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Manuel Merelo Calvo

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Biografía

Merelo Calvo, Manuel. Madrid, 19.VI.1827 – 31.X.1901. Escritor y político liberal.

Hijo del abogado madrileño José Merelo Varela y de Casilda Calvo Romero, natural de Almagro. Tras realizar sus primeros estudios con el preceptor Silverio García en el Colegio de Saturnino Gómez (1836- 1839) y el bachiller elemental, ingresó en 1843 en el reputado colegio del físico-químico Vicente Santiago Masarnau, de la calle Alcalá de Madrid, donde realizó los tres cursos preparatorios para la Escuela de Ingenieros de Caminos, siendo en esos años condiscípulo de Práxedes Mateo Sagasta. Sin informar a la familia de sus intenciones de quererse emancipar para contraer matrimonio —en un enlace que finalmente no consumó—, abandonó la carrera de ingeniero al ganar por oposición la Cátedra de Matemáticas del Instituto provincial de segunda enseñanza de Jaén, de la que tomó posesión el 15 de abril de 1846, obteniendo en ese mismo centro el título de bachiller en Filosofía el 27 de junio del año siguiente. En 1848, su familia fue perseguida por sus ideas liberales: su padre evitó ser deportado a Filipinas huyendo a Francia, su hermano fue condenado a muerte y su cuñado mandado a prisión, mientras que él era denunciado al gobernador civil por visitar una cuerda de deportados liberales de paso por la capital andaluza, lo que motivó que el subsecretario de Gracia y Justicia, Fernando Álvarez, le abriese una investigación en abril de 1849. Aunque los informes que el juez solicitó al director del Instituto, al intendente provincial, Esteban León y Medina, y a otras autoridades, fueron muy favorables, pues únicamente indicaban su ideario progresista, Merelo fue trasladado al Instituto de Teruel el 7 de julio de ese año. Tras haberse casado con María Gómez Talavera, inició un giro político desde el progresismo hacia el naciente Partido Demócrata.

Fundó la Revista de los Institutos y el periódico El Teruelano (agosto de 1853), junto al demócrata Víctor Pruneda, y desempeñó desde 1851, además de su cargo docente, la Dirección de Caminos Vecinales de la provincia (cargo técnico para el que estaba facultado desde diciembre del 48). Convertido en un activo conspirador, fue trasladado al Instituto de Lérida el 12 de diciembre de 1853, ciudad desde la que volvió clandestinamente a Teruel al tener noticia de los preparativos revolucionarios. Llegado a la capital turolense el 20 de junio de 1854, y tras entrevistarse secretamente con el desterrado coronel Serrano Bedoya, fue denunciado y arrestado en el Seminario Conciliar el 13 de julio, saliendo de la prisión, entre los vítores del pueblo, al levantarse la población el día 18. Aclamado vocal-secretario de la Junta de Gobierno de la provincia, presidida por Pruneda, y habiendo conseguido pronunciar a las tropas acuarteladas del comandante Escolástico de Domingo, fue elegido también capitán de los milicianos nacionales de Teruel.

