Senador patricio e hijo natural de Lucius Aelius Lamia, el cónsul del año 3 d. C., fue nieto del gobernador de la Citerior de los años 24-22 a. C., que tomó parte en las Guerras Cántabras. Él o su padre fueron adoptados por Marcus Plautius Silvanus. Fue padre de Lucius Aelius Lamia Plautius Aelianus, cónsul sufecto del año 80.

Su brillante carrera senatorial comenzó como triunviro monetal (triunvir aere argento auro flando feriundo) y cuestor en los últimos años del gobierno de Tiberio (14-37); su condición de quaestor Tiberii Caesaris indica que, como muy tarde, ocupó este puesto el año 36. Adquirió su experiencia militar en la legión V Alauda en Germania y obtendría las insignias de la pretura a los treinta años de edad hacia el 42. Formó parte del estado mayor de Claudio (41- 54) en la expedición a Britannia de 43-44 y el año 45 obtuvo su primer consulado sufecto. En este tiempo ocupó dos importantes sacerdocios como pontifex y sodalis Augustalis, siendo más tarde gobernador de la provincia anatólica de Asia (55/56) y gobernador y comandante de las tropas de la provincia danubiana de Moesia (60-66/67); con ese ejército luchó contra los Sármatas Bastarnaros y Rhoxolanos y entró en Armenia; todos estos éxitos militares le valdrían una celebración del triunfo en Roma, que no se llegó a celebrar, en los meses finales de Nerón (54-68), por lo que fue Vespasiano (69-79) quien tomó esa iniciativa a comienzos de su gobierno, añadiéndose en el epígrafe del mausoleo de Plautius las palabras pronunciadas en su honor por el Emperador. [...]