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Luis Montiel Balanzat

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Biografía

Montiel Balanzat, Luis. Madrid, 11.IX.1884 – 16.VII.1976. Ingeniero de caminos, empresario editorial y político.

Uno de los grandes protagonistas del proceso de rápida transformación y modernización del periodismo español durante su Edad de Oro, previa a la Guerra Civil. La semblanza biográfica de este gran personaje del mundo de las artes gráficas y del periodismo, creador y organizador de numerosas publicaciones, antes y después de la guerra, muestra un perfil formativo y profesional muy alejado de la vieja prensa del siglo XIX.

Hijo de Luis Montiel y Bonache, abogado y procurador de los Tribunales –ingresaba en el cuerpo en 1875–, que trabajó en el despacho del todopoderoso prohombre murciano Juan de la Cierva y Peñafiel (1864-1938), con quien alcanzó una gran familiaridad. Fallecido en Madrid el 7 de febrero de 1909 (Heraldo de Madrid, 7 de febrero de 1909), esta estrecha vinculación de su padre sería muy importante a corto plazo, tanto para sus negocios como para su carrera política, dentro del conservadurismo ciervista. Una corriente del partido conservador por la que sería elegido diputado en las cuatro legislaturas que tuvieron lugar entre 1918 y 1923. Su madre fue María Dolores Balanzat y Rubio (1852-1936), de aristocrática familia ibicenca, nieta del mariscal de campo Ignacio Balanzat de Orvay y Briones e hija del también militar Francisco Balanzat y Baranda, fallecida en Madrid el 26 de junio de 1936.

A los veintiún años, en 1906, Luis Montiel había concluido la carrera de ingeniero de caminos con el número uno de su promoción. Su primera actividad profesional la desarrolló en los ferrocarriles centrales de Aragón y, más tarde, en los ferrocarriles del Estado. Antes de introducirse en el negocio de la prensa y las artes gráficas, había intervenido en otros muy relacionados con las publicaciones periódicas. En 1910 había adquirido una fábrica de cartón, sobre la que levantaría Papelera Madrileña, una de las productoras de papel más importantes de la zona centro. Montiel también poseía una fábrica de tintas, Compañía Peninsular de Industrias, Copisa, cuya producción sería utilizada en la edición de sus publicaciones.

Contrajo matrimonio el 8 de enero de 1918 con Asunción Rodríguez de la Encina y Garrigues de la Garriga (1885-31 de enero de 1932), hija de los barones de Santa Bárbara, de familia valenciana de histórico abolengo, con quien tendría tres hijos, Asunción, Luis y Vicente.

Consiguió alcanzar la categoría profesional de ingeniero jefe de primera clase del Cuerpo de Caminos, Canales y Puertos, aunque muy pronto en situación de excedencia voluntaria en el Escalafón de su Cuerpo (jubilación en BOE, 5 de febrero de 1958). El verdadero inicio de su imperio editorial se sitúa a partir del 2 de agosto de 1919, cuando pasó a ser el flamante propietario –mediante escritura de compra formalizada ante el notario madrileño José María de la Torre Izquierdo– de los monumentales Talleres Tipográficos Sucesores de Rivadeneyra, ubicados en el paseo de San Vicente –en las inmediaciones del Palacio Real, la Estación del Norte y la plaza de España–, constituyendo, sin duda, la industria editorial más potente y tecnológicamente cualificada de la capital del Estado. Esta sede había sido inaugurada, para la edición de la revista La Ilustración Española y Americana por el editor gaditano Abelardo de Carlos y Almansa (1822-1884), como Establecimiento Tipográfico de los Sucesores de Rivadeneyra en julio de 1882, según su propia descripción, como un gigantesco “Establecimiento Tipográfico de nueva construcción y rival de sus similares extranjeros, donde veinte máquinas de imprimir y trescientos operarios, circuidos por una serie de edificaciones urbanas que el habitante de la Corte puede contemplar en la Cuesta de San Vicente, constituyen una colonia industrial como rara vez se ha imaginado entre nosotros” (La Ilustración Española y Americana, “D. Abelardo de Carlos”, 8 de abril de 1884).

En cuanto a su faceta de compromiso público, en los estertores de la Restauración, además de diputado conservador-ciervista –como ya se ha dicho– por el distrito de Morella (Castellón), fue presidente del Círculo Mercantil de Madrid, director general de Aduanas y director-propietario de la publicación quincenal de intereses corporativos Producción. Revista de Agricultura, industria e ingeniería (1919-1926).

Al frente de Rivadeneyra, a comienzos de la tercera década del siglo XX, lograría la concesión oficial para editar la Gaceta de Madrid y los diferentes Diarios de Sesiones, así como cuantas obras de importancia se publicaban en los ministerios, además de realizar trabajos para Tabacalera y las guías de Telefónica, durante la dictadura de Primo de Rivera. Siempre creativo e innovador, Luis Montiel, tras adquirir y refundar el, por entonces, ya envejecido establecimiento –donde se había editado la pionera publicación gráfica La Ilustración Española y Americana, entre 1869 y 1921–, se había convertido, así, en uno de los más destacados impulsores en España de la prensa de masas en el primer tercio del siglo XX. Con este importante capital acumulado, se lanzaría a poner en marcha, tras una minuciosa prospectiva, innovadoras publicaciones, en casi todos los ámbitos temáticos del mercado editorial. El origen de su ejecutoria está marcado por el lanzamiento de Estampa: revista gráfica y literaria de la actualidad española y mundial (1928-1938), que empezaría su brillante andadura, desde los Talleres de Rivadeneyra, el 3 de enero de 1928. Ejemplo de modernidad, por su adaptación a las nuevas técnicas de impresión y el empleo del fotoperiodismo, se conseguirá también un notable abaratamiento del precio de venta del ejemplar frente a todos los competidores de su segmento editorial, superando muy pronto la barrera de los cien mil ejemplares.

