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Luis Alfonso de los Cameros

Biografía

Cameros, Luis Alfonso de los. Alcalá de los Gazules (Cádiz), p. m. s. xvii – Valencia, 26.VII.1676. Obispo, inquisidor y juez de la Regia Monarquía en Sicilia.

De la antigua nobleza vizcaína de los Cameros, extendida hasta los confines de Andalucía, descendía Luis Alfonso. Muy joven todavía, se trasladó a Sicilia, donde llegó a ser primero inquisidor y luego juez de la Regia Monarquía, adquiriendo en ambas responsabilidades extraordinaria reputación. En aquel mismo reino, donde actuó también en calidad de capellán mayor y consultor de virreyes, intervino con decisión en el apaciguamiento de las revueltas de 1647, y como valedor de la corona hispánica, en 1655, cayó prisionero de los galos que invadieron la isla. Trasladado a Francia como reo, permaneció allí enclaustrado más de ocho meses, recuperando la libertad tras el ajustamiento de las correspondientes paces entre los contendientes. Regresó entonces a Sicilia, a su puesto de inquisidor, concediéndosele poco después, sucesivamente, las sedes episcopales de Patti y Monreale.

Valorando su fidelidad a la Corona, la reina regente Mariana de Austria recurrió a él para cubrir la vacante del arzobispado de Valencia por la promoción al de Santiago de Spínola y Guzmán, confirmándole en la dignidad Clemente IX en 1668. Tras tomar posesión de la diócesis valentina, por medio de un procurador, De los Cameros llegó a ella en septiembre del mismo año. Se encontró aquí con una grave situación de inestabilidad social y política, derivada de los excesos perpetrados por un bandolerismo ya endémico combatido por los virreyes, desde hacía décadas, con un programa represivo que había concentrado parte de sus invectivas en la inmunidad de la Iglesia, por constituir ésta un serio obstáculo a la pacificación del reino. A partir de ahora, el nuevo arzobispo iba a impedir, en la medida de sus posibilidades, ataques similares, desatándose unas tempestuosas relaciones entre la jurisdicción eclesiástica y la real que iban a marcar su pontificado. Como también lo haría su actividad asistencial a los más necesitados, socorriendo pródigamente a los estudiantes con escasos recursos o sufragando la construcción de la municipal Casa de la Misericordia, cuya primera piedra colocó el mismo prelado en 1671 y en la que comenzarían a recogerse los pobres mendicantes de la capital. Todavía restaría prodigalidad al religioso para costear una serie de reformas en la seo valentina de Valencia, adecentando capillas, erigiendo otras nuevas y restaurando coro y órganos. Murió Alfonso de los Cameros a finales de julio de 1676, dándosele sepultura en la catedral que tanto había contribuido a enriquecer.

 

Bibl.: E. Olmos Canalda, Los prelados valentinos, Valencia, 1949; V. Cárcel Ortí, Historia de la Iglesia en Valencia, t. I, Valencia, Arzobispado de Valencia, 1986; J. Teixidor, Episcopologio de Valencia (1092-1773), introd. y transcr. por A. Esponera Cerdán, Valencia, Facultad de Teología San Vicente Ferrer, 1998; J. Pérez Villanueva y B. Escandell Bonet (dir.), Historia de la Inquisición en España y América, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1984-2001; E. Callado Estela, Inmunidad eclesiástica y delincuencia en el siglo xvii. Los arzobispos de Valencia y la pacificación del reino (1612-1699), Valencia, Biblioteca Valenciana, 2003.

 

Emilio Callado Estela