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Fructuoso Rivera Toscano

Biografía

Rivera Toscano, Fructuoso. El Pintado (Uruguay), ¿17.X.1784? – Conventos, Melo (Uruguay), 13.I.1854. Jefe militar de la Independencia, 1.er y 3.er presidente constitucional de la República Oriental del Uruguay.

Fueron sus padres Pablo Hilarión Perafán de la Rivera, natural de Córdoba, y Andrea Toscano, de Buenos Aires. No recibió instrucción más que elemental y se dedicó, en sus primeros años, a las tareas de campo; se adhirió, desde el comienzo, al levantamiento independentista encabezado por José Artigas, en 1811, junto a su hermano Félix, y en condición de voluntario, se encontró en la llamada acción del Colla, en la toma de San José, y en la victoriosa Batalla de Las Piedras, del 18 de mayo, luego de la cual se le promovió a capitán graduado. Durante el Sitio a Montevideo, en 1812, fue herido y se encontró en el Combate del Cerrito, el 31 de diciembre, que le dio la efectividad en el grado. Entre 1813 y 1814, señalado como uno de los más activos jefes revolucionarios en continuas acciones militares, al romperse las hostilidades entre Artigas y los directores de Buenos Aires, llevó a cabo la acción conocida como retirada del Rabón para enfrentar, enseguida, al coronel argentino Manuel Dorrego, al que derrotó completamente en la batalla de Guayabos, el 10 de enero de 1815, que le valió que Artigas le diera el grado de coronel, porque esa victoria permitió la real primera independencia de los orientales del Uruguay y dio comienzo al gobierno hegemónico de aquel jefe. Enfrentó a la invasión portuguesa en la acción de India Muerta el 19 de noviembre de 1816. Después de cuatro años de dura lucha y de pelear solos los orientales, traicionado Artigas por Ramírez en Entre Ríos, habiendo salido a Buenos Aires, Oribe y prisionero Lavalleja en Río de Janeiro, sólo quedaba Rivera, que finalmente depuso sus armas, ante el general portugués, Carlos Federico Lecor, el 28 de marzo de 1820. En septiembre, Artigas ya ausente del país, en territorio argentino, tomó el camino de su exilio definitivo al Paraguay. El innegable carisma personal y, astucia de Rivera, lograran que el jefe portugués Lecor, depositase gran confianza en él, al punto de, hecho insólito, darle el mando del Cuerpo de Dragones de Campaña, armado y formado por tropas orientales.

Al producirse, el 19 de abril de 1825 la llamada “Cruzada Libertadora”, encabezada por el otro lugarteniente de Artigas, Lavalleja, con otros treinta y dos compañeros, desde territorio argentino, Rivera optó por unirse a su antiguo camarada y compadre, consecuencia de un largo encuentro personal, en campaña, en el sitio denominado “del Monzón”. A partir de allí, Lavalleja fue el jefe supremo de la gesta por la independencia y Rivera el Comandante de Armas. En tal condición, fue el vencedor del combate del Rincón, el 24 de septiembre y tuvo importante papel en la gran batalla victoriosa de Sarandí, el 12 de octubre.

Separado de la que puede llamarse “campaña oficial”, en 1828 planeó y llevó a cabo una de las operaciones militares más notables de las guerras de la independencia uruguaya: la toma del territorio de los antiguos siete pueblos de las Misiones Orientales del Uruguay, territorio reivindicado y ocupado desde comienzos del siglo xix por Portugal y el Brasil.

Firmada la Convención de Paz que decretara la independencia del Estado Oriental del Uruguay, fue Rivera, ministro de Guerra del Gobierno Provisorio, en 1829 y el 30 de octubre de 1830, electo como primer presidente constitucional de la nueva República. Patrocinó la candidatura de su sucesor, el también general Manuel Oribe, pero prontamente desavenidos, Rivera se rebeló contra éste y su gobierno, terminando por tomar el poder, obligando a la renuncia de Oribe, que se exilió en la Argentina, el 23 de octubre de 1836. Fue entonces Rivera electo por segunda vez, presidente el 1 de marzo de 1839, por el período constitucional, hasta 1843.

