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Fernando Gómez García

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Biografía

Gómez García, Fernando. El Gallo. Sevilla, 18.VIII.1849 – Gelves (Sevilla), 2.VIII.1897. Torero.

Algunas fuentes dan 1847 como año de nacimiento. Descendiente de una larguísima dinastía de toreros, fue hermano de José Gómez Gallo, padre de los también matadores Fernando, Rafael y José (éste, uno de los toreros más importantes de todos los tiempos), abuelo de los toreros José Blanco Blanquito, José Ignacio Sánchez-Mejías, José y Rafael Ortega Gallito y bisabuelo de Marcos Sánchez-Mejías.

Sobre sus comienzos dice Cossío: “Su padre, que tenía una fábrica de petacas, viendo que el muchacho gustaba de aprender más con los toros que con los libros, y queriendo apartarle de aquéllos, le empleó en su negocio. Fernando burlaba la vigilancia y los propósitos paternales, y salía de noche con el alba en dirección a Tablada, y en un corralón sorteaba reses con un capotillo adquirido a fuerza de sudores y apreciado como un fabuloso tesoro”. Participó en capeas en Aznalcóllar, La Algaba, Sanlúcar la Mayor y Rociana, pueblo éste en el que toreó un astado grande y peligroso que le reportó no poca fama y algún dinero. En 1868 actuó en diversas novilladas y, en 1869, toreó como matador en Sevilla aunque, inicialmente, iba ajustado como banderillero. Entonces se anunciaba como Gallito Chico, debido a que el apodo Gallo le correspondía a su hermano José, al que comenzaron a llamar de esa manera porque decían que con los toros se comportaba con la valentía de un gallo de pelea.

Al mismo tiempo que toreaba como novillero (el 18 de junio de 1871 actuó en Sevilla, junto a Manuel Lagares), Fernando Gómez también se contrató como banderillero en las cuadrillas de Manuel Fuentes Bocanegra, Chicorro y Jaqueta. El 29 de junio de 1873 toreó en Madrid como novillero, y en esa misma plaza resultó herido muy grave el 19 de abril de 1874 al entrar a matar al toro Carabuco, de José Anastasio Martín. Siguió toreando muchos años como subalterno en cuadrillas importantes (las de Frascuelo y Cara Ancha, entre otras), hasta que el 16 de abril de 1876, Bocanegra, en compañía de Chicorro, le dio la alternativa en Sevilla. No quedó bien en ese festejo, y renunció al doctorado, volviendo a torear como novillero.

Tras permanecer unos meses en La Habana, tomó de nuevo la alternativa al retornar a la Península, el 7 de octubre de 1877, en esta ocasión con Jaqueta como padrino de la ceremonia. Confirmó el doctorado en Madrid el 4 de abril de 1880, de manos de Francisco Arjona Currito y en presencia de Ángel Pastor. Según Pérez López, en esa corrida “toreó muy bien a la verónica y realizó un buen cambio de rodillas que fue aplaudido”, suerte del toreo de la que se le considera inventor. Ese año hizo otros cuatro paseíllos en Madrid, y nueve en 1881. Su gran año fue 1882, pues toreó veintitrés corridas en Madrid, siendo el diestro que más veces actuó en la plaza de la capital, por encima (en número de actuaciones aunque no en honorarios) de Lagartijo, que tomó parte en diecisiete festejos. Según Cossío, “la íntima amistad que le unía al empresario del circo madrileño, Menéndez de la Vega, le mantuvo contra viento y marea seis temporadas consecutivas en los carteles de Madrid, anteponiéndole a espadas de más categoría que él, como Cara Ancha”. También influyó en ello la presencia de Guerrita, que causaba expectación, en su cuadrilla. Sus faenas como matador eras siempre mediocres, pero, en cambio, constantes eran sus éxitos de torero adornado e inteligente. El 5 de junio 1884 sufrió en Madrid, en el pene y en la región escrotal, la cornada más grave de su carrera.

