el prior de Crato, don Antonio, y Catalina, duquesa de Braganza— ocupado por Felipe II, quien, aunque tenía derechos legítimos a la Corona de Portugal, la había tomado en 1580 prácticamente por la fuerza de las armas. En 1588, por orden del Rey, el cardenal Alberto, inquisidor general de Portugal, decretó la apertura del proceso inquisitorial. Sor María confesó sus trampantojos: todo había sido mentira y fingimiento porque quiso parecer santa. El 6 de diciembre se publicó la sentencia y se le impusieron las penas: privación del cargo de priora, pérdida de voz activa y pasiva de por vida, y cárcel perpetua en un monasterio de la Orden. Cuando la Inquisición demostró que era una falsaria, fray Luis de Granada redactó el Sermón de las Caídas públicas para paliar las consecuencias sobre la fe de los pusilánimes. Sin embargo, el ascetismo y religiosidad con que la monja soportaba la condena la convirtieron de nuevo en un ejemplo edificante. En 1603, el inquisidor general Aleixandre le concedió el perdón total, cuando sor María frisaba los cincuenta y cuatro años. Repudiada por el mundo católico y atacada sin piedad por los protestantes, el luterano exiliado español Cipriano de Valera escribió Enjambre de los falsos milagros [...], con que María de la Visitación [...] engañó a muy muchos (1599), y Mira de Amescua la convirtió en protagonista de la Comedia famosa de la vida y muerte de la Monja de Portugal (1670).

 

Bibl.: C. de Valera, Enjambre de los falsos milagros [...], con que María de la Visitación [...] engañó a muy muchos, s. l., 1599; M. de Amescua, Comedia famosa de la vida y muerte de la Monja de Portugal, Madrid, J. Fernández de Buendía, 1670; A. Huerga, “La vida seudomística y el proceso inquisitorial de Sor María de la Visitación (La Monja de Lisboa)”, y “El proceso inquisitorial de la Monja de Lisboa y fray Luis de Granada”, en Hispania Sacra, 23 (1959), págs. 35-129 y 333-356, respect.; Historia de los alumbrados (1570-1630), Madrid, Fundación Universitaria Española, 1975-1995; A. Fernández Luzón, “Visionarios y místicos”, en R. García Cárcel (dir.), Los olvidados de la Historia, 2. Herejes, Barcelona, Círculo de Lectores, 2004, págs. 337-434.

 

Antonio Fernández Luzón

Relación con otros personajes del DBE

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