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Xavier Antonio Marcelino Oráa Lecumberri

Biografía

Oráa Lecumberri, Xavier Antonio Marcelino. Beriain (Navarra), 26.IV.1788 – 23.XI.1851. Teniente general, gobernador, ministro de Guerra.

Fueron sus padres Juan Bautista Oráa Miguel y Joaquina Lecumberri Irisarri. Estaba casado con María Josefa de Erice Zialzeta (18 de agosto de 1814). Su único hijo Marcelino falleció como teniente de la Guardia Real durante la Primera Guerra Carlista (22 de mayo de 1836).

Completada su formación básica pasó a Pamplona, en donde inició los estudios de Jurisprudencia, que se vio obligado a abandonar por motivos de salud.

Al iniciarse la Guerra de la Independencia, promovió diversas actividades encaminadas a apoyar la resistencia contra los franceses y posteriormente trató de trasladarse a Cataluña para alistarse como simple soldado. El 1 de septiembre de 1810 ingresó como cadete en el Batallón de Tiradores de Cuenca, del que pasó a las tropas que luchaban en Navarra (4 de junio de 1811). La valía demostrada en las acciones en las que intervino en los primeros momentos, le supuso su nombramiento de capitán (5 de julio de 1811). El 3 de enero de 1813 fue nombrado primer sargento mayor del quinto Batallón de la División de Voluntarios de Navarra, equivalente a teniente coronel.

Participó en numerosas acciones de guerra, destacando su intervención en la de Maeztu, y en la batalla de Vitoria. El 25 de julio de 1813 fue nombrado jefe de Estado Mayor de la octava división del Cuarto Ejército. Participó en el asedio de Zaragoza y dirigió la toma de la plaza de Jaca, que ocupó el 5 de diciembre de 1813. Ante la ausencia de Mina estuvo al frente de sus tropas en el ataque a Saint-Jean de Pie-de-Port.

A continuación fue destinado al Ejército del Centro, y a mediados de 1818 se encontraba en Cataluña dirigiendo los cordones sanitarios y la persecución de malhechores al frente de un cantón. En dicha misión se mantuvo hasta octubre de 1820. Durante un mes (del 9 de enero al 9 de febrero de 1822) desempeñó la Comandancia Militar de Tafalla.

Estando de guarnición en Valladolid, salió con su Batallón el 5 de julio de 1822 en dirección a El Pardo, al objeto de combatir a los miembros de la Guardia Real que se habían sublevado contra el sistema constitucional. No tuvo que intervenir, pues antes de su llegada se había logrado controlar la rebelión, y a continuación fue enviado a Guadalajara a perseguir las partidas absolutistas. Un mes más tarde (15 de agosto de 1822) regresó a la capital castellana. De allí partió inmediatamente a luchar en el norte de Burgos contra las facciones encabezadas por Gerónimo Merino e Ignacio Alonso Cuevillas, y evitar las incursiones de las que operaban en la provincia de Vizcaya.

Posteriormente combatió contra las tropas francesas llegadas a España para restablecer el sistema absolutista. En el retroceso ante dichas fuerzas se dirigió a Galicia, en donde desempeñó el mando de la vanguardia del Ejército de aquel Reino. El repliegue de las tropas le llevó a La Coruña, en donde fue presidente de la Junta de Seguridad y Tranquilidad Pública; siendo hecho prisionero el 20 de agosto de 1823 como consecuencia de la capitulación de la plaza. El 1 de marzo de 1824 obtuvo la licencia indefinida.

El 31 de marzo de 1827 fue nombrado por el virrey de Navarra comandante del depósito de portugueses existente en Cascante. Su reincorporación al Ejército se produjo el 1 de octubre de 1827, siendo ascendido un año más tarde a teniente coronel mayor (1 de octubre de 1828). Durante el reinado de Fernando VII fue agraciado con dos nuevos ascensos: grado de coronel (27 de febrero de 1829) y coronel efectivo (16 de mayo de 1833). Desde finales de 1832 hasta la muerte de Fernando VII estuvo ocupado en diversas inspecciones por Andalucía, Ceuta, Granada y Murcia.

Al iniciarse la Guerra Carlista fue enviado a Navarra por el capitán general de Aragón, y el 25 de diciembre de 1833 participó en la batalla de Nazar y Asarta. Su actuación dicho día fue premiada con el ascenso a brigradier. Durante el año 1834 participó en numerosas acciones de guerra, generalmente en la provincia de Navarra.

En 1835 actuó a las órdenes de Mina, dirigiendo las operaciones de aislamiento de los carlistas mediante el corte de las relaciones a través de la frontera francesa. El 29 de mayo fue derrotado por Tomás Zumalacárregui en Elzaburu, a consecuencia de lo cual cayó en manos carlistas una extensa zona en las inmediaciones de Pamplona. Aunque su campo de actividad se centraba casi exclusivamente en territorio navarro, participó en las operaciones de levantamiento del sitio de Bilbao el 1 de julio. El 12 de julio de 1835 dejó el mando de tropas para ocupar la Jefatura de Estado Mayor del Ejército del Norte, en la que se mantuvo hasta su traslado a la Capitanía General de Aragón. Su actuación en la batalla de Mendigorría (16 de julio de 1835) fue premiada con el ascenso a mariscal de campo.