Consumada la Vicalvarada, fue nombrado auxiliar del Ministerio de la Gobernación, del que era titular el progresista y juntero Francisco Santa Cruz. Desempeñando dicho cargo en Madrid, ingresó en el segundo batallón de ligeros de la Milicia Nacional el 3 de noviembre de 1854, pasando de cabo primero a teniente el 11 de marzo de 1855. El 24 de mayo fue nombrado representante de la Diputación Provincial de Teruel en la Exposición Universal de París y, al volver a Madrid en agosto, recibió el nombramiento honorífico de catedrático sustituto de Álgebra superior y Geometría analítica para el curso 1855-1856. En 1856 completó su giro político al solicitar el pase al tercer batallón de ligeros de la Milicia que mandaban los demócratas Sixto Cámara y Manuel Becerra. Ese mismo año ganó el concurso de traslado al Instituto de Ciudad Real y fue nombrado socio de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País (9 de junio). Durante las jornadas de julio, en que el general O’Donnell cerró las Cortes Constituyentes, se batió con su compañía de milicianos en las barricadas de la plaza de Santo Domingo hasta que las fuerzas populares fueron vencidas por las tropas del Gobierno contrarrevolucionario. A consecuencia de su protagonismo en estos hechos, tuvo que dejar el empleo del Ministerio y sufrir un corto cautiverio en la cárcel del Saladero, sufrimiento al que vino a sumarse el fallecimiento de su madre. Al salir de la prisión madrileña se dirigió a Ciudad Real a tomar posesión de su Cátedra de Matemáticas, cosa que no consiguió al no dejarla libre el profesor sustituto que la desempeñaba y haber sido, entre tanto, trasladado al Instituto de Málaga como catedrático de Física y Química, plaza a la que renunció por motivos personales. Sin destino docente y habiendo recibido la investidura de licenciado en Ciencias el 21 de julio, se dirigió nuevamente a Madrid, a finales de 1856. Asociado al ingeniero Eulogio Jiménez, enseñó Matemáticas en su academia preparatoria para el ingreso en la Escuela de Ingenieros Civiles. Durante ese tiempo colaboró en la prensa demócrata y, muy especialmente, en La Discusión de Nicolás María Rivero.

El 30 de septiembre de 1857 fue nombrado, por permuta, catedrático de Geografía e Historia del Instituto de Zaragoza, donde no tardó en integrarse en el círculo demócrata que dirigía su compañero docente Eduardo Ruiz Pons, a la sazón presidente del comité del Partido. En la capital aragonesa emprendió estudios para preparar el doctorado en Ciencias y cursó el primer año de la carrera de Leyes, sin abandonar sus colaboraciones periodísticas. En 1859, aprovechando la vacante dejada por la jubilación de su antiguo profesor Francisco Verdejo Páez, obtuvo por concurso de traslado la Cátedra de Geografía e Historia en el Instituto de Noviciado de Madrid, destino entonces culminante de la carrera docente en secundaria.

En su ciudad natal fijó la residencia y desplegó una amplia actividad intelectual y política. Desempeñó la nueva cátedra desde el 30 de septiembre de 1859 y escribió reputados manuales de Geografía e Historia para bachillerato que ayudaron a consolidar esta disciplina escolar. En su faceta periodística, siguió colaborando en La Discusión desde junio de 1859, fundó y dirigió La Nueva España (efímera revista literaria y científica aparecida en abril de 1860, en la que defendió la “idea grande y nacional de la unidad ibérica” hasta su cierre por el Gobierno) y escribió en La Democracia de Castelar, en la que publicó un celebrado artículo a favor de la libertad de enseñanza en el Almanaque de 1866. En la Universidad Central cursó las asignaturas correspondientes para obtener los grados de licenciado en Derecho Civil y Canónico (1867 y 1868) y doctor en Ciencias (hacia 1870), al tiempo que frecuentaba los círculos krausistas. En junio de 1860 formó parte de la comisión que asistió al Congreso Internacional de Lausanne y desde el año siguiente fue miembro de los tribunales de oposición para plazas de maestros de primaria, profesores de secundaria y otros destinos docentes. Socio fundador de la Sociedad Antropológica Española (1864), fue elegido en 1865 miembro del Comité electoral democrático de Madrid (5 de agosto), siguiendo en número de votos a José María Orense y Rivero, y nombrado vocal de la Junta municipal de su distrito (12 de octubre). En noviembre de ese mismo año fue designado para la Junta directiva de la Sociedad de Amigos de los Pobres, asociación benéfica que socorrió a los necesitados durante la epidemia de cólera y que, tras abandonar la Reina la capital, desempeñó cierto papel en el desprestigio de la dinastía entre las clases bajas. El 22 de diciembre ingresó en la recién creada Sociedad Abolicionista Española, que tenía como fin humanitario acabar con la esclavitud en las colonias americanas. Miembro de la sociedad para la instrucción de obreros y artesanos Fomento de las Artes, de la calle Tudescos, fue elegido presidente de su sección de profesores el 13 de abril de 1866. Desatada la llamada primera cuestión universitaria, que sometió la libertad de cátedra a los principios neocatólicos, y la represión política por la insurrección de junio de 1866, Merelo se negó a firmar, en marzo de 1867, la exposición de adhesión a Isabel II, promovida por el moderado rector marqués de Zafra, alegando que el profesorado no debía entrometerse en los asuntos políticos, sin que fuera, sorprendentemente, depurado por su desafección a la Reina.

