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Ibn Battuta

Biografía

Ibn Battuta. Sams ad-Din ‘Abd Allah Muhammad ibn ‘Abd Allah ibn Muhammad ibn Ibrahim ibn Muhammad ibn Ibrahim ibn Yusuf al-Luwati at-Tanyi Ibn Battuta. Tánger (Marruecos), 25.II.1304 – Marruecos, 1368-1369 o 1377. Viajero.

En los primeros siglos del islam, al irse consolidando los vastos territorios ocupados por el imperio musulmán como parte del mismo y, al mantener relaciones crecientes con los aledaños, se vio necesario el desarrollo de los estudios geográficos para mejorar esos contactos, para disponer de información que facilitara ulteriores avances o, simplemente, para apoyar el trabajo del sahib al-barid (Jefe de correos), que había de manejar datos de lugares próximos o lejanos sobre transporte, tributos, movimientos de población, postas, etc. A partir del siglo IX d. C. aparecieron obras de difícil catalogación, aunando la erudición y una inclinación placentera por la creación estética, con lo cual las obras que se van compilando recogen elementos astronómicos, juegos literarios, matemáticos, etnográficos, historia y reseñas de flora o productos naturales. Desde la centuria del XII, el factor literario empezó a imponerse con gran cantidad de noticias peregrinas, rarezas y prodigios. Recordemos, pues, el título que Ibn Battuta pone a su obra (Regalo de curiosos sobre peregrinas cosas de ciudades y viajes maravillosos). Las misiones de embajadores, comerciantes o espías acompañaban al desarrollo de toda esta corriente, entre la ciencia y la literatura de creación.

Blachère-Darmaun ofrecen una útil clasificación cronológica y temática de la literatura geográfica árabe:

1º- Aparición de la Geografía literaria en los siglos IX-X con: a/ compendios para uso de funcionarios; y b/ obras geográficas para gentes ilustradas.

2º - El agotamiento de los géneros originales hace aflorar: a/ relatos de viajeros (siglos X-XII); b/ el género de los Itinerarios y los estados (al- Masalik wa-l-mamalik); y c/ vulgarizaciones como las de al-Mas ‘udi (+ 956) y al-Biruni (+ 1048).

3º - la evolución última de los géneros, a partir del siglo XII, deriva en: a/ diccionarios geográficos; b/ cosmografías y geografías universales; c/ enciclopedias histórico-geográficas; y d/ el relato de viajes o rihla, al que pertenece Ibn Battuta.

Sams ad-Din ‘Abd Allah Muhammad ibn ‘Abd Allah ibn Muhammad ibn Ibrahim ibn Muhammad ibn Ibrahim ibn Yusuf al-Luwati at-Tanyi Ibn Battuta nació en Tánger el 25 de febrero de 1304 y falleció en Marruecos en 1368-9 o en 1377: sobre esto último hay motivos para la duda. Su vida empieza a interesarnos a partir de su salida hacia La Meca en 1325 para cumplir el precepto de la peregrinación. Resumiendo mucho el curso de sus desplazamientos, debemos señalar que una vez cumplida la peregrinación, el viajero fue descubriendo las posibilidades de mantenerse convirtiendo el viaje en una forma de vida. Así, recorrió el norte de África, Egipto, el Oriente Medio, la costa de África Oriental hasta Kulwa (la Quiloa de los portugueses), el sur de Rusia y Constantinopla, retornó al Turquestán y cruzó Afganistán para llegar al valle del Indo en septiembre de 1333 (según su cronología, no la establecida por Hrbek y Gibb). Permaneció en la India casi una década, y año y medio en las Islas Maldivas. Su viaje al Extremo Oriente comenzó por Ceilán, Bengala, Assam y Sumatra, si bien hay dudas fundadas acerca de la veracidad de su entrada en China, aun de manera parcial. En abril de 1347 se hallaba de nuevo en Malabar y desde allí retornó al golfo Pérsico, a Bagdad, Siria y Egipto, realizando una cuarta y postrera peregrinación a La Meca. En Alejandría se embarcó para Túnez en 1349, de donde, en un navío catalán, se desplazó a Cerdeña, para finalmente terminar su viaje en Fez, en noviembre de 1349. Y aún cumplió otros dos viajes: a al-Andalus y al imperio negro de Malí. Al regreso a Marruecos, el sultán Abu ‘Inan le ordenó redactar sus memorias, lo que llevó a cabo gracias a la colaboración del granadino Ibn Yuzayy, dando a luz su rihla, que hemos titulado en nuestra versión española como A través del islam, tomando en consideración sus desplazamientos por, prácticamente, todos los países islámicos del tiempo.