Este acierto empresarial llevaría a su propietario a lanzar, en la emblemática fecha de 16 de diciembre de 1930 –coincidiendo con la sublevación de Jaca–, el ambicioso periódico Ahora: diario gráfico, sin duda uno de los medios periodísticos más leídos durante los años republicanos, tanto por su excelente calidad técnica y fotográfica, información variada y reportajes ágiles, como por su línea editorial moderada y equilibrada. Constituía, pues, la excepción periodística en un panorama radicalmente polarizado. Contaba, además, con la subdirección del aclamado periodista sevillano Manuel Chaves Nogales (1897-1944) y la colaboración de algunas de las más notorias firmas del momento, entre otros, del renombre de Unamuno, Baroja, Azorín, Maeztu, Valle-Inclán, Gómez de la Serna, Marañón, Madariaga…

En junio de 1931 promovió, con todos sus recursos materiales, la denominada Candidatura de Apoyo a la República, integrada, junto a él, por personalidades políticas tan relevantes y de tan fecunda trayectoria como José Sánchez Guerra, Melquiades Álvarez y Ángel Ossorio y Gallardo. Su programa se basaba en que “la prosperidad de un país exige como primera condición la seguridad. Restablecer la confianza de las clases productoras y acomodadas, he aquí la tarea fundamental de la República” (Ahora, 26 de junio de 1931). Fiel a la línea ideológica que había impuesto a todos sus medios periodísticos, consecuente con las personalidades que la integraban e imagen del poderoso grupo económico que representaba, era una apuesta política socialmente conservadora y económicamente burguesa, pero en ningún modo inmovilista ni reaccionaria. No conseguiría, en cualquier caso, el escaño pretendido en las Constituyentes, debido a que representaba el perfil público más joven y menos conocido de su candidatura, probablemente.

Una vez constituido el gobierno del primer bienio republicano, entre los rotativos de mayor circulación, tan solo el diario gráfico Ahora se mostraría relativamente receptivo a la línea política social-azañista, aunque desde una posición más bien conservadora y sin perder su carácter independiente y apartidista. Por su apoyo a la República y competencia en el mismo nicho de mercado, sostuvo ruidosas polémicas editoriales con el siempre ferviente monárquico ABC. En realidad, más que a partidos o ideología concretas, Ahora defendería, durante los años republicanos, las actuaciones concretas de ciertos políticos de un amplio espectro: Indalecio Prieto, Lerroux, Gil Robles…

En las elecciones de febrero de 1936, debido a lo que consideraba una deriva revolucionaria, no apoyó a las candidaturas del Frente Popular. El 26 de junio, durante el funeral y entierro de su madre en el cementerio de San Justo, le avisaron –y tuvo ciertos indicios– de que su vida corría peligro. De modo que el 27 de junio de 1936 consiguió escapar en tren hacia París, según el testimonio de su nieto, Vicente Montiel Armada. Quizá “había hecho méritos para ser fusilado por cualquiera de las dos Españas”, como dejó escrito el que fue su mano derecha editorial, Manuel Chaves Nogales.

En su primer editorial tras el golpe de Estado, su diario proclamaba que “desde nuestra posición, netamente conservadora, nos incumbe en el día de hoy ratificar una convicción, fundada en principios estrictamente liberales y democráticos”.

El 25 de julio, pese a todo, Ahora anunciaba la incautación del Grupo Editorial Estampa, editor –entre otros medios menos relevantes– del diario Ahora, la revista Estampa y de As: revista semanal deportiva (7 de junio de 1932-julio de 1936), por parte de su plantilla de redacción, administración y talleres, que puso al muy difundido diario Ahora. Al servicio de la República del Frente Popular, como proclamaba su nuevo subtítulo. El nombre de su propietario, director y gerente desapareció de la cabecera al día siguiente. Desde enero de 1937 se convertiría en portavoz de las Juventudes Socialistas Unificadas.

El 18 de julio –refiere Vicente Montiel Armada– le había sorprendido viajando de Buenos Aires a Santiago de Chile. Dos de sus hijos estaban, entonces, estudiando en Inglaterra, junto al hijo de Chaves Nogales. El menor, Vicente Montiel y Rodríguez de la Encina (1921-2013) –quien fue el continuador de su obra–, que permanecía en España, fue hecho preso en Barcelona en diciembre de 1937 y tomado como rehén, durante unos meses, para que su padre se entregase a cambio. El entonces ministro peneuvista Manuel de Irujo, con quien Montiel había compartido intereses en la industria del papel, negoció con éxito su liberación.

Mientras tanto, consiguió instalarse en Buenos Aires, donde su espíritu emprendedor le hizo refundar una nueva etapa de la revista Estampa, como continuidad de la que en España marcado un hito editorial. El éxito de Luis Montiel continuaría, pues, en el exilio. En diciembre de 1941 regresaba, por primera vez, a España. Consiguió retomar la propiedad de su industria editorial. Mientras tanto, el 27 de febrero de 1940 el falangista Manuel Halcón (1900-1989) –que venía de dirigir la revista Vértice– y el siempre omnipresente e inquieto publicista Manuel Aznar Zubigaray habían fundado en sus instalaciones –que habían quedado bajo la órbita y tutela de Falange– