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Juan Fernández de Vallejo

Biografía

Fernández de Vallejo, Juan. ? 1532 – Logroño (La Rioja), 1601. Escultor.

Su actividad segura conocida se desarrolla en Lanciego (Álava) al menos desde 1558, y luego, desde 1575, es vecino de Logroño donde, en principio, se hace parroquiano de Santiago, estableciéndose en la calle Ollerías. En Lanciego tenía algunas propiedades y allí nació su hijo natural Pedro Fernández de Vallejo, tenido de Catalina de Ágreda, viuda, vecina de ese lugar de La Rioja alavesa. En Logroño casará con María de Jubera, viuda en mayo de 1579 del cerero Antonio Marroquín, la que, a su vez, fallecerá en 1582. El inventario a la muerte de María de Jubera indica una buena posición económica a juzgar por el número y calidad de sillas, guadamecíes, mesas, arcas, imaginería y plata, algo de ello procedente de su anterior matrimonio.

Los Jubera son familia de cierta posición entre los mercaderes logroñeses. Juan Fernández tiene otro hijo natural, Juan, al que cita en su testamento; una hermana, Catalina, casada en el condado de Treviño, y un hermano, el pintor Juan Fernández de Vallejo, activo, como él, en el último tercio del siglo XVI en Logroño, y al que deja como testamentario junto con su hijo Pedro, por entonces —1599—, ya licenciado universitario, que habrá de encargarse del cobro de las diversas deudas.

De su actividad artística, la primera noticia conocida es de 1566, cuando se tasa el desaparecido retablo de Barriobusto, aldea de Labraza (Álava). ). Antes, según Barrón, debió realizar buena parte de la escultura del retablo mayor de Aldeanueva de Ebro por encargo del ensamblador Pero de Troas, tasado por López de Gámiz y Martín de Bandoma en 7 de noviembre de 1565. Desde 1567 parece estar labrando el retablo mayor de Lanciego con el ensamblador Enrique Dorus, al que paga el finiquito de esta obra y de un retablito de san Sebastián en septiembre de 1569. En 1569 tasa la portada de Santa María de Viana, obra de Goyaz y Ochoa Arranotegui. Por entonces, tras una estancia en Briviesca junto a López de Gámiz en marzo de 1570, debe hacer unas imágenes (Crucifijo, san Jerónimo y san Francisco) para un humilladero de Obécuri (Burgos) y está en compañía con Pedro de Arbulo, compañía que romperá a finales de mayo de 1571, adjudicándose a Arbulo el retablo mayor de San Asensio y a Fernández los de Leza (ahora en Berganzo, Álava) y Sorzano (La Rioja) más 34.000 maravedís de gastos y lo que se debía a su hermano Francisco Fernández de la policromía del retablo de la capilla Hircio en Briones. En 1572 debe de estar trabajando en el retablo de Leza, pues allí se le dice residente en noviembre, cuando compra ajuar de casa en la almoneda de Juan de Bazán en Logroño, y todavía en 1573, pues allí solicita Diego Jiménez de Enciso que vaya a verse cómo anda la hechura de un retablo que con él había concertado en febrero de ese año para su capilla de San Pedro en la Redonda de Logroño en 100.000 maravedís, según una traza de su primo Juan Fernández, el Mudo. En 1574 va a Bardauri (Burgos) para valorar de parte de López de Gámiz la obra hecha en su retablo mayor. En noviembre de 1576 contrata el retablo mayor de Lagunilla (La Rioja) según traza propia, y construye también una sillería de coro, a lo largo de cuatro años.

Dicho retablo es visitado en agosto de 1580 por Pedro López de Gámiz, de su parte, y Simeón de Cambray, que lo hallan correcto a pesar de ciertas quejas de los vecinos sobre la desmesura de la Concepción.

