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Pierre-Ernest Mansfeld

Biografía

Mansfeld, Pierre-Ernest. Principe del Sacro Imperio. Castillo de Heldrungen, Sajonia (Alemania), ¿15.VII.1517? – Clausen (Luxemburgo), 25.V.1604. Militar, gobernador de los Países Bajos.

Fue el décimo tercer hijo del conde Ernst de Mansfeld- Heldrungen (1479-1532) y de su segunda esposa la condesa Dorotea de Solms-Laubach (1482-1578). En 1528, a la edad de doce años, ingresó como paje al servicio del Rey de Romanos Fernando I, en cuyo séquito se educó como futuro gentilhombre y capitán, antes de incorporarse a la casa del Emperador en 1533.

Acompañó a Carlos V en la empresa de Túnez en el verano de 1535, y en las visitas de los reinos de Sicilia y Nápoles que siguieron a su significada victoria norteafricana. Es muy probable que estuviese presente en el matrimonio celebrado en Nápoles entre Margarita de Parma y Alejandro de Médicis (29 de febrero de 1536), y en la entrada pública que realizó el Emperador en Roma en abril de aquel mismo año.

Desde 1537 hasta su primera venida a los Países Bajos en 1540 ejerció el oficio de écuyer tranchant. Contrajo matrimonio con Marguerite de Brederode (1 de abril de 1542), que pertenecía a una de las familias más ilustres de la nobleza de los Países Bajos y que le aportó una sustanciosa dote.

El rey Francisco I de Francia declaró la guerra a Carlos V en el verano de aquel mismo año e invadió simultáneamente Artois, Brabante y Luxemburgo, ciudad que cayó en su poder en septiembre, mientras otras importantes villas del ducado apenas ofrecieron resistencia. Mansfeld, al mando de una compañía de caballería armada intervino en Landrecies (Hainaut) en 1543. Ferrante Gonzaga recuperó Luxemburgo y Mansfeld que había colaborado en el asedio de Saint- Dizier, entró en Francia y ocupó Soissons. Las hostilidades cesaron con la Paz de Crèpy (18 de septiembre de 1544). Mansfeld fue nombrado gobernador y capitán general de las provincias de Luxemburgo y Namur (2 de junio de 1545), y una vez instalado en la capital luxemburguesa inicia la mejora de sus fortificaciones introduciendo el nuevo sistema de bastiones y baluartes. A lo largo de sus dos mandatos como gobernador de esta provincia (1545-1552 y 1557- 1604) se valió de ingenieros tan significados como Jacques de Noyen, Jacques du Broeucq, y Pierre Lepoivre. Aquel mismo año de 1545 nació su primogénito Carlos de Mansfeld.

Fue investido caballero de la Orden del Toisón de Oro en el Capítulo XXI celebrado en Utrecht (30 de enero de 1546), y durante la campaña siguiente intervino en la decisiva batalla de Mühlberg contra los príncipes protestantes de la Liga de Smalkalda (24 de abril de 1547). Mansfeld asistió a las fastuosas recepciones que se organizan con motivo de la visita del príncipe Felipe a los Países Bajos entre abril y agosto de 1549, y se destacó en las justas, juegos de armas y banquetes que tuvieron lugar en la Corte de Bruselas, y en los palacios de Tervueren, Binche y Mariemont.

Después acompañó al príncipe en la Joyeuse Entrée de Amberes, ciudad en la que asistió a la boda de su cuñada Marie-Reine de Brederode con Thomas Perrenot, hermano del futuro cardenal Granvela, en presencia de la Familia Imperial. Al año siguiente, recibió los restos mortales de Carlos el Temerario para depositarlos temporalmente en la iglesia de los Cordeliers de Luxemburgo hasta su definitivo traslado a la iglesia de Nuestra Señora de Brujas.

