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Juan de Vargas Hurtado

Biografía

Vargas Hurtado, Juan de. Toledo, s. XVII – Océano Pacífico, 1690. Caballero de la Orden de Santiago, gobernador de Filipinas.

Hijo de Juan de Vargas Hurtado y de María Hurtado, naturales de la ciudad de Toledo.

Después de haber servido en las campañas de Flandes y Extremadura fue nombrado gobernador y capitán general de Filipinas y presidente de su Real Audiencia, despachándosele sus títulos por reales provisiones fechadas en Madrid (18 de junio de 1677) y concediéndosele la licencia de embarque en el mes siguiente (13 de julio de 1677) junto a su mujer más seis criados y arribó a Filipinas en el año siguiente (21 de septiembre de 1678).

Durante su gobierno se ocupó en el restablecimiento del presidio de Zamboanga (1681-1683), en fomentar las misiones y evangelización de las islas Marianas, a las que envió la balandra San Francisco Javier en 1680, que había hecho construir con dicho propósito, y, nuevamente en 1683, arribando esta vez a la isla de San Juan, y trabajó en la reconstrucción del Colegio de Santa Potenciana.

Su estancia en Filipinas estuvo marcada por los permanentes conflictos con la Real Audiencia y con casi todos sus ministros, lo que ya había movido a la corona a solicitar a los obispos de las islas que informaran sobre sus procedimientos (30 de diciembre de 1679) y pocos años después (1682) se ordenó al virrey de la Nueva España que le formara causa por haber permitido al general Antonio Nieto comerciar con el Reino de Cantón cuando le había enviado a comprar armas de fuego a la ciudad de Macan, pero su enfrentamiento más trascendente fue con los religiosos dominicos y con el arzobispo fray Felipe Pardo, el que culminó con el decreto que, con acuerdo de casi todos los ministros de la Real Audiencia, dispuso el destierro del arzobispo y de varios dominicos a la provincia de Pangasinan (1684), cuando, por su parte, el religioso ya había excomulgado al gobernador, lo que ocurría poco tiempo antes de la llegada del nuevo gobernador, Gabriel de Curucelaegui, quien tomó posesión antes de que acabara dicho año (24 de agosto de 1684) e hizo volver al prelado de su destierro y le repuso en su silla, haciendo permanecer a Vargas Hurtado en Manila mientras duraba su juicio de residencia.

Enterada la Corona del destierro del arzobispo, dispuso que concurriera en calidad de juez pesquisidor a las islas el alcalde de Casa y Corte Francisco de Campos Valdivia, a quien se le comunicó (18 de enero de 1687) que los cuatro oidores y el fiscal habían sido suspendidos de sus oficios y que se había dado orden, al nuevo gobernador y a los nuevos oidores de la audiencia, que prendieran al gobernador Vargas Hurtado y a los oidores dichos ministros y que les llevaran, bajo custodia, a los lugares donde habían estado desterrados el arzobispo y los dominicos, y que una vez que les tomara confesión les hiciera salir en el primer navío que hubiera a la Nueva España, pero sin permitirles la entrada en las ciudades de Méjico y Guatemala, señalándose respecto de Vargas Hurtado que debía ser desterrado al pueblo de Lingayén, cabecera de la provincia de Pangasinan, orden que fue cumplida en el año siguiente y así fue entregado al alcalde mayor y capitán a guerra de dicha provincia (12 de octubre de 1688) y sólo dos años más tarde fue enviado a México, pero pereció en el curso de la navegación.

Había contraído matrimonio en Badajoz (3 de octubre de 1672) con Isabel de Ardila, bautizada en la parroquia de Santa María de Gracia de la villa de Talavera la Real (31 de diciembre de 1651), hija de Pedro de Ardila Guerrero, alcalde ordinario y regidor perpetuo de la villa de Talavera, y de María de San Nicolás.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.441, n. 2, r. 15; Escribanía, 411, 412, 413; Filipinas, 11, r. 1, n. 7, 20, 32, 40, 45, 51, 54, 55; Filipinas, 14, r. 1, n. 9; Filipinas, 23, r. 17, n. 50; Filipinas, 24, r. 2, n. 11; Filipinas, 24, r. 8, n. 39; Filipinas, 25, r. 1, n. 13, 16; Filipinas, 66; Filipinas, 90, n. 1; Filipinas, 91, n. 1; Filipinas, 122, n. 2; Filipinas, 163, n. 18; Filipinas, 331, l. 7, fols. 290r., 344r.- 344v., 368r.-369r., 407v.-408r., 422r.-422v., 432r.-433v.; Filipinas, 331, l. 8, fols. 168v.-169r., 178v.-180r.; Filipinas, 341, l. 8, fol. 42r.; Filipinas, 348, l. 5, fols. 271r.-274r.; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Órdenes-Expedientillos, exp. 4.472; Órdenes-Santiago, exp. 8.529.

Manifiesto jurídico por el Maestre de Campo D. Juan de Vargas Hurtado Capitán General que fue de las Islas Filipinas, en repuesta del que dio a luz de Fr. Raimundo Berart como poder aviente de aquel arzobispo sobre la reducción y penitencia publica impuesta al dho D. Juan de Vargas, Madrid, Viuda de Río de Miranda, 1691; G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1981.

 

Javier Barrientos Grandon