En los años siguientes toreó en España y América (Montevideo, La Habana y México), hasta llegar a la corrida de su retirada, celebrada a su beneficio y con la participación desinteresada de Guerrita, Minuto y Fuentes, que tuvo lugar en Barcelona el 25 de octubre de 1896. Enfermo del corazón y moribundo escribió una carta a Guerrita, que literalmente decía, según Cossío: “A mi compadre Guerra: En la hora de mi muerte, le ruega que no deje sin pan a mis hijos. Se lo pide, medio moribundo, su compadre, Gallito”. Fernando Goméz falleció en su casa de Gelves el 2 de agosto de 1897, en la misma casa (luego considerada hiperbólicamente Academia del Toreo) en que recibieron, en su placita de tientas, consejos de su progenitor y aprendieron las primeras lecciones de toreo Fernando y Rafael el Gallo, y, años después, el famosísimo Joselito el Gallo.

Entre las más famosas efemérides históricas del padre de los Gallos se encuentra la de haber sido el torero que inauguró la plaza de Talavera de la Reina (Toledo), el 29 de septiembre de 1890, compartiendo cartel con Antonio Arana Jarana y con astados de Enrique Salamanca, plaza en la que vino a morir, treinta años después, su hijo Joselito. El cronista Gregorio Corrochano explicó en su notabilísima crónica de la corrida de la muerte de Gallito, publicada en el diario ABC el 18 de mayo de 1920, cómo aquella circunstancia de 1890 forzó la presencia del hijo en Talavera el 16 de mayo: “Estoy entristecido, y sin embargo, tengo que escribir. Escribiré; sería mi sino, como el del pobre Joselito sería el de venir a morir aquí. Lo que más me preocupa, lo que me obsesiona es lo que hay de fatalidad en todo esto. Joselito, desde que supo que se organizaba una corrida en Talavera, no pensó más que en torearla. La Empresa no quiso traerle, porque esta plaza, de poca cabida, no admite presupuestos caros. Un íntimo amigo suyo tomó el negocio a base de Joselito, y quedó Joselito contratado en Talavera.

Entonces surgieron más dificultades. La Empresa de Madrid le reclamaba para este día; llegó hasta a intervenir la Dirección de Seguridad, y anunció que no dejaría salir de Madrid a Joselito. Éste se obstinó en venir; ofreció nuevas fechas, buscó combinaciones, dio toda clase de facilidades para el nuevo abono, a cambio del favor de que le dejaron venir a Talavera. Y vino, y murió casi en el ruedo, pues entró en la enfermería con un colapso, del que no volvió”.

 

Bibl.: Verónicas y navarras. Biografía de Fernando Gómez (a) Gallito. Recuerdo de su estreno..., Montevideo, s. f.; T. Orts Ramos, Fernando Gómez García (El Gallo), Barcelona, Los Ases del Toreo, s. f.; J. Sánchez de Neira, El Toreo. Gran diccionario tauromáquico, Madrid, Imprenta de Miguel Guijarro, 1879 (reed. Madrid, Turner, 1988); P. P. T. (seud. de A. Ramírez Bernal), Memorias del tiempo viejo, Madrid, Biblioteca Sol y Sombra, 1900 (Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1996, págs. 107-114); F. Gómez, Fernando Gómez (Gallo), Madrid, Imprenta Gines Carrión, 1908 (Biblioteca Sol y Sombra, XIII); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. III, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 358-362; Don Ventura (seud. de V. Bagués), Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells-Bonet, 1943 (reed. Barcelona, de Gassó Hnos., 1970); F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; T. Serrano Labrador, La Caprichosa: notas históricas de la Plaza de Toros de Talavera de la Reina, Talavera de la Reina, Ayuntamiento, 1989; G. Corrochano, La edad de oro del toreo. Paseíllo por José Ortega Spottorno, Madrid, Espasa Calpe, 1992; D. Tapia, Historia del toreo, vol. 1, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. L uján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.); P. Aguado, El rey de los toreros Joselito El Gallo, Madrid, Espasa Calpe, 1999, págs. 24-27; V. Pérez López, Anales de la plaza de toros de Madrid (1874-1934), t. I (vol. 1), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 2004.

 

José Luis Ramón Carrión

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