Al reanudarse la guerra con la Francia de Enrique II, Mansfeld ocupó el castillo de Aspremont en La Lorena, pero la reacción francesa se saldó con la ocupación de los tres Obispados de Metz, Toul y Verdún, y diversas plazas luxemburguesas. Mansfeld fue hecho prisionero tras la rendición d’Yvoix en las Ardenas (23 de junio de 1552) y permaneció recluido en el castillo de Vincennes a las afueras de París por espacio de casi cinco años. Pese a la insistencia de los caballeros de la Orden del Toisón, Carlos V se negó a pagar su rescate al soberano francés por considerarle culpable del fracaso imperial ante esta nueva invasión del ducado. Durante su cautiverio, falleció en Namur su primera esposa (31 de mayo de 1554). Tras la abdicación del Emperador en Bruselas, y el regreso de Felipe II a los Países Bajos, se acordó su liberación a principios de 1557 mediante el pago de una elevada suma de 50.000 escudos a los franceses. El conde aprovechó este cautiverio, en las condiciones acomodadas propias de su rango, para cultivar su gusto por la lectura y ampliar su colección de libros personalizada con las magníficas encuadernaciones parisinas que lucen sus armas, su divisa y su nombre desde sus primeras adquisiciones de la década de 1540. De ellas se han localizado unos veintidós modelos diferentes de un total de treinta y siete obras, entre las que se encuentran los tratados militares de Vegecio y de Roberto Valturio, la descripción de África de León el Africano, la Ilíada de Homero, la República de Platón, las historias de Heródoto, Paulo Emilio y Flavio Josefo, una edición francesa del Espejo de Príncipes de Antonio de Guevara, y una novela de caballerías como la Historia de Christalian de España.

Mansfeld asistió a la Dieta de Ratisbona (1557) en representación del soberano español y se sumó después al grueso contingente armado que invadió la Picardía al mando del duque Manuel Filiberto de Saboya.

Las tropas francesas fueron derrotadas el día de san Lorenzo (10 de agosto) en la célebre batalla de San Quintín, en la que se destacó el propio conde de Mansfeld al frente de varios escuadrones alemanes.

Fue herido en la pierna con dos disparos de pistolete.

En reconocimiento de su valor, Felipe II le otorgó el cargo de maestro de campo general de las tropas alemanas.

A esta acción le sigue la ocupación de la villa de San Quintín, la fortaleza de Catelet y del castillo de Harm. La falta de fondos frenó un avance arrollador sobre París.

Pese al ataque francés sobre el ducado de Luxemburgo en la campaña siguiente, la derrota que éstos sufrieron en Gravelinas (31 de julio de 1558) facilitó la apertura de las negociaciones de la Paz de Cateau- Cambrésis (3 de abril de 1559), por la que Francia restituirá finalmente a la provincia de Luxemburgo las plazas de Thionville, Damvillers e d’Yvoix. Entre tanto, Felipe II celebró en Bruselas con extraordinaria magnificencia la pompa fúnebre del emperador Carlos V.

En 1561 Mansfeld acudió a la boda entre Guillermo de Orange y Ana de Sajonia que se celebró en Leipzig (24 de agosto) y visitó otros lugares de Alemania. A su regreso a los Países Bajos, fijó su residencia en su palacio de la rue aux Laines en Bruselas. Contrajo matrimonio en segundas nupcias con Marie de Montmorency (22 de febrero de 1562), viuda de Charles II de Lalaling, y hermana del conde de Hornes y del barón de Montigny, con la que tuvo, poco tiempo después, a su segundo hijo Felipe Octaviano. Ese mismo año se desplazó a Frankfurt para la investidura de Maximiliano II como Rey de Romanos.

En 1563 inició la construcción del palacio y los jardines de La Fontana en Clausen a las afueras de la villa de Luxemburgo. En el salón de las artes y en varios gabinetes reunió una interesante colección de antigüedades clásicas y objetos curiosos, pero sobre todo de pinturas que representaban las siete artes liberales, las virtudes teologales y otras alegorías. En una galería volada sobre el criptopórtico que daba a los jardines, se colocaron los bustos de los cinco emperadores que sucedieron a Julio César, y la estatua antigua de Sansón. Los jardines se completaban con una gruta fingida, la fuente de Venus, la fuente de Baco, y el Hypaethrum de Neptuno (estanque flanqueado por cuadro torrecillas en sus esquinas). La magnificencia del palacio y sus jardines, y la relevancia de sus colecciones causaban la admiración de cuantos la visitaban.

La oposición política contra el cardenal Granvela forzó su salida de los Países Bajos en 1564. Mansfeld y su primogénito Carlos se burlaron de él en una mascarada que organizaron en su residencia bruselense.

La gobernadora general Margarita de Parma encargó a Mansfeld acudir a Portugal para acompañar a la princesa María desde Lisboa y celebrar en Bruselas el matrimonio con su hijo Alejandro Farnesio (noviembre de 1565).