El retablo comienza a cobrarlo en ese año de 1580 y su valor total de tasación, 3.820 ducados, no acabará de pagarse a sus herederos hasta 1605. En abril de 1577 sale fiador del cantero Juan de Elorriaga, junto con dos canteros activos en La Rioja alavesa, Martín de Leizola y Juan de Olate, en la construcción del humilladero de San Juan del Campillo de Logroño, y como consecuencia de ello, Elorriaga le traspasará la mitad de la obra en marzo de 1580. En julio de 1578 otorga finiquito en Logroño de su obra en Leza (Álava), actuando como testigos sus criados Lázaro de Leiva, Pedro de Izaguirre y Lope García. Otros criados fueron Tomás de Segura y Agustín Pérez. En ese año valora el retablo de Santa Ana en Santa María de Viana, obra de Francisco y Diego Jiménez, y debe realizar trabajos para Cornago (La Rioja), por lo que en enero de 1580 daba poder para cobrar 100 ducados que se le debían más lo correspondiente a unas andas que hizo para la iglesia. En enero de 1580 evacua la consulta que le hace el cabildo de San Pedro de Soria sobre las trazas dadas por Pedro Ruiz de Valpuesta, Juan de Arteaga, Juan Zabala y Francisco del Río para su retablo mayor, considerando la mejor la del primero por ser “más ardua y artificiosa”, pues las demás carecían de qué “cosa es arte”. En agosto del mismo año es fiador con López de Gámiz de Diego Marquina para la obra del retablo de Pangua (Burgos), en el que éste pujaba por ellos. En agosto de 1581 es propuesto por el alcalde de Valtierra como tasador de la obra de Samanca. En abril de 1588, residiendo en Lagunilla, contrata por sí y en nombre de Juan de Anchieta que le había apoderado el día uno, los retablos de la Virgen y santa Catalina para Sotés (La Rioja) en que el segundo se obligaba a hacer las cuatro figuras principales (Virgen con el Niño, Concepción, santa Catalina y la Magdalena).

Ya iniciados los trabajos, los parroquianos consideran muy caro hacerlos según las trazas de Juan Fernández Vallejo y pretenden que se siga otra más barata. Planteado pleito, tras fallo del Tribunal diocesano, acepta el escultor someterse a la segunda traza de modo que la tasación final no exceda de 5.500 ducados, los 500 de limosna, aunque prosiguió el pleito que aún no se había resuelto en 1596. Los pagos se suceden, apareciendo en uno de febrero de 1590, como testigos Lázaro de Leiva y Bernabé Imberto, estantes en Sotés, y en otro de julio de 1593, Lázaro de Leva que, probablemente, colaboraban con él, lo que es más dudoso señalar respecto a Anchieta. Todavía obraba en él en 1594 y no se acabó de pagar hasta después de 1607. En octubre de 1589 tasaba por parte de la iglesia lo hecho por el difunto Juan de Anchieta en el retablo mayor de Santa María de Tafalla, actuando por parte de los autores Diego de Marquina.

En 1590 sale fiador de su hermano Francisco para el remate de las primicias de Lanciego, probablemente como consecuencia de estar Francisco policromándolo.

En octubre de 1591 valora para Rodrigo de Vicuña el retablo hecho por Lope de Larrea para su capilla en Vicuña (Álava), actuando Esteban de Velasco por parte del autor. En 1594 examina con Martín de Nalda y Juan de Aróstegui las trazas presentadas para la terminación de la iglesia de Navarrete (La Rioja) por Pedro de la Torre y Juan de Olate y Miguel de Garaizábal, señalando la de éstos como la mejor. En marzo de 1596 se aparta del pleito que mantenía en razón del retablo mayor de Galilea, accediendo a que se pague esa obra a Antón de Zárraga y Antonio de Berganza, en quienes se remató. Poco después tasa el retablo hecho por Diego de Marquina en Añastro (Burgos). A finales de año, al contratar Pedro González de San Pedro el retablo de san Jorge para la Diputación General de Zaragoza, se le excluye de la tasación, lo mismo que a Ambrosio de Bengoechea.

En 1597 vuelve a Vicuña para valorar el sepulcro de Rodrigo de Vicuña hecho por Lope de Larrea y va a Ozana (Burgos) a valorar el retablo construido por Diego de Marquina. En diciembre de 1598 da poder al pintor Bautista Ortiz de Bobadilla para cobrar la renta de unas fincas en Lagunilla. Por entonces debía de estar trabajando en los retablos mayores de Muro y Arrúbal que quedaron inacabados a su muerte. El primero debió de iniciarse en 1593 o 1594 y acabó de pagarse en 1608 al licenciado Vallejo Agreda que también otorgará finiquito del segundo en 1607. En septiembre de 1599 dictaba su testamento, en el que disponía se le enterrara en La Redonda de Logroño, nombraba herederos a sus hijos Pedro y Juan y dejaba mandas para su criada, Francisca de Mayayo, y su hermana Catalina. Nombraba cabezaleros a su hermano Francisco y su hijo Pedro, siendo testigo Bautista Ortiz de Bobadilla.

