Paz, Miguel de la. Zaragoza, 23.VIII.1498 – Granada, 19.VII.1500. Príncipe de Asturias, heredero de Aragón y Portugal.
Hijo de Manuel I de Portugal el Afortunado e Isabel de Castilla, princesa de Asturias. El primero era rey de Portugal (entre 1495 y 1521) e hijo de Juan II y Beatriz de Portugal. La segunda era la hija primogénita de Isabel I de Castilla (1469-1504) y Fernando II de Aragón (1479-1516), los llamados Reyes Católicos. Isabel era la llamada a ser la heredera de los territorios de sus padres después del fallecimiento del príncipe Juan en 1497. Tanto ella como su marido Manuel habían sido jurados herederos de los reinos hispánicos en 1498 (primero en Toledo y a continuación en Zaragoza). Fue en la ciudad maña donde nació el 24 de agosto Miguel. Sin embargo, Isabel murió en el parto y los derechos pasaron a su hijo.
Por ende, Miguel estaba llamado a ser rey de las coronas de Castilla, Aragón y Portugal, es decir, de todos los principales reinos peninsulares a excepción de Navarra, anexionada a Castilla en 1512. Poco después de nacer, fue jurado heredero al trono aragonés en las Cortes de Zaragoza de septiembre de 1498; posteriormente fue nombrado por las Cortes castellanas de Ocaña (enero de 1499) como príncipe de Asturias. En aquel mismo año, también fue jurado en Lisboa. Estas ceremonias quedarían en papel mojado en cuestión de meses. Todo estaba preparado para una triple herencia ibérica, si bien es cierto que con una larga minoría de edad por delante. Además, si nacía un varón de los Reyes Católicos, Miguel quedaría relegado de su privilegiada posición.
Como miembro notable de la familia real, contaba con su propia Casa: capellanes, escuderos, ama, contadores mayores… que pueden estudiarse en el Archivo General de Simancas. No obstante, la corta vida de Miguel hace que sea una figura poco conocida por la historiografía, pero ha estado rodeada de una especie de aureola romántica unionista construida un tiempo después de su muerte. Esta imagen empezó a crecer hacia 1535 con las obras del cronista Cristóvão Rodrigues Acenheiro. Indudablemente, es una figura atractiva por el hecho de haber podido reinar en tantos territorios.
A pesar de la importancia que hubiera cobrado de haber sobrevivido, ni en la corte portuguesa ni en la de los Reyes Católicos se hicieron grandes ceremonias fúnebres en su honor ni tampoco provocó una reseñable creación literaria como sí ocurrió cuando fallecieron el príncipe don Juan o su propia madre, Isabel. Seguramente se deba a la cortísima edad con la que feneció y el caos político que imperaba en Castilla. Sin ir más lejos, el cronista Damião de Góis da cuenta de la indiferencia experimentada en la corte lisboeta: mucho mayor fue el impacto de la muerte del infante Alfonso de Portugal, primer marido de su madre Isabel, en 1491.
Miguel moría en Granada en julio de 1500 con apenas dos años. Desde su llegada al mundo existían dudas sobre su salud, y ya el historiador Pedro Mártir de Anglería decía que era muy débil debido a la delgadez de su progenitora. De esta forma tan rocambolesca, la sucesión al trono castellano pasó a Juana de Trastámara, la tercera hija de los Reyes Católicos, casada con el duque de Borgoña y archiduque de Austria Felipe de Habsburgo - Borgoña, hijo del emperador Maximiliano I. Sería, a la larga, la causa del advenimiento de la Casa de Austria a los reinos peninsulares debido a que unos meses antes de la muerte de Miguel nacería en Gante el futuro Carlos I de Castilla y Aragón y V del Sacro Imperio.
En el caso de Portugal, Manuel I se casaría con otra hija de Isabel y Fernando, María, de la cual nacería su heredero Juan III en 1502. Sin embargo, la muerte de Miguel también implicó el fin de la idea de la unión ibérica, al menos hasta que Felipe II se hiciera con el trono portugués en los años ochenta del siglo XVI. De esta forma, Portugal se mantuvo dentro de la Monarquía Hispánica hasta la Restauración llevada a cabo por los Braganza, iniciada en 1640 y terminada en 1668 con el reconocimiento de la independencia lusa, ya en tiempos de Carlos II.
Fuentes y Bibl.: Archivo General de Simancas (AGS), Cámara de Castilla, CED, 4,178,1, “Nómina de la casa del príncipe don Miguel”; AGS, Cámara de Castilla, CED, 4, 233, 5, “Exención de diezmo y chancillería a doña María Manuel, ama del príncipe don Miguel”; Biblioteca Nacional de Portugal (BNP), Reservados, Cod. 11001(2), 282, C. Acenheiro Rodrigues, “So o principe Dom Miguel foi Principe de toda Hespanya”; Real Academia de la Historia (RAH), 9/1784, fº 155v, “Carta convocatoria de los Reyes Católicos fechada el cinco de diciembre de 1498 en Ocaña”; RAH, M-8, f. 32r, “Juramento por Diego Gómez Sarmiento de don Miguel como príncipe de Castilla, León y Granada (1499-02-24, Burgos)”.
D. de Góis, Crónica do felicíssimo rei D. Manuel, Coimbra, Universidade de Coimbra, 1949-1955; F. Bouza Álvarez, Imagen y propaganda: Capítulos de historia cultural del reinado de Felipe II, Madrid, AKAL, 1998; J. M. Carretero Zamora, “La profecía de una reina o ‘La suerte de Matías’: Consideraciones sobre un periodo de crisis política en Castilla (1498-1518)”, en M.ª V. López-Cordón Cortezo y G. A. Franco Rubio (coords.), La Reina Isabel y las reinas de España: realidad, modelos e imagen historiográfica, Madrid, Fundación Española de Historia Moderna, 2004, págs. 35-61; D. Nogales Rincón, “Los proyectos matrimoniales hispano-portugueses”, en Medio Aevo, 4 (2013), págs. 43-68; R. Martínez Alcorio, Isabel de Castilla y Aragón. Princesa y reina de Portugal (1470-1498), Madrid, Sílex, 2021.
Alejandro García Gómez