Aunque procedía de un principado alemán donde había arraigado ampliamente el culto luterano, Mansfeld era católico, pero mantenía cierta tolerancia hacia los protestantes en los Países Bajos y era partidario de la supresión de los placartes que habían provocado el estallido de la revuelta iconoclasta en las ciudades flamencas en 1566-1567. Sin embargo, se negó a firmar el llamado Compromiso de los nobles presentado a la gobernadora en aquella difícil coyuntura. Se convirtió enseguida en su primer consejero y renovó su juramento de fidelidad a Felipe II. De hecho, a lo largo de toda la revuelta se mantuvo siempre fiel al soberano español. Tras la llegada del duque de Alba al frente de un poderoso ejército y la instauración del Tribunal de los tumultos o de la Sangre para la represión de los rebeldes, se ordenó el arresto de los condes de Egmont y Hornes en presencia del propio Mansfeld. Sus peticiones de indulto para los culpados resultaron infructuosas y finalmente fueron ejecutados públicamente en Bruselas (5 de junio de 1568). Durante su procesamiento, acompañó a la princesa de Parma hasta su retiro en Italia para regresar a Luxemburgo en la primavera de aquel año.

Gracias a su experiencia táctica y logística, Mansfeld fue un hombre clave en el control del estratégico papel que las plazas de Luxemburgo tenían en el Camino español articulado para el suministro de soldados, recursos materiales y dinero entre Italia y los Países Bajos, pero también para asegurar unas buenas relaciones con los príncipes alemanes vecinos a esta ruta militar y financiera.

Tras declararse la tercera guerra civil francesa en 1568, Mansfeld, enviado por el duque de Alba, acudió en socorro del rey de Francia Carlos IX contra los hugonotes, que contaban con apoyo de tropas alemanas y holandesas. De nuevo resultó determinante su acción en la batalla de Moncontour en Poitou (3 de octubre de 1569), en la que tuvo que enfrentarse con dos de sus sobrinos, el conde Volrad de Mansfeld (al mando de los mercenarios alemanes luteranos del duque de Zweibrücken) y su lugarteniente Charles de Mansfeld. El célebre cirujano Ambroise Paré logró salvarle la vida curándole una herida muy grave de un disparo de pistolete en su brazo derecho, cuya movilidad quedó ya sensiblemente mermada como puede apreciarse en su tortuosa forma de escribir a partir de entonces. Entre los agradecimientos por su valor, recibió una carta del soberano francés en que le califica de “Protector de la corona de Francia”. Al año siguiente falleció su segunda mujer.

En 1574, Mansfeld ingresó en el Conseil d’État y, tras una nueva estancia en Alemania, Felipe II le nombró maestro de campo general en los Países Bajos.

Fue hecho prisionero por los sublevados en el golpe de estado que tuvo lugar en Bruselas el 4 de septiembre de 1576, y se sucedieron la masacre provocada en Amberes por la Furia española y la firma de la denominada Pacificación de Gante (8 de noviembre de 1576) antes de la llegada de Juan de Austria.

Una vez liberado, Mansfeld asumió el mando del repliegue de las tropas italoespañolas fuera de los Países Bajos, para reemprender después la ofensiva contra las fuerzas de los rebeldes y colaborar activamente en la reconquista de las provincias meridionales: ataque al castillo de Chimay, asedio de Philippeville, y recuperación del ducado de Limburgo. Su hija ilegítima Dorotea se casó en aquel verano con el célebre coronel español Francisco Verdugo, gobernador de Frisia (28 de julio de 1578).

A la reconciliación con las provincias valonas sellada mediante la firma de la Unión de Arrás (1579), siguió el asedio de Maastricht y su cruel saqueo por las tropas de Farnesio, que Mansfeld no consiguió evitar. El gobernador general le encargó la formación de un ejército de naturales de las provincias valonas y flamencas leales otorgándole el cargo de maestro de campo general y designando a su hijo como maestre de artillería. En el verano de 1580, acudió a Luxemburgo para recibir a Margarita de Parma, pero su hijo no le dejará compartir el gobierno general de los Países Bajos. El experimentado conde dirigió los asedios de Bouchin, Nivelles, Saint-Ghislain, Tournai y Audenarde entre septiembre de 1580 y julio de 1582. Su hijo Carlos se apoderó de la villa de Eindhoven y de los castillos de Wouw y Westerloo durante la siguiente campaña, mientras Pierre-Ernest hacía lo propio con Diest y Sichem. Mansfeld regresó de nuevo a Bruselas para acompañar a Margarita fuera de Flandes hasta Nancy. En 1585, prosiguió la recuperación de la provincia de Flandes con el avance simultáneo de las tropas mandadas por Farnesio y los Mansfeld hasta llegar a las afueras de Amberes.

