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Gregoria Francisca Parra Queinoge

Biografía

Parra Queinoge, Gregoria Francisca. Gregoria Francisca García de la Parra y Queinoge, sor Gregoria Francisca de Santa Teresa. Sevilla, 9.III.1653 – 27.IV.1736. Religiosa carmelita descalza (OCD), poetisa y mística.

Hija de Diego García de la Parra, oriundo de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y bachiller en Leyes, y de Francisca Antonia Queinoge, mujer de origen flamenco.

Según informa Serrano y Sanz (1905: 379- 384), el matrimonio tuvo diez hijos que vivieron en la ciudad andaluza con no pocas dificultades económicas y se desconoce la formación que pudieran tener.

No es extraño que varios de ellos entraran en religión, como Marcos y Úrsula. Lo mismo hizo Gregoria Francisca, que ingresó con quince años en el Convento del Carmen Descalzo de Sevilla, donde profesó con el nombre de sor Gregoria Francisca de Santa Teresa, cuya personalidad se conoce a partir de una biografía que de ella hizo el catedrático de Salamanca Diego de Torres Villarroel, que se titula Vida ejemplar, virtudes heroicas y singulares recibos de la Madre Gregoria Francisca de Santa Teresa (1738), algo fantasiosa.

Siendo monja, adquirió una amplia formación religiosa, pero también aprendió Gramática, Latín, y cierta cultura literaria para lo que tenía gran facilidad.

Escribió poesía religiosa, una obra de teatro, perdida, que llama de Coloquio espiritual a la beatificación de san Juan de la Cruz (1675), que se representó en un colegio de religiosos de Sevilla y después en el de San José, según señala Hormigón (1996). Por consejo de su confesor, redactó una Autobiografía que pudo leer Torres Villarroel y de la que incluye algunos fragmentos en su Vida ejemplar, pero cuyo paradero es desconocido.

Monja de profundas convicciones religiosas hizo carrera en su convento, donde desempeñó con gran celo el puesto de maestra de novicias y de priora.

En 1706 salió de él para fundar un convento de la Orden en Puente de Don Gonzalo, pueblo que se integró en el XIX en el actual Puente Genil (Córdoba), donde permaneció varios años. Vuelta a Sevilla, siguió con su perfeccionamiento espiritual con experiencias místicas, llegando a tener fama de santa y con poder para hacer milagros. Murió en 1736.

Lo más interesante de su producción es la poesía que se conserva parcialmente en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de España con el título de Poesías de la Venerable Madre Gregoria Francisca de Santa Theresa, con interesantes anotaciones sobre las circunstancias espirituales de su creación, y editada en París con el nombre de Poesías de la Venerable Madre Gregoria Francisca de Santa Teresa (1865), con un retrato de la monja y un prólogo de Antonio de Latour, un texto que recoge casi los mismos poemas del manuscrito con algunas variantes. Sus composiciones son religiosas y místicas, en la línea de Santa Teresa, a quien recuerda en “A Santa Teresa”. Afirma el marqués de Valmar: “Se distingue por la exaltación mística. Todas las impresiones de la vida cobran en su ánimo un carácter intenso de espiritualidad y amor divino [...] Y lo singular es que su afán de morir, aunque vivo y profundo, nada tiene de amargo y de sombrío. No emana del desaliento de la vida, ni de los tormentos del desengaño; es el ansia de subir a la mansión beatífica de los justos, de gozar de la presencia de Dios sin velo y sin distancia” (Augusto de Cueto, 1952). Menéndez Pelayo (1884: 64-65) la considera “como uno de los últimos destellos de la poesía mística en el siglo XVIII”. Emplea los símbolos habituales de la poesía amorosa, popular y culta (pastorcillo, oveja, zagaleja, tórtola enamorada, fuego de amor) que vierte a lo divino; junto a otros que proceden de la literatura sacra tradicional o de las Sagradas Escrituras (pastor, nave, esposo, barquilla). En ocasiones sus versos adquieren una mayor hondura espiritual. Entonces navega por las oscuras galerías del alma donde se palpan las inquietudes interiores: la necesidad de salir de la tierra a la que se siente encadenada, la valoración de la virtud heroica, el deseo vivo y gozoso de la muerte para llegar a Dios, el goce y contemplación beatífico de la divinidad, la vehemencia oracional, la serenidad o la inquietud del alma agitada, sentidas alternativamente.

Sor Gregoria Francisca de Santa Teresa hace una poesía suave y delicada, rehuyendo los excesos conceptistas, con predominio de los metros cortos y ligeros: romance, letrilla, romancillo, redondilla, endecha.

 

Obras de ~: Coloquio espiritual a la beatificación de San Juan de la Cruz [Sevilla], 1675 (desapar.); Autobiografía [Sevilla], s. f. (desapar.); Poesías de la Venerable Madre Gregoria Francisca de Santa Theresa, Carmelita Descalza en el Convento de Sevilla su Patria, s. f. (en Biblioteca Nacional de España, Papeles curiosos, t. 39, ms. 10924, fols. 58v.-91; Poesías de la Venerable Madre Gregoria Francisca de Santa Teresa, Carmelita Descalza en el Convento de Sevilla, en el siglo Doña Gregoria Francisca de la Parra Queinoge, pról. de A. de Latour, París, Librería Garnier Hermanos, 1865).

 

Bibl.: D. de Torres Villarroel, Vida exemplar, virtudes heroicas y singulares recibos de la V. Madre Gregoria Francisca de Santa Theresa, Carmelita Descalza en el Convento de Sevilla: en el siglo Doña Gregoria Francisca de la Parra Queinoge, Salamanca, Imprenta de Santa Cruz, Antonio Villarroel y Torres, 1738 (Salamanca, 1753; Madrid, 1798); M. Menéndez Pelayo, “De la poesía mística”, en Estudios de crítica literaria. Colección de escritores castellanos, vol. I, Madrid, 1884, págs. 64-65; M. Serrano y Sanz, Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas. Del año 1401 a 1833, t. II-1, Madrid, Rivadeneyra, 1905, págs. 379-384; S. Montoto, “Sor Gregoria Francisca de Santa Teresa de Jesús, carmelita descalza en el Convento de Sevilla”, en Discursos leídos ante la Real Academia Sevillana de Buenas Letras en la recepción del [...]. Contestación de D. José Gestoso y Pérez, Sevilla, Tipografía de Gironés, 1913; M. Méndez Bejarano, Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y de su actual provincia, vol. II, Sevilla, Tipografía Gironés, 1922-1925, págs. 197-199; L. Augusto de Cueto (marqués de Valmar), Poetas líricos del siglo XVIII, t. I, Madrid, Atlas, 1952; A. F. Shermann, “The Lover and the captive: Sor Gregoria Francisca de Santa Teresa’s Mystical Search for the Feminine Self in El Pajarillo”, en Dieciocho, 19-2 (1996), págs. 191-201; J. A. Hormigón (ed.), Autoras en la Historia del teatro español (1500-1994), Madrid, Padee, 1996; E. Palacios Fernández, La mujer y las letras en la España del siglo XVIII, Madrid, Ediciones el Laberinto, 2002.

 

Emilio Palacios Fernández