La primera noticia documental de Juan de Bruselas lo localiza en Toledo en 1500 donde realiza una serie de obras menores, entre las que destacan varias imágenes de pequeño tamaño para el retablo de San Ildefonso. En 1502 aparece avecindado en León, posiblemente ocupado en obras de la Catedral. En ese año, pasa a Zamora para contratar la obra de la sillería de la Catedral. Previamente a la firma notarial, los canónigos le encargaron dos sillas de muestra, que resultaron satisfactorias puesto que el ofrecimiento hecho por Pedro de Guadalupe de ejecutar la sillería por el mismo precio que el flamenco, además de un facistol, no fue atendida.

El coro de la Catedral de Zamora es la única obra conservada de Juan de Bruselas. Su magnitud implica la dirección de un taller bien organizado, con varios oficiales experimentados, capaces de ejecutar en tres años un enorme número de imágenes. Varias son las manos que se aprecian en los relieves y pequeños bultos redondos de los estalos, una de las cuales bien pudiera corresponder a Gil de Ronza. La de más calidad, aquélla que se reservó la silla episcopal y la Anunciación, además de otras muchas, es atribuible a Juan de Bruselas. Su estilo está marcado por el goticismo norteño, caracterizado por los pliegues en uve y las abundantes telas que monumentalizan las imágenes. Sin embargo, es visible un leve acercamiento a la incipiente estilística renacentista en el tratamiento de los paños y la elegancia de las composiciones corporales de algunas imágenes, que se han puesto en relación con el mundo burgalés y concretamente con el borgoñón Felipe Vigarny. [...]