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Juan Porcel

Biografía

Porcel, Juan. Jerez de la Frontera (Cádiz), 1510 – España, c. 1560. Hidalgo, conquistador, fundador.

Pasó al Perú en 1536. Acompañó a Alonso de Alvarado a combatir el sitio del Cuzco, pero no participó en las batallas del Puente de Abancay (1537) ni en las Salinas (1538). Llegó al Cuzco junto al gobernador Francisco Pizarro, que autorizó su expedición a los Bracamoros y Pacamuru. Luego pasó al bando del gobernador Vaca de Castro, peleando en la batalla de Chupas (1542). Retomó la expedición a los Bracamoros con el capitán Pedro de Vergara. Los territorios del “descubridor de nuevas tierras” Juan Porcel estaban entre el Chinchipe y el río Chamaya. Los de Vergara entre el Marañón y el norte del río Utcubamba. Porcel ocupó estos territorios en 1543, después llegó a un lugar llamado Tomepanda, donde fundó la ciudad de Jerez de la Frontera, punto de partida de sus futuras expediciones. La reacción indígena de los indios de Tomepanda lo llevó a realizar salidas punitivas.

El éxito de las expediciones de Porcel se debió a la cercanía de poblaciones españolas. Tuvo problemas limítrofes con los vecinos de San Juan de la Frontera, que entraban a su jurisdicción para tomar sus indios.

El diferendo llegó a oídos del gobernador Gonzalo Pizarro, que, necesitado de hombres para su rebelión, mandó despoblar Jerez de la Frontera y marchar contra el virrey Blasco Núñez de Vela en Iñaquito (1546); como recompensa Gonzalo Pizarro le nombró teniente gobernador en Bracamoros y refundador de Jerez de la Frontera como Nueva Jerez en 1546. Se sabe que el capitán realista Gonzalo Pereira encargó al Cabildo de Jerez de la Frontera que se uniera al virrey, pero fueron desbaratados y presos en Huancabamaba por una compañía gonzalista. En San Miguel de Piura se unieron al ejército rebelde. No está claro si Porcel pasó al bando pizarrista voluntariamente desde su Jerez de la Frontera. El mismo año llegaron al Reino noticias del arribo del presidente La Gasca a Panamá y la rendición de la armada pizarrista (1547).

En Manta, Pedro de la Gasca lo invitó a unírsele, pero las gracias otorgadas por Gonzalo Pizarro lo hicieron dudar, por eso envió primero a Gómez de Alvarado (teniente pizarrista en Chachapoyas) y Diego Sandoval, para analizar la posibilidad de pasarse al bando realista. Pasado Gómez de Alvarado, siguió Juan de Porcel. Marchó desde Chiquimayos con muchos soldados al pueblo de Cajamarca, gobernado por Juan Gonzáles de León. Junto a Diego de Mora, Gómez de Alvarado y Juan de Saavedra integró la embajada “cajamarquina”, que dio alcance a La Gasca en Tumbes: “para ofrecer sus armas y haciendas en servicio de su magestad”. Nombrado capitán de caballo, se le ordenó regresar a Cajamarca por más soldados y marchar a Jauja: “para allanar el camino y procurar lo necesario para la campaña”. Llegó a Cajamarca con más de trescientos hombres de Huanuco, Chachapoyas, Paltas y Trujillo. El 6 de julio de 1547 se encontraba en Jauja junto a cien hombres de la compañía de Juan Alonso Palomino, esperando al presidente La Gasca. Acompañábanlo el capitán Palomino Mercadillo, Hernán Mexía y los licenciados Carbajal y Polo.

Apareció más tarde en Cajamarca junto a Alonso de Mercadillo (Loja) y Juan de Saavedra (Huanuco) para reconocer como jefe a Diego de Mora, enviado de Lorenzo de Aldana. Compuso luego la compañía de Pascual de Andagoya como capitán de Infantería (1548) junto a Pablo Meneses, Hernán Mejía, Gómez de Solís, Alonso Palomino, Baltasar de Castilla y Cristóbal Mosquera. Marchó a Jaquijahuana contra Gonzalo Pizarro, labor que le valió 800 pesos de renta en el reparto de Huaynarima (1548). Juan de Porcel debió de regresar a los Bracamoros, si no hubiera desafiado el poder del Ayuntamiento del Cuzco, negándose a entregar un grupo de indios traídos de los Bracamoros para la guerra. Enterado La Gasca, lo apresó y remitió al Cuzco, según el cronista Calvete de la Estrella.

La Gasca le quitó la conquista de los Bracamoros que ya estaba presto a hacer Porcel, porque: “aquella gente del Perú, que es tan libre y suelta, se avesaze a temer y acatar a la justicia y den a entender que cualquier desacato y atrevimiento que tengan había de ser castigado, porque así convenía”. Su tío fray Francisco de Santana (guardián de San Francisco de Quito) pidió que mantuviera en su poder los repartimientos de Sichos, Mundi y Tiquizambi (Quito). La pacificación del alzamiento de Gonzalo Pizarro y el reparto de Huaynarima fue el inicio de la domesticación de los conquistadores por parte de la metrópoli, en condiciones ya de emprender la organización “jurídica” y “burocrática” definitiva del Perú. Fue el triunfo de la “monárquico-centralista” sobre el caudillismo encomendero y su proyecto feudatario indiano. La entrada a Bracamoros se entregó entonces a Diego de Palomino, vecino de Piura, que luego fundó la ciudad de Jaén. Aparece más tarde escoltando hacia Lima treinta condenados a las galeras, entregados luego a Rodrigo Niño (natural de Toledo) que iba a España.

Recibió 1500 pesos por su servicio. Regresó a Quito para tomar posesión de sus indios, encontrándose con el alzamiento de Hernández Girón (1550). Se puso al servicio de la Audiencia de Chincha, y no se sabe si participó en la batalla de Pucará (1554). Se le pierde el rastro después de viajar a España con licencia real.

 

Bibl.: H. Urteaga (ed.), Los Cronistas de la Conquista, París, Biblioteca de Cultura Peruana, 1938; F. Esteve Barba, Historiografía Indiana, Madrid, Ed. Gredos, 1964; J. A. del Busto Duthurburu, Fundaciones de ciudades en el Perú, Lima, Ed. Petroperu, 1994; F. Pease G. Y., Las Crónicas y los Andes, Lima, Ed. PUCP–FCE, 1995; R. P. Barrenechea, Los Cronistas del Perú (1528-1650) y otros ensayos, Lima, Ed. Banco Central de Reserva, 2000.

 

Yovani Soto Villanueva