Hermano de Amós Salvador Rodrigáñez y perteneciente, por tanto, a dos de las familias más destacadas de la política riojana, emparentadas a su vez con los influyentes Mateo-Sagasta, Miguel Salvador destacó especialmente por dedicar buena parte de su trayectoria a las responsabilidades políticas de ámbito local. Abogado de profesión, actuó como letrado asesor del Banco de España y de la Compañía de Ferrocarriles en Logroño, donde pronto alcanzó prestigio y reconocimiento. Fue elegido diputado provincial desde 1872 y ejerció como alcalde de la ciudad que le vio nacer durante 1881-85. En ese periodo, se valió del mecenazgo ejercido desde Madrid por su tío-abuelo Práxedes Mateo-Sagasta para poner en marcha algunos proyectos de mejora de la capital logroñesa, como la construcción del cuartel de Infantería, la reparación del Puente de Piedra y la materialización del Puente de Hierro, el inicio de las gestiones para el establecimiento de la Fábrica de Tabacos, la restauración de la Iglesia Colegial de la Redonda para convertirla en catedral o los trabajos para la traída de aguas a la ciudad, que encargó a su propio hermano Amós Salvador. Fruto de su ascendiente político en la política logroñesa, presidió la Diputación Provincial desde 1889 hasta 1892. [...]