Pasó sus tres primeros años de vida en Sigüenza, trasladándose después a Mondoñedo para vivir con sus tíos Manuel y Nicolás Alcolea, que eran canónigos de la catedral, quienes le prepararon para el sacerdocio.

En septiembre de 1867 ingresó en el Seminario conciliar de Santa Catalina, en el cual hizo toda la carrera eclesiástica con las máximas calificaciones. A los diecinueve años de edad fue nombrado profesor de los cursos de Latinidad de dicho seminario, mientras continuaba estudiando el séptimo año de Teología y los dos de Cánones. Completó después su formación en el Seminario Central de Santiago, donde obtuvo los grados académicos en Teología. Ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1881, prestó sus servicios en la diócesis mindoniense por siete años. En el curso 1880‑1881 había comenzado a ejercer la docencia en el mencionado seminario, tanto de la Lógica como de la Teología dogmática, alcanzando pronto fama de erudito y buen escritor. [...]