Declarada la guerra al dictador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, ésta tuvo diversas acciones militares importantes hasta que, el 16 de febrero de 1843, Oribe, al mando de un poderoso ejército de la Confederación Argentina comenzó el llamado Sitio Grande a Montevideo que habría de durar hasta la paz del 8 de octubre de 1851.

Rivera fue derrotado en India Muerta por una poderosa fuerza comandada por el general Urquiza. Rivera debió de ir a territorio brasileño, donde quedó virtualmente prisionero del Emperador, en Río de Janeiro, por tácita decisión del Gobierno de la Defensa de Montevideo. Volvió al país en 1847 obteniendo algún éxito militar, hasta que el 17 de febrero el Gobierno de Montevideo, decretó su cese como jefe del Ejército Nacional y la pérdida de apoyo oficial, culminó el 5 de octubre cuando fue apresado en Maldonado y obligado a retirarse al Brasil, donde, nuevamente, quedó como virtual prisionero. El 30 de octubre de 1851, poco después de firmada la Paz, se decretó el cese de su destierro y prohibición de volver a la República. Finalmente liberado por el gobierno imperial, emprendió regreso al país el 20 de enero de 1853.

Todavía en territorio brasileño, recibió la noticia, para él reivindicatoria, que un golpe de estado le ponía a la cabeza de un Triunvirato para ejercer el poder ejecutivo, junto a Lavalleja y el Cnel. Venancio Flores.

Pero Rivera venía gravemente enfermo, de ahí la lentitud de su regreso a la patria. En las cercanías de Melo, Cerro Largo, a orillas del arroyo Conventos, en el humilde rancho de un vecino, falleció en la mañana del 13 de enero de 1854. Transportado su cuerpo a Montevideo, recibió sepultura, con los máximos honores, en la Iglesia Matriz, hoy Catedral, donde reposan.

 

Bibl.: J. M.ª Fernández Saldaña, Iconografía del General Fructuoso Rivera: vencedor de Rincón, conquistador de las Misiones y primer Presidente de la República, Montevideo, Imp. Militar, 1928; T. Manacorda, Fructuoso Rivera: el perpetuo defensor de la República Oriental, Madrid, Espasa Calpe, 1933; G. Granada, Rivera: estudio histórico crítico de la actuación militar y política del General Fructuoso Rivera primer Presidente constitucional de la República O. Del Uruguay, Montevideo, Tall Arnaboldi, 1935; P. Abad, General Fructuoso Rivera: sus antepasados, confirmación de su bautismo, sus hermanos y su casamiento, Montevideo, 1939; A. Lepro, Fructuoso Rivera: hombre del pueblo, sentido revolucionario de su vida y de su acción, prol. de C. T. Gamba, Montevideo, Ceibo, 1945; E. de Salterain y Herrera, Rivera: caudillo y confidente, Montevideo, Graf. Al Libro Inglés, 1945; J. Goldaracena, Cenizas incandescentes: general Fructuoso Rivera libertador de la República Oriental del Uruguay, Montevideo, Enrique Miguez, 1946; J. G. Antuña, Un caudillo: el General Fructuoso Rivera, prócer del Uruguay / José Gervasio Antuña, Madrid, Instituto de Cultura Hispánica, 1948; A. Barrios Pintos, Rivera una historia diferente, Montevideo, Intendencia Municipal de Rivera, 1985; W. Lockart, Rivera tal cual era, Montevideo, Imp. Dolores, 1996; M. Cannesa de Sanguinetti, Rivera “un oriental liso y llano”, Montevideo, La República: Banda Oriental, 1999.

 

Fernando O. Assunção

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