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Martín Martínez de Cantalapiedra

Biografía

Martínez de Cantalapiedra, Martín. Cantalapiedra (Salamanca), 1519 – ?, 1577 post. Hebraísta.

Oriundo del pueblo salmantino de Cantalapiedra, fue hijo de Sebastián Martín, boticario, y de Leonor Martín. Se conocen los nombres de tres de sus cinco hermanos, citados por él en el primer interrogatorio de su proceso inquisitorial en 1572: Antonio Martín, labrador en Cantalapiedra, ya difunto por aquel año, Francisco Martín, residente a la sazón en Lima, y Juan Martín, boticario, residente en Salamanca.

Hasta los dieciocho años permaneció en el pueblo, trasladándose a Salamanca para cursar en su Universidad los estudios escolásticos de “latinidad, y artes, y lenguas, y teología”. También fue bachiller en la Universidad de Valladolid al menos durante un año. En el Libro de cursos y bachilleramientos de leyes, artes y teología del año 1543 de la Universidad de Salamanca, se halla el acta de incorporación al Estudio del bachiller Martín Martínez, graduado en la Facultad de Teología de Valladolid. Y aunque los libros de matrículas que van desde el año 1547 al 1550 han desaparecido, sí figura su nombre entre los teólogos y bachilleres en los registros de 1551 a 1555, y si con fecha de 18 de diciembre de 1559, Martín Martínez, “catredatico de hebrayco, o catredatico de las catreda de tres lenguas” (hebreo, caldeo y árabigo), recibió el grado de licenciado en Teología, el 1 de mayo de aquel mismo año había prestado ya juramento como catedrático de “Hebrayco”, cátedra en la que había sido lector desde 1546, contando tan sólo veintisiete años, supliendo entonces a fray Juan Beltrán, trinitario, que había abandonado Salamanca para incorporarse a la Universidad alcalaína.

De la actividad académica del maestro Martínez correspondiente a los años 1560-1563, se conservan muchas noticias a través de las visitas a la cátedra, “e que lee bien e a provecho”. Considerado una “eminencia” por el ilustrísimo rector Juan de Bracamonte, el maestro Martínez al frente del largo título de la obra Libri decem Hypotyposeon theologicarum —obra que junto a la del agustino fray Lorenzo de Villavicencio, De Recte formando theologiae Studio, y la de fray Luis de Carvajal, De restituta Teología, contribuye decisivamente al movimiento de renovación espiritual del momento, escribió cómo desde la fundación del afamado estudio salmanticense él era el primer intérprete de la Biblia, siendo nombrado por ello catedrático de Prima perpetuo. Pero el magisterio del maestro Martín Martínez de Cantalapiedra bebía en la tradición exegética de un Ramón Martí y un Nicolás de Lira que hundía sus raíces en los textos originales hebreos, confrontándolos con el texto latino de la Vulgata y el griego de la Septuaginta. En esta pugna de libertad científica y filológica los hebraístas salmantinos Martín Martínez, fray Luis de León, Gaspar de Grajalestaban comprometidos, y sus interpretaciones filológicas, sus análisis gramaticales y sus criterios para la fijación de los textos bíblicos, levantaron sospechas de heterodoxia que rápidamente encontraron el motivo de ese proceder: sus ascendencias conversas. Así, en 1572 el maestro Martín Martínez era detenido y sometido a proceso inquisitorial por el Tribunal de Valladolid que había sido fundado en 1485. Cinco años duró la vista. Diversos testigos que pretendían conocer a su familia no dudaron el afirmar que la “impureza” de su genealogía procedía del abuelo paterno, Juan Martín, que era “de la casta de cristianos nuevos”, oriundo o bien de Palacios Rubios, cerca de Salamanca, o “de los del Corrillo” de Valladolid, zona y asiento de su judería. De sus propios colegas de claustro como fray Bartolomé de Medina y León de Castro, sufrió acervas acusaciones: tanto él como Grajal “comúnmente sigen las espusiçiones de los judíos y Rabinos, y dexan la de los Santos, e no açen mención dellas [...] en sus pareceres e disputas quitan alguna autoridad a la edición Vulgata, diciendo que se puede açer otra mejor y que tiene ciertas falsedades”. Cinco años después, el 31 de mayo de 1577 Martín Martínez de Cantalapiedra era absuelto de instancia, reprendido y advertido, obligándole a que en su cátedra leyese “concordando el texto hebreo con la Vulgata, como autentica ediction, aprobada por el concilio y con la reuerencia debida a los santos interpretes de la Sagrada Escriptura, porque aquello en quanto católico christiano siente que lo a de hazer, y ansi lo hara”.

 

Obras de ~: Libri decem Hypotyposeon theologicarum, sive regularum ad intelligendum scrituras divinas in duas partes distributi, Salamanca, 1565.

 

Bibl.: M. de la Pinta Llorente (ed.), Proceso criminal contra el hebraísta salamantino Martín Martínez de Cantalapiedra, Madrid, Instituto Arias Montano de Estudios Hebraicos y Oriente Próximo, 1946; C. Carrete Parrondo, Hebraístas judeoconversos en la Universidad de Salamanca, Salamanca, Universidad Pontificia, 1983.

 

María Fuencisla García Casar