Volverá a ser determinante un contraataque de Pierre- Ernest de Mansfeld sobre el dique de Kouwenstein para forzar la rendición de los amberinos (10 de agosto de 1585). Aquel mismo día el propio conde entregaba a Alejandro Farnesio el collar de la Orden del Toisón de Oro. Durante esa campaña, también se recuperó el control sobre otras dos ciudades clave: Malinas y Bruselas. Su hijo Carlos, actuando por su cuenta, atacó sin éxito la villa de Grave y se desquitó tomando Venlo, que fue saqueada sin piedad por sus tropas (27 de julio de 1586).

Ante los preparativos de la Gran Armada contra Inglaterra, Felipe II, a propuesta de Farnesio, designó a Mansfeld como gobernador general interino. Se vio obligado entonces a socorrer al príncipe-elector de Colonia para tomar la villa de Bonn y regresar por el Mosa hasta la plaza de Wachtendonck, que cayó en su poder el 20 de diciembre de 1588. Éste fue el último hecho de armas en el que participó el anciano conde de Mansfeld.

Entre las pinturas de batalla que decoraban su palacio de La Fontana en Clausen, contaba con una treintena de obras que representaban hechos de armas en los que él mismo había intervenido, como la toma de La Goleta (1535), el asedio de Saint-Dizier (1544), la batalla y el sitio de San Quintín (1557), la batalla de Moncontour (1569), el asedio de Maastricht, y la toma de Comines (1579), Bouchain (1580), Nivelles (1580) y Vilvorde (1584), hasta los últimos y más importantes asedios de Amberes (1585) y Wachtendonck (1588). También poseía obras dedicadas a acciones de guerra protagonizadas por su hijo Carlos, como los asedios de Grave, Venlo y Neuss (1586), y de La Esclusa (1587); y como era habitual en las galerías de los palacios de la época, incluía representaciones de otros hechos de armas de gran trascendencia en los reinados de Carlos V y Felipe II: la batalla de Pavía (1525), el Sacco di Roma (1527), la batalla de Mühlberg (1547), el asedio de Malta (1565), las batallas navales de Lepanto (1571) y las Azores (1582), y la entrada de Felipe II en Lisboa (1580).

En esta gran galería, colgaban también hasta ciento treinta y tres retratos pequeños de Soberanos, príncipes y princesas, nobles y militares relevantes de su época, junto con otros retratos de cuerpo entero de Carlos el Temerario, Carlos V y Felipe II, y de su familia.

Como decano de los principales nobles leales, volvió a asumir la interinidad del gobierno de los Países Bajos durante las dos incursiones de Alejandro Farnesio en Francia en apoyo de la Liga Católica (1590 y 1592), y también tras la muerte de aquél en diciembre de 1592 compartiendo el mando con el conde de Fuentes hasta la llegada del archiduque Ernesto de Austria (17 de enero de 1594). Durante estas interinidades las relaciones entre los Mansfeld y Farnesio fueron especialmente tensas. Se quejaban de la falta de recursos militares y financieros que les dejaba Farnesio al atender sus campañas en Francia, mientras ellos tenían que hacer frente en pésimas condiciones a las ofensivas emprendidas por Mauricio de Nassau desde las provincias septentrionales.

Durante aquella década fallecerán en combate los dos hijos legítimos de Mansfeld: Octaviano cerca de Nimega (1591) y Carlos en el asedio de Gran en Hungría (1595). Entre sus nietos, solamente vivía René de Chalon, hijo de Palaméde de Chalon y de Polixena (nacida del primer matrimonio de Pierre-Ernest de Mansfeld). A lo largo de su vida, había tenido cinco hijos de su primera esposa (Federico, Carlos, Juan, Polixena y Felipe), uno con su segunda esposa (Felipe Octaviano), y cinco hijos ilegítimos, de los que una fue con una mujer desconocida (Dorotea), tres con Anne de Benzareth (Ernesto, Ana María y Carlos), y por último el quinto con Catherine Wetzeler (Felipe).

En su testamento (20 de diciembre de 1602), el conde de Mansfeld legó casi todos sus bienes al monarca español Felipe III. Aunque su patrimonio se dividió entre las Cortes de Bruselas, Luxemburgo y Madrid, y otra parte pasó a algunos de sus familiares, las investigaciones más recientes han permitido reconstruir el inventario detallado de sus colecciones en Clausen, y el envío entre julio de 1607 y marzo de 1609 de aquellas decenas de esculturas y pinturas que fueron seleccionadas para el soberano español, así como la llegada posterior de sus tapicerías en 1645.

Estas obras del legado de Mansfeld forman parte actualmente de las colecciones del Patrimonio Nacional y el Museo del Prado.

 

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Bernardo J. García García

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