Al producirse la revolución antidinástica de septiembre de 1868, a cuyo triunfo contribuyó con el periódico clandestino La Honra Nacional, fue vocal de la Junta revolucionaria provisional de Madrid (del 29 de septiembre al 5 de octubre) y nombrado por la Junta definitiva diputado provincial, por la capital, el 14 de octubre. En noviembre de 1868, siguiendo a los demócratas cimbrios de Rivero, entró en la coalición monárquica gubernamental, que integraban también progresistas y unionistas, siendo elegido miembro del Comité nacional de Conciliación monárquica. Fue nombrado oficial primero del Ministerio de Fomento por el Gobierno provisional, al tiempo que unía a su cátedra el desempeño de la Secretaría del Instituto de Noviciado e ingresaba en la nueva Asociación para la Enseñanza.

En enero de 1869 fue elegido diputado por Ciudad Real de las Cortes Constituyentes, en las que al tratar la cuestión religiosa defendió, el 26 de abril, una radical enmienda a favor de la libertad de cultos y la separación de la esfera civil de la eclesiástica: “El Estado garantiza la libertad y la igualdad de todos los cultos.

En consecuencia, ni sostiene el culto ni los ministros de la religión católica, ni mantiene relaciones oficiales con Iglesia alguna”. Al ocupar el demócrata José Echegaray la cartera de Fomento, Merelo fue nombrado director de Instrucción Pública el 19 de julio de 1869 y, tras renunciar al escaño para no incurrir en incompatibilidad parlamentaria, fue reelegido diputado en las elecciones parciales de enero de 1870. Tras cesar en dicha dirección en enero de 1871, fue subsecretario de Estado con el ministro Cristino Martos entre junio de 1872 y marzo de 1873, ocupando interinamente la cartera entre el 30 de julio y el 1 de septiembre del 72. Elegido diputado a Cortes por Almería en las elecciones de marzo de 1871 y por Almadén en las de septiembre de 1872 (como candidato del Partido Progresista Radical de Ruiz Zorrilla), formó parte de la Asamblea Nacional que proclamó la República en febrero de 1873.

Durante el período republicano fue consejero de Estado entre noviembre de 1873 y junio de 1874.

Al iniciarse la Restauración, Merelo fue nombrado vocal de la Junta consultiva de Estadística y socio de la Sociedad Geográfica de Madrid en 1876. Habiendo participado en las protestas contra la circular de 1875 del ministro conservador Manuel Orovio que suprimió la libertad de cátedra en aras del integrismo católico durante la segunda cuestión universitaria, su Historia de España fue denunciada y él separado de su cátedra el 9 de julio de 1877 y procesado por “profesor ingrato y reo de lesa majestad”. Aunque fue absuelto por el Tribunal Supremo, su defensor y amigo Martos no consiguió que le fuera reintegrada la cátedra. Al constituirse el Partido Liberal Fusionista de Sagasta en 1880, se afilió a él. Con la formación del primer gobierno liberal y en cumplimiento de la Real Orden de 3 de marzo de 1881 del ministro Albareda, que puso fin a la circular de Orovio, fue repuesto en su cátedra que desempeñó desde entonces gratuitamente (algo que podía permitirse por disfrutar de una alta renta como consejero de Estado jubilado). Nombrado consejero de Instrucción Pública (1881-1890), fue elegido senador por Ciudad Real (1881-1882 y 1884-1885), y designado, a propuesta del ministro José María Beranger, vocal del Consejo de Gobierno de la Marina y vocal nato del Consejo de Administración y Gobierno del Fondo de Premios de la misma (1885-1887). En 1885 defendió sin éxito en el Senado la necesidad de crear el Ministerio de Instrucción Pública. Su carrera política se vio culminada al ser nombrado senador vitalicio por Real Decreto de 25 de abril de 1886, jurando el cargo el 18 de mayo. Cesó en su cátedra, por jubilación, el 20 de octubre de 1900.