Desde 1579 con seguridad y quizá al poco de la muerte de éste hacia finales de 1564, utilizó el obrador que había sido de Arnao de Bruselas, que compró, y por el respeto de cuyas luces pleiteó sin éxito en 1581-1582. Ello puede sugerir que, a su vuelta de Astorga, Vallejo entrara a trabajar con Arnao y se quedara luego con su taller y algún encargo, como el retablo de Aldeanueva de Ebro.

A la vez que uno de los mejores escultores de su época, se nos presenta como importante tracista conocedor de la arquitectura y pagado de si mismo, al que se estima y recurre desde diversas instancias, y que acaso haga en su propio taller, pues, en lo que conocemos, se vale de ensambladores (Enrique Dorus o de Adres, Domingo de Bidarte) para la construcción de sus retablos. Está muy relacionado con los grandes maestros del momento, Arbulo, Anchieta, López de Gámiz, Diego de Marquina, Juan de Elorriaga, pero también con artífices más modestos (Pedro Ruiz de Cenzano, Bautista Ortiz de Bobadilla, Juan de Rojas) y algún cantero (Juan de Elgorriaga)  y, como artista empresario, se vale de las manos de otros escultores (Lázaro de Leiva, Bernabé Imberto) o ensambladores (Domngo de Bidarte). Debió iniciarse en la escultura en la Rioja Alavesa, en el entorno de Beaugrant, Araoz, Goyaz, Arnao de Bruselas, sobre todo los últimos, de cuyo arte hay ecos en una de sus primeras obras conocidas, el retablo mayor de Lanciego, tanto en lo plástico como en lo arquitectónico. Luego se empaparía de los modelos de Becerra, quizá por estar en Astorga, como Arbulo, o en Briviesca. En Briviesca, hacía de testigo en marzo de 1570 de López de Gámiz y de éste era criado en 1565 Enrique Dorus poco antes de iniciar el retablo de Lanciego. Últimamente se ha documentado su estancia en Astorga a las órdenes de Becerra y antes haber trabajado año y medio para Juní en Valladolid hacia 1552 después de haber servido a Diego Guillén en Burgos. Su estilo es el de un romanista miguelangelesco, con personajes heroicos e ideales con carnes prietas y rotundas y plegados duros en tejidos espesos. Su obra es muy difícil de discernir de la de su contemporáneo Pedro de Arbulo, a no ser en su preferencia en utilizar niños más infantiles que los de éste y una cierta simplificación en los plegados. Probablemente en muchas de las obras de ambos hay intervención de los dos, de acuerdo con la práctica de compañías pero también de adquisiciones de obra recíprocas y utilización de esquemas, grabados y dibujos iguales.

 

Obras de ~: Retablo mayor, iglesia parroquial, Aldeanueva de Ebro (La Rioja), c. 1565; con Arbulo, Retablo de los Ircio, iglesia parroquial, Briones (La Rioja), c. 1568; con Arbulo, Retablo mayor, iglesia parroquial, San Asensio (La Rioja), c. 1568; con Arbulo, Retablo mayor, iglesia parroquial, Lanciego (Álava), c. 1569-1571; Retablo mayor, iglesia parroquial, Berganzo (Álava), c. 1570-1575; Crucifijo, san Francisco, san Jerónimo, humilladero, Obécuri (Burgos), c. 1571; Retablo mayor, iglesia parroquial, Sorzano (La Rioja), c. 1570-1575; Retablo e imágenes de la reja, capilla de San Pedro, concatedral, Logroño, c. 1573-1576; Retablo mayor, iglesia parroquial, Lagunilla (La Rioja), c. 1576-1586; San Pedro en cátedra, iglesia parroquial, Cornago (La Rioja), c. 1578; San Antón, iglesia parroquial, Valdeperillo (La Rioja), c. 1578; Busto de la Virgen del árbol de Jesé, retablo mayor, Santa María de Palacio, Logroño, c. 1578; Retablos de la Virgen y santa Catalina, iglesia parroquial, Sotés (La Rioja), c. 1588-1596; Asunción, retablo mayor, iglesia parroquial, Rabanera (La Rioja), c. 1580-1582 (atrib.); Asunción y Calvario de Luezas, Museo Diocesano, Calahorra, c. 1580-1582 (atrib.); San Miguel, retablo mayor, iglesia parroquial, Robres del Castillo (La Rioja), c. 1588; Retablo mayor, iglesia parroquial, Muro de Cameros (La Rioja), c. 1594-1599; Retablo mayor (parcial), iglesia parroquial, Arrubal (La Rioja), c. 1595-1599.

 

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José Gabriel Moya Valgañón