Nacido en la localidad andaluza de Carmona, hijo del regidor de la villa Juan Jiménez de Góngora Marmolejo y de Teresa Núñez de Tanfarva. La vida de este conquistador no habría salido del anonimato de la historia de no ser por su faceta de escritor de los sucesos ocurridos en Chile durante las primeras décadas de su descubrimiento y conquista. Su Historia de Chile desde su descubrimiento hasta el año de 1575, hizo de este capitán andaluz y su obra una de las referencias más importantes para el estudio de la historia del Chile del siglo xvi, junto con las cartas de Pedro de Valdivia, la historia de Pedro Mariño de Lobera o la crónica de Jerónimo de Vivar.

Parece ser que pasó como soldado a Perú, donde participó en los distintos enfrentamientos civiles que se dieron entre conquistadores, primero al lado de Francisco Pizarro y más tarde al servicio de las tropas virreinales. Entre 1549 y 1551 llegó a Chile, esa “vaina de espada, angosta y larga”, en palabras del propio autor, sirviendo como soldado a las órdenes del gobernador y capitán general de Chile, Pedro de Valdivia (1497-1553). Capitán durante más de treinta años en la guerra de Arauco, compaginó su actividad militar con la ocupación de diversos cargos en la administración colonial. Estuvo presente en la fundación de Valdivia, de cuyo Cabildo fue regidor (1555), fue favorecido por el gobernador García Hurtado de Mendoza (1557-1561), que le hizo vecino encomendero de Cañete de donde también fue regidor (1558-1559). Oficial de la Real Hacienda, su enemistad con el siguiente gobernador Francisco de Villagra (1561- 1563) le costó la confiscación del repartimiento que poseía en Cañete y un proceso dos años después, llevado a cabo por el licenciado y oidor Egas Venegas por diversas acusaciones sobre malversación de fondos de su etapa hacendística, del que salió condenado. En 1571 actuó como corregidor de Villarrica y poco después (1572) empezó a escribir su Historia de Chile, a la que dedicó tres años, puesto que está fechada en Santiago a 16 de diciembre de 1575, en las postrimerías ya de su vida. [...]