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Luis José de Borbón y Mancini

Biografía

Borbón y Mancini, Luis José de. Duque de Vendôme, duque de Penthièvre. París (Francia), 1.VII.1654 – Vinarós (Castellón), 10.VI.1712. Estratega de Luis XIV y mariscal de campo.

Luis José de Borbón, hijo del duque de Vendôme, Luis de Borbón, y de Laura Mancini, sobrina del cardenal Mazarino, fue conocido hasta la muerte de su padre bajo el nombre de duque de Penthièvre. A los dieciocho años la vocación militar le llevó a servir al rey Luis XIV como voluntario del ejército de Flandes en la llamada Guerra de Holanda (1673-1678). Su valentía —que rayaba la temeridad— y habilidad táctica contribuyeron, más que la alcurnia, a su rápido encumbramiento. Pronto alcanzó el grado de coronel bajo las órdenes de Turenne y Condé, luchando contra las fuerzas imperiales hasta la Paz de Nimega (1678), que supuso para España la pérdida del Franco Condado. Pasó entonces un largo tiempo de solaz en la corte, saboreando las mieles del triunfo en los salones y protagonizando notorios escándalos por sus licenciosas costumbres. El monarca francés no abandonó su actitud provocadora y agresiva. Con el pretexto de interpretar las cláusulas dudosas de paz con el Imperio, reanudó las campañas militares de conquista a las que se incorporó Vendôme en la confianza de que su regreso a la milicia le reportaría distinciones más honorables que las que podía obtener permaneciendo en la corte.

España declaró la guerra a Francia cuando fue asediada Luxemburgo, pero sólo era un gesto para salvar el honor. Cuando cayó la plaza, un congreso europeo reunido en Ratisbona acordó una tregua general de veinte años (1684), que sólo duraría cuatro. El mariscal de Créqui, a cuyas órdenes luchó Vendôme, tuvo ya entonces el presagio de que se hallaba ante uno de los mejores hombres de guerra de Francia. Sus méritos indiscutibles le valieron los nombramientos de teniente general (1688) y general de las galeras (1694).

La responsabilidad por la Guerra de los Nueve Años, iniciada en la primavera de 1689, fue compartida por Luis XIV y el nuevo rey inglés Guillermo III de Orange, artífice de la Liga de Augsburgo, en la que entraron tanto protestantes alemanes, ingleses y holandeses como estados católicos: la Austria del emperador Leopoldo I y España que, si bien exhausta de recursos, se veía obligada a intervenir para no quedar aislada. Bajo las órdenes de Luis XIV y del mariscal de Luxemburgo, Vendôme luchó en el frente de los Países Bajos e hizo gala de su ingenio militar en las victorias de Namur (junio de 1692), y, sobre todo, en Steinkerque (agosto de 1692) donde la genialidad del intrépido militar obligó a las tropas de Guillermo III a abandonar el campo con siete mil bajas.

Después de estos éxitos militares propios de un consumado estratega, Luis XIV le confió el mando del ejército de Cataluña en 1695. Sus primeras acciones fueron demoler Castellfollit y Hostalric; luego, aprovechando las desavenencias de los aliados, salió bien parado del sitio de Palamós y estabilizó el frente a la espera de la próxima campaña. En la primavera de 1696, regresó con más tropas al lograr Francia la paz con Saboya y suspenderse las hostilidades en el frente italiano. El 1 de junio atacó, entre Maçanet y Hostalric, a la caballería del príncipe Jorge de Darmstadt que salvó la vida milagrosamente. A principios de 1697, sabiendo que los anglo-holandeses estaban dispuestos a aceptar la paz, Luis XIV decidió atacar duramente por Cataluña. Vendôme reforzó su ejército con parte de las tropas del mariscal Catinat y se dispuso para el asalto final a Barcelona. Disponía de veinticuatro mil hombres y una armada de catorce navíos, treinta galeras, tres balandras y ochenta embarcaciones auxiliares.

Su tren de artillería estaba compuesto por cincuenta y seis cañones de batir y dieciocho morteros. El 15 de junio movió el ala derecha de su ejército, iniciando el sitio de Barcelona. Cuando el virrey conde de Corzana firmó la capitulación con Vendôme, el 11 de agosto, la ciudad había recibido el impacto de más de ocho mil bombas y las bajas de la guarnición ascendían a cuatro mil quinientos muertos y ochocientos heridos. Las provincias unidas, Inglaterra y la Monarquía hispánica firmaron la paz con Francia el 20-21 de septiembre de 1697. El 4 de octubre la noticia del ajuste de las paces generales le llegó a Vendôme, que inició la retirada sacando las guarniciones de las plazas ocupadas.

