Biography
Su presidencia vino señalada por la aparición de los caracteres políticos que en su inicio mostró la Monarquía hispana de Felipe II, al apreciarse con claridad que las dignidades de las órdenes militares adquirían pleno valor como instrumento de la lucha faccional.
De hecho, su acceso a la presidencia de la Orden de Santiago vino impulsada por el fortalecimiento “ebolista”, constituyéndose el control interino del Consejo de las Órdenes de Calatrava y Alcántara tras la muerte del clavero Hernando de Córdoba, un hecho propicio para el control unificado del poder que perseguía Ruy Gómez.
Sus contactos familiares y políticos le permitieron medrar tanto en la Casa del Emperador como en la Orden de Santiago. Fue III señor de Mancera, gentilhombre de la cámara de Carlos V, alcaide de las fortalezas de Arévalo y Vélez-Málaga, tesorero general de la Corona de Aragón, capitán de una compañía de hombres de armas de la guarda de Castilla, a tan impresionante lista de dignidades no tardó en añadirse hábito de Santiago, que le habilitó para obtener la encomienda de la Sagra y Cenete en fecha anterior a 1517. Desde entonces, inició una relevante trayectoria en el seno de esta Orden apoyado en sus relaciones nobiliarias, ejerciendo como enmienda de Pedro de Acuña, IV conde de Buendía, en el capítulo de la Orden iniciado en Madrid el 25 de noviembre de 1535. El 21 de julio de 1539 obtenía la encomienda de Membrilla, que gozó hasta pasar a la de Hornachos al fallecer el I marqués de Berlanga. [...]
Bibliography
Actas de las Cortes de Castilla, t. V, Madrid, Congreso de los Diputados, 1903, pág. 543 (petición C)
L. Salazar y Castro, Los comendadores de la Orden de Santiago, vol. I, Madrid, Patronato de la Biblioteca Nacional, 1949, pág. 272
Marqués de Siete Iglesias, “Los Trece de la Orden de Santiago.
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