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Mercedes Prendes Estrada

Biografía

Prendes Estrada, Mercedes. Gijón (Asturias), 1903 – Madrid, 2.VII.1981. Actriz.

Su padre era militar. Eso determinó que la familia cambiara a menudo de residencia. De Asturias, contando ella ocho años, se fueron a vivir a Melilla. Allí estudió Bachillerato en un colegio mixto, con gran aprovechamiento. Era buena estudiante.

Fue la primera de su familia, antes que sus hermanos María del Carmen y Luis, en dedicarse profesionalmente al teatro. Comenzó a actuar en 1926 con La extraña aventura, comedia a la que siguió Fruto bendito. Estuvo en las compañías de Josefina Díaz e Irene Alba, destacando por su talento, así en Dispensa Perico (1932).

Durante esta época comienza también a aparecer en las pantallas del cine: El bandido de la sierra (1926); Estudiantes y modistillas (1927); Tu hijo, La bien pagada y Nobleza baturra (1935); Don Floripondio (1936) y El rayo (1939).

Durante la Guerra Civil vivió en Madrid. Tiempo en el que, a pesar de los continuos bombardeos sobre la capital, la vida incierta, el hambre y otras dificultades, no se interrumpieron las representaciones en los teatros.

En marzo de 1937 representó en el teatro de la Comedia la obra Los Cuatro Caminos de Ángel Custodio, en la compañía de María Mayor y Juan Espantaleón. Compañía con la que en el verano del mismo año estrenó la comedia Hilos rotos, de Fernando Márquez y José Sama y en mayo de 1938 ¡Cuidado con la Paca!, de José de Lucio.

Tras la contienda no volvió a la gran pantalla, centrándose su carrera sobre los escenarios. Durante varias temporadas estuvo encabezando las carteleras del madrileño Teatro Español, hasta que con su esposo, Carlos Martínez de Tejada, formó compañía propia en 1942, brillando entre otras representaciones en las de Romeo y Julieta, La dama duende y Fuenteovejuna, a las órdenes de uno de los mejores directores de dicho teatro, Cayetano Luca de Tena. En su biografía escénica aparecen entonces numerosos estrenos: Lo que el viento se llevó (1941); Macbeth (1942); La casa de la Troya (1942); El castigo sin venganza y María Estuardo (1943); Baile en Capitanía (1944); Antígona y Don Gil de las calzas verdes (1945); El médico de su honra (1946); La malcasada, María Tudor, El curioso impertinente y Don Juan Tenorio (1947); Luz de gas (1948); Edipo (1954) y La desconcertante señora Savage (1959).

Consideraba que el teatro de los clásicos, el de verso, o el teatro dramático en general, era el que valía la pena representar. Pero se convenció un día de que la comedia, el arte teatral del entretenimiento, también merecía el esfuerzo de ser representado. Un teatro, decía, entre burlón, amable, poético y frívolo. Y citaba La señora sueña, de Fedor, como una de las obras estrenadas por ella que más satisfacciones le habían reportado.

Los autores que siempre prefirió representar, fueron: Calderón, Shakespeare, Pirandello, O´Neill, Lenormand, Bernard Shaw y Muñoz Seca. Mezclaba, por lo tanto, a los clásicos con los contemporáneos, a los dramáticos con los saineteros.

Impartió clases en la Real Escuela de Arte Dramático en Madrid, obteniendo en 1955 la Cátedra de Declamación. En 1959 le concedieron el Premio Nacional de Teatro.

En Televisión Española sí desarrolló más intensa actividad, desde que debutó en 1962, con La desconcertante señora Savage. Grabó entre otras obras dramáticas: La loba y Canción de cuna (1964); La dama del alba (1965); Cincuenta años de felicidad (1966); La mala ley y La comedia de la felicidad (1968); La hermosa gente (1969); El 2 de mayo (1970); La rosa de la Alhambra (1971); Los viejos y Vera (1972). Y también las telenovelas: La agenda (1969); Remite Maribel y Las tentaciones (1970); Palabras cruzadas (1975); Jacinta se marchó a la guerra (1977) y Las bostonianas (1978).

Fue de los hermanos Prendes quien primero murió.

 

Bibl.: M. Gómez García, Diccionario del teatro, Madrid, Ediciones Akal, 1997, pág. 680; C. Losilla, “Prendes, Mercedes (Mercedes Prendes Estrada)”, en J. L. Borau (dir.), Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial-Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, 1998, pág. 705; A. J. Castro Jiménez,  Sagas españolas del espectáculo, Madrid, Centro Cultural de la Villa, 2003, págs. 307-308.

 

Manuel Román Fernández