Al comenzar la Guerra de Sucesión, Luis XIV —que actuaba como si fuera el verdadero rey de España, y su nieto, Felipe V, un mero fantoche— tuvo que enfrentarse a la Gran Alianza de La Haya durante doce años en Italia, Alemania, España y los Mares. En los inicios de la confrontación, el duque de Vendôme se encargó del mando del ejército hispano-francés que operaba en Italia. El 14 de julio de 1702 obtuvo una rotunda victoria sobre el príncipe Eugenio en San-Vittoria; en agosto siguiente fue sorprendido en Luzzara, pero después de una trabajosa batalla, que quedó indecisa, los imperiales dejaron el campo libre, apoderándose entonces Vendôme de Guastalla y Borgoforte. En 1703 venció a Starhemberg y a Visconti; en 1704 conquistó Vercelli y el 16 de agosto de 1705 derrotó de nuevo al príncipe Eugenio en Bassano, acción que figura entre las más notables de la historia militar. La batalla de Ramillies, perdida por Villeroi en los Países Bajos, hizo que Luis XIV llamara apresuradamente al duque de Vendôme para defender las fronteras septentrionales de Francia. Éste detuvo la marcha de Marlborough y se apoderó de Gante (1708). Pero el duque de Borgoña —nieto de Luis XIV—, que estaba al mando del Ejército, desoyendo los consejos de Vendôme, fue vencido en Oudernarde y los franceses sufrieron importantes reveses. Contrariado por la inoperancia a que lo sometía el duque de Borgoña, Vendôme se retiró a sus posesiones en el castillo de Anet.

Pronto abandonaría, no obstante, su exilio de la manera más honorable. En 1709, la retirada de las tropas francesas que apoyaban a Felipe V dejó las campañas en manos de las españolas, menos expertas, y los aliados lograron volver a tomar Zaragoza (agosto de 1710) y Madrid (septiembre de 1710). Luis XIV, enfrentado con unas exigencias inglesas inaceptables, advirtió rápidamente que su salida de España había sido un error. El 28 de agosto ordenó al duque de Vendôme que acudiera a la Península con tropas de refuerzo para ponerse al frente del ejército de Felipe V. Su actuación no pudo ser más rápida ni más eficaz. Recuperó Madrid, hizo prisionero en Brihuega al general Stanhope con dos mil combatientes ingleses y venció, en una batalla decisiva para la causa de Felipe V, al general austríaco Starhemberg en Villaviciosa (diciembre de 1710). Del centro pasó a Cataluña, la única zona aún controlada por los aliados, estableció su base en Cervera y llevó a cabo una dura campaña contra los imperiales.

Mientras, la suerte de la guerra se decidía en los círculos diplomáticos europeos. El nuevo gobierno tory de Inglaterra estaba decidido a firmar la paz, y, a fines de 1711, tras la muerte del emperador José I, su hermano, el archiduque Carlos (Carlos III) cambió la Corona española por la imperial (Carlos VI). Vendôme no alcanzó a vivir lo suficiente para ver que los tratados de Utrecht reconocían a Felipe V como rey de España y sus Indias. El 10 de junio de 1712 fallecía en Vinarós a causa de un ataque de apoplejía. Su súbita desaparición fue un duro golpe para los españoles pro borbónicos, aunque la inminencia de la paz vendría muy pronto a completar la misión que el mariscal tan brillantemente había cumplido. Felipe V quiso homenajear al carismático militar ordenando que fuera enterrado en el Panteón de El Escorial.

 

Bibl.: C. Millot, Mémoires [...] duc de Noailles. Nouvelle collection pour servir à l’histoire de France, Paris, 1777; L. Villeneuve, Éloge du duc de Vendôme, Agen, Noubel, 1783; G. de Passac, Vendôme et le Vendômois, s. l., 1824; H. Kamen, La Guerra de Sucesión en España, 1700-1715, Barcelona, Ediciones Grijalbo, 1974; A. Corvisier, Les français et l’armée sous Luois XIV d’aprés les mémoires des Intendants, Vincennes, Ministère de la defense, Etat Major de l’Armée de terre, Service historique, 1975; J. Albareda, Els inicis de la Guerra de Successió a Catalunya, tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona, 1990; A. Corvisier, Histoire Militaire de la France, I. Des origines à 1715, Paris, Puf, 1992; A. Espino López, Catalunya durante el reinado de Carlos II. Política y guerra en la frontera catalana, 1679-1697, Bellaterra, Universitat Autònoma de Barcelona, 1999.

 

Antonio Fernández Luzón