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Antonio María de Güemes y Pacheco de Padilla

Biografía

Güemes y Pacheco de Padilla, Antonio María de. Conde de Güemes (I). La Habana (Cuba), 16.VII.1742 – Madrid, 2.IV.1804. Militar y diplomático.

Hijo de Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, capitán general de Cuba, virrey de Nueva España y de Antonia Pacheco de Padilla y Aguayo (Antequera, 1708), sucedió como III conde de Revillagigedo sobre el que se le concedió la Grandeza de España de 1.ª Clase el 5 de diciembre de 1803. Fue capitán de Infantería de la guardia del Real Palacio de México en tiempos del virreinato de su padre y pasó a España como teniente coronel agregado a los Regimientos de Infantería de Toledo y luego de Lombardía.

El 12 de septiembre de 1747, vistió el hábito de Santiago. En 1765, dejando la carrera militar, fue nombrado mayordomo de semana de la Real Casa (29 de noviembre), viajó cuatro años por las Cortes de Europa, a sus expensas. A su vuelta se dedicó a cumplir con su empleo antes de iniciar una carrera diplomática. Designado como enviado extraordinario en Suecia (23 de septiembre de 1780), llegó a su destino sólo el 11 de julio de 1781, y fue recibido en audiencia el 13. Trasladado a Prusia (marzo de 1785), se despidió en Estocolmo el 16 de mayo, salió el 1 de junio y se presentó en Berlín el 8 de octubre.

Ya en mayo de 1786 se le tanteó para saber si aceptaría pasar de ministro a Toscana, puesto de menor graduación, pero en el que Carlos III deseaba colocar, cerca de su hija la gran duquesa María Luisa, a una persona de su particular confianza. Mediante la promesa de ulteriores compensaciones, Güemes aceptó el cambio y fue elegido el 22 de junio. Cesó en Prusia el 29 de agosto y llegó a Florencia el 31 de octubre. Si se ha de creer a Floridablanca, “Güemes fue tan bien recibido en Prusia y en Toscana y desempeñó con tanta exactitud y celo sus encargos que es justo decirlo así, y que es un hombre de aquellos que tienen más mérito intrínseco en sus destinos del que algunos podrán imaginarse por las apariencias superficiales”. Sea lo que fuere, se le avisó en 2 de octubre de 1787 de su próxima designación para la embajada de Turín, donde había de suceder a su cuñado Herrería. Dejó su puesto de Toscana el 8 de marzo de 1788, y llegó el 21 de mayo a Turín, donde presentó sus credenciales el 25. Aquejado de graves problemas de salud marchó con licencia para España (20 de mayo de 1789). Colmado de atenciones en Madrid, donde se le concedió la Cruz de Carlos III, no consiguió sanar y nunca volvió a su embajada aunque conservó la propiedad de ella hasta su elección de consejero de Estado (13 de febrero de 1795), sus cartas recredenciales se enviaron a Turín sólo el 17 de mayo de 1796. Había casado en Madrid en 1790 con Juana María Muñoz Jofre de Loaysa y Salcedo (1762-1806), dama de María Luisa (1794), una viuda que le dio dos hijos: Antonio, marqués de Montesclaros, y Carlota Luisa (1792-1834).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Dirección General del Tesoro, invent. 16, g. 22, leg. 52; Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 3421/1; Órdenes Militares, Calatrava, exp. 1126.

D. Ozanam, Les diplomates espagnols du xviiie siècle, Madrid- Bordeaux, Casa de Velázquez-Maison des Pays Ibériques, 1998.

 

Didier Ozanam

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