Tras la dimisión de Luis Fernández de Córdova, ocupó interinamente el mando del Ejército del Norte (del 19 de agosto al 24 de septiembre de 1836), hasta el nombramiento de Baldomero Espartero. El 6 de noviembre de 1836 rechazó su traslado a la Capitanía General de Valencia, para poder participar en las operaciones de ataque a los sitiadores de la plaza de Bilbao, dirigiendo la decisiva batalla de Luchana (24 y 25 de diciembre de 1836) hasta la recuperación del general Espartero. Su comportamiento en esta última le valió el ascenso a teniente general.

El 4 de marzo de 1837 fue nombrado capitán general de Aragón y general en jefe del Ejército del Centro, cargos a los que unió el de capitán general de Valencia y Murcia. Su nuevo campo de acción fue el teatro de operaciones de Aragón y Levante, en donde se enfrentó a Ramón Cabrera, la Expedición Real, y a principios de 1838 combatió en Murcia y Albacete a las tropas carlistas de Tallada. Quizá como consecuencia de la derrota de Morella, se le apartó del mando destinándosele de cuartel a Madrid (3 de octubre de 1838).

Permaneció en la misma situación hasta su nombramiento como gobernador capitán general de Filipinas (13 de mayo de 1840). El 15 de febrero de 1841 tomaba posesión de su destino. Durante su mandato tuvo que sofocar dos rebeliones. La primera en la provincia de Tayabas, al frente de la cual se encontraba un ex-religioso de la Orden de San Juan de Dios. El 21 de enero de 1843 la sublevación corrió a cargo de una parte de las tropas indígenas acantonadas en Malate. El 12 de junio de 1842 entregó el mando a su sucesor, aunque permaneció algún tiempo en la isla a la espera de la finalización de la época de los monzones. Al llegar a España (14 de enero de 1844) fue destinado de cuartel a Madrid. El 27 de septiembre de 1845 fue nombrado miembro del Consejo Real y dos meses más tarde (29 de noviembre) vicepresidente de la sección de Ultramar de dicha institución.

El 15 de febrero de 1847 se le encargó la cartera de Guerra en un Gobierno presidido por el duque de Sotomayor. Su permanencia al frente de dicha cartera no llegó al mes y medio (28 de marzo). Tras su cese pasó a la situación de cuartel.

Su actuación parlamentaria se circunscribió a la obtención de dos actas senatoriales. El 7 de noviembre de 1837 fue nombrado senador por la provincia de Teruel y se mantuvo en la Cámara durante las legislaturas de 1837-1838, 1838-1839 y 1839. Sus intervenciones de temática militar fueron escasas debido a sus destinos al frente de tropas. Presentado nuevamente a las elecciones fue nombrado senador por Navarra (9.V.1840), pero renunció inmediatamente por haber sido destinado a Filipinas en calidad de capitán general. Un decreto de 15 de agosto de 1845 le nombró senador vitalicio y tomó posesión del cargo el 17 de diciembre de 1845. No intervino en ninguna ocasión.

Estaba en posesión de importantes condecoraciones recibidas por méritos de guerra, especialmente los contraídos durante la Primera Guerra Carlista: sitios de Bilbao, Cruz de San Fernando de 3.ª Clase, Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Americana de Isabel la Católica (1836) y dos Cruces Laureadas de 4.ª Clase de la Real y Militar Orden de San Fernando por la batalla de Chiva (1837) y la retirada de Morella a Alcañiz (agosto de 1838). Además, recibió el título de caballero de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (1832), y posteriormente la Gran Cruz de la misma Orden (1841); y la Gran Cruz de la Real y distinguida Orden de Carlos III (1844).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. O-403; Celebres, 40, exp. 9; Archivo General de la Administración, Presidencia leg. 2994 exp. 660; Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 6319; Fondos Contemporáneos, Ministerio de Hacienda, leg. 5061 exp. 26; Archivo del Senado, leg. 321 exp. 5; Servicio Histórico Militar, leg. O-3 rollos 38-39.

E. ChamorroBaquerizo, “El teniente general don Marcelino Oraá. Necrología”, en Estado Mayor General del Ejército Español, Madrid, 1852, págs. 213-214; E. Urrutia, “Marcelino Oraá”, en Euskalerriaren alde, XVIII (1928), págs. 393-394; Servicio Histórico Militar, Guerra de la Independencia, ts. VIII-1 y VIII-2, Madrid, Librería Editorial San Martín, 1972; VV. AA., Diccionario Biográfico de los Parlamentarios de Vasconia (1808-1876), Vitoria-Gazteiz, Eusko Legebiltzarra, Parlamento Vasco, 1993; A. Ceballos-Escalera, J. L. Isabel y L. Ceballos-Escalera, La Real y Militar orden de San Fernando, Madrid, Palafox y Pezuela, 2003.

 

José Ramón Urquijo Goitia

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