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Fernando Amor y Mayor

Biografía

Amor y Mayor, Fernando. Madrid, 24.III.1822 – San Francisco (Estados Unidos), 21.X.1863. Entomólogo y geólogo.

Al decir de Roldán y Herrero, fue la escasez de medios económicos de la familia de Amor lo que hizo que éste ingresara en el seminario conciliar para continuar sus estudios, pero pronto abandonaría la carrera eclesiástica para dedicarse a las ciencias naturales.

Obtuvo el grado de bachiller en Filosofía en 1840 e inició sus estudios de Farmacia en Madrid, que terminó cinco años más tarde. En 1846 efectuó los ejercicios necesarios para la obtención del título de regente en historia natural, en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, así como de catedrático interino del Instituto de Cuenca, y del de Córdoba en septiembre de 1847. Aunque distante del mencionado Museo, Amor estableció estrechos vínculos de trabajo con esa institución y con su director, Mariano de la Paz Graells, uno de los máximos representantes en el campo de las ciencias naturales; vínculos que se tradujeron en el envío de comunicaciones y objetos de historia natural acordes con el proyecto de Graells, aprobado en 1848, en el que se institucionalizaba la relación entre el Museo y las universidades e institutos; de modo que éstos debían formar colecciones propias de historia natural en las áreas geográficas donde se encontraban y remitir ejemplares al Museo de Madrid. Entre los primeros colaboradores estuvo Amor, que de inmediato comenzó a formar un gabinete para el Instituto cordobés y al año siguiente de aprobarse la disposición de Graells envió a éste, desde Córdoba, una abundante colección de rocas, mamíferos, aves, insectos y, especialmente, un lince disecado y preparado por el propio Amor.

Por esa época la Junta de Agricultura de Córdoba le encargó dirigir la destrucción de una plaga de langosta; también se ocupó de otros asuntos oficiales, como el estudio de las aguas de Arenosillo y el análisis botánico de sus alrededores. Estas últimas tareas las realizó desempeñando ya la cátedra en propiedad. Por sus trabajos, el rector de la Universidad de Sevilla, Santiago Fernández Navarrete, le consideró uno de los mejores catedráticos del Instituto de Córdoba. La Diputación de esta ciudad le designó, asimismo, como representante oficial en la Exposición Universal de París en 1855. Además de dar a conocer las riquezas de la región cordobesa —debe recordarse que en esas exposiciones se exponían diversas muestras, no sólo científicas, sino también industriales, comerciales, artísticas—, Amor realizó un estudio sobre las aplicaciones de la agricultura. Al respecto señaló diversas especies de plantas que debían aclimatarse en España, recomendó la preparación de los terrenos con distintos abonos, la utilización de instrumentos y maquinarias existentes, así como sistemas de conservación y mejora, y algunas otras aplicaciones industriales.

Pero sus intereses eran variados y, así, en ese mismo año, participó en un estudio sobre la navegabilidad del río Guadalquivir. Al año siguiente, en 1856, el Colegio de Farmacéuticos de Madrid le nombró socio corresponsal. En 1860 envió a esta corporación una Memoria sobre los insectos epispáticos de algunas provincias de España, donde recogía la clasificación y caracteres de estos insectos; cinco de ellos eran especies nuevas, una de las cuales, Mylabris amorii, le fue dedicada por Graells.

También la Sociedad Económica de Murcia le nombró socio de mérito y le entregó medalla de plata por la presentación que hizo Amor —en la Exposición Agrícola, celebrada en Madrid en 1857— de una colección de maderas afectadas por la acción de ciertos insectos, de los que entregó, asimismo, una colección, y otra de vertebrados de Córdoba. Sus trabajos y relaciones con científicos franceses le habían dado renombre internacional, por lo que la Academia Nacional Agrícola, Manufacturera y Comercial de París y la Sociedad Entomológica de Francia le hicieron miembro en 1852 y 1853 respectivamente.

La nueva Escuela Elemental de Agricultura de Córdoba le nombró director y catedrático en 1858. En el discurso de apertura, Amor destacó la necesidad de desarrollar una agricultura moderna y científica, que estuviese a la altura de las naciones europeas más adelantadas.

En su opinión, la agricultura debía apoyarse en la ciencia y en las experiencias racionales, fecundada con los nuevos descubrimientos y enriquecida con los progresos de las máquinas que abreviaban la duración del trabajo y aliviaban al hombre de la mano de obra costosa. Siguiendo esta propuesta, la Escuela se dividió en dos secciones: una teórica, en el Instituto, y otra práctica, en una granja-modelo, donde se ensayarían métodos de cultivo, se probarían instrumentos y máquinas y se realizarían intentos de aclimatación de vegetales y mejora de animales. De acuerdo con sus intereses, Amor realizó un viaje de exploración a Marruecos, desde el 19 de julio al 7 de agosto de 1859; visitó Tánger, Tetuán y sus alrededores y recolectó, además de especímenes botánicos y zoológicos, diversas informaciones sobre las costumbres de sus habitantes, los moros y judíos de Marruecos.

Aunque el 20 de mayo de 1862 tomó posesión de la cátedra en el Instituto de Valladolid, no llegó a ejercerla, pues en ese mismo mes recibió una carta del naturalista Laureano Pérez Arcas para participar en la Comisión Científica del Pacífico, como vicepresidente de la misma y encargado de la geología y de la entomología. En efecto, formó parte de esa comisión y, como tal, atravesó las Pampas y los Andes para llegar a Valparaíso, de donde partió para Copiapó y el desierto de Atacama. Allí contrajo, al parecer, unas fiebres intermitentes que terminaron con su vida al llegar a San Francisco, en California. Del diario que llevaba Amor —y que entregó al médico José Pérez Lora, de la fragata Triunfo— sólo se salvó una pequeña parte, pues desapareció en el incendio de ese buque.

En el Jardín Botánico de Madrid se le rindió un homenaje en 1866, acto oficial que fue llevado a cabo por una comisión formada por Ferrari, López Dueñas y Martínez Crespo del Colegio Farmacéutico de esta ciudad.

 

Obras de ~: Estudio que sobre Agricultura en sus varias aplicaciones ha hecho la Exposición Universal de París el Dr [...], Córdoba, Imprenta Fausto García Tena, 1856; Discurso leído en la solemne apertura de la Escuela Elemental de Agricultura teóricapráctica de Córdoba, Córdoba, Imprenta Fausto García Tena, 1858; Recuerdos de un viaje a Marruecos, Sevilla, Imprenta de la Andalucía, 1859; Memoria sobre los insectos epispáticos de algunas provincias de España, Madrid, Imprenta de Manuel Álvarez, 1860.

 

Bibl.: R. Castro Ordóñez, “La Expedición científica del Pacífico. San Francisco de California, 27 de octubre de 1863”, en El Museo Universal, 5, año VIII (31 de enero de 1864), págs. 36-37; J. Olmedilla y Puig, Elogio histórico de don Fernando Amor, Madrid, 1872; Bocetos de algunas celebridades de diversas épocas que ofrecen interés en la historia patria, Madrid, Sucesores de Hernando, 1904; A. J. Barreiro, Historia de la Comisión Científica del Pacífico, Madrid, 1926; R. Roldán Guerrero y P. Herrero Hinojo, “Un farmacéutico y naturalista víctima de la Ciencia: don Fernando Amor y Mayor”, en Asclepio, V (1953), pág. 55; M. A. Puig-Samper, Crónica de una expedición romántica al Nuevo Mundo, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1988.

 

Miguel Ángel Puig-Samper