La vida y viajes de Ibn Battuta tuvieron lugar en un momento grave de la Baja Edad Media: en el Mediterráneo, el comercio y expansión económica de aragoneses, venecianos, genoveses, etc., estaban logrando la hegemonía en el mar (él mismo embarcó varias veces en navíos cristianos). Predominio comercial que vino a resultar el contrapeso y paradójico colofón de las Cruzadas en Oriente Próximo, liquidadas en la centuria anterior por los mamelucos egipcios. El autor era, ante todo, un “Viajero del islam”, pisando pocas veces tierras cristianas y siempre de manera fugaz (Constantinopla y Cerdeña).

Con el argumento de “luchar por la fe” (yihad), Ibn Battuta pasó a Gibraltar, donde admiró las fortificaciones dispuestas por el meriní Abu l-Hasan –después de recuperarla en 733 H (1333 d. C.)– y completadas por su sucesor Abu ‘Inan. De Gibraltar marchó a Ronda y de ahí a Marbella y Fuengirola, en cuyo camino estuvo a punto de ser apresado por corsarios cristianos que habían desembarcado de cuatro galeras surtas en la costa. Llegó a Málaga, ciudad en la que elogió los precios de las frutas de la tierra que –recuerda– se exportaban al Magreb y el Oriente árabe. Se asombraba por las dimensiones de su mezquita aljama y por la maravillosa cerámica dorada de fabricación local. Al igual que en otras comarcas y urbes del islam que visitó, menciona detalladamente a cuantos jueces, teólogos y jurisconsultos fue conociendo.

A su paso por Vélez siguió elogiando higos, granadas, uvas…Tras rebasar Alhama, entró en Granada, de la que dice: “Granada, capital del país de al-Andalus, novia de sus ciudades. Sus alrededores no tienen igual entre las comarcas de la tierra toda, abarcando una extensión de cuarenta millas, cruzada por el famoso río Genil y por otros muchos cauces más. Huertos, jardines, pastos, quintas y viñas abrazan a la ciudad por todas partes”.

Intentó visitar al sultán de Granadam, Abu l-Hayyay Yusuf, pero sin éxito (“por una dolencia que sufría”), lo cual nos sitúa más cerca de la importancia social –muy relativa– de Ibn Battuta en cuanto se hallaba en su medio originario, pues Granada mantenía relación estrecha con la corte meriní de Fez. A cambio, la madre del sultán le mandó unas monedas de viático, cerrándose así la idea más realista de su personalidad y pone en solfa todos los alardes de protagonismo de que se vanagloria cuando habla de países lejanos, informaciones imposibles de verificar. También en Granada, Ibn Yuzayy, intelectual de la tierra, tomó nota de los recuerdos de Ibn Battuta para luego redactar la obra. El regreso a Marruecos lo efectuó desandando el camino por el mismo itinerario que siguiera a la ida, hasta Gibraltar.

 

Obras de ~: Rihla, ed. de Karam al-Bustani, Beirut, Dar Sadir li-t-tiba ‘a, wa-n-nasr, 1964; A través del islam, trad., introd., índices y notas de S. Fanjul y F. Arbós, Madrid, Editora Nacional, 1981 (reed., Madrid, Alianza Editorial, 1987; y reps. 1989, 1993, 1997, 2002; ed. revisada, 2005 y reps. 2006, 2010, 2014, 2016); Die Wunder des Morgenlandes. Reisen durch Afrika und Asien, ed. de R. Elger, Munich, Beck, 2010.

 

Bibl.: C. Defrémery y B. R. Sanguinetti (eds. y trad.), Voyages d’Ibn Battuta, París, 1854 (reed., introd. de V. Monteil, París, Anthropos, 1969, 4 vols.); F. Gabrieli, I viaggi di Ibn Battuta, Florencia, 1961; H. A. R. Gibb, The Travels of Ibn Battuta (1325-1354), trad., ed. rev. y notas de C. Defrémery y B. R. Sanguinetti, Cambridge, Hakluy Society, 1958, 4 vols. (rep. Wiesbaden, 1972; rep. 2010); S. Hamdun y N. Quinton King, Ibn Battuta in Black Africa, Princeton, Markus Wiener Publishers, 1994; T. MacKintosh-Smith, The Travels of Ibn Battutah, Londres, Macmillan, 2003 (reed., Londres, Macmillan, 2016).

 

Serafín Fanjul

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