Entre otras distinciones no mencionadas, fue socio de la Sociedad Económica de Amigos del País de Lérida (3 de septiembre de 1854) y del Ateneo de Madrid, condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica y correspondiente de la Sociedad para el Desarrollo de las Artes, las Manufacturas y el Comercio de Londres. Tradujo del alemán, junto a E. Jiménez, los Elementos de matemáticas de Ricardo Baltzer (1879-1881).

 

Obras de ~: Nociones de Geografía descriptiva, precedidas de un ligero resumen de Astronomía y de Física, Madrid, Imprenta Julián Peña, Librería San Martín, 1865 (reed., 1869); Pequeño atlas elemental para acompañar a las nociones de geografía descriptiva, Madrid, J. Peña, 1865; Nociones de Historia general y particular de España, Madrid, J. Peña, 1866; Lecciones elementales de Historia de España, Madrid, J. Peña, 1867; Lecciones elementales de Historia Universal, Madrid, Agustín Jubera, Imprenta de Manuel Minuesa, 1872 (9.ª ed., 1899); Lecciones elementales de Geografía General, 5.ª ed., Madrid, M. Minuesa, 1877 (10.ª ed., 1897); Nociones elementales de Cronología para auxiliar el estudio de la Historia, Madrid, Librería de la Viuda de Hernando y Cía., 1889; Atlas elemental de Geografía Histórica, Madrid, Hernando y Cía., 1889; La reforma de la segunda enseñanza. Cartas que deben perderse, Madrid, 1894.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 60 n.º 15, 62 n.º 6; Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0285-06.

Diputados (Los) pintados por sus hechos. Colección de estudios biográficos sobre los elegidos por el sufragio universal en las Constituyentes de 1869, t. II, Madrid, R. Labajos y Cía., 1869-1870, págs. 18-22; R. gonzález, “Merelo”, en M. Ibo Alfaro (dir.), Fisonomía de las Constituyentes. Biografías, t. III, Madrid, Imprenta de Santos Larxe, 1869, págs. 476-506; A. Fernández de los Ríos (dir.), La Asamblea Constituyente de 1869. Biografías de todos los representantes de la nación, Madrid, Imprenta de Tomás Rey y Cía., 1869, págs. 101-102; A. Gómez Santa María, “D. Manuel Merelo y Calvo, diputado por Ciudad- Real”, en Biografías de los Diputados a Cortes de la Asamblea Constituyente de 1869 [...], redactadas por una Sociedad de Literatos, t. I, Madrid, Imprenta a cargo de Tomás Alonso, 1869, págs. 900-916; M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX, Madrid, Imprenta J. Palacios, 1903, pág. 274; L. Ballesteros Robles, Diccionario Biográfico Matritense, Madrid, Ayuntamiento, Imprenta Municipal, 1912, págs. 447-448; I. Peiró Martín y G. Pasamar Alzuria, Diccionario Akal de Historiadores españoles contemporáneos, Madrid, Akal, 2002, pág. 409.

 

Gregorio de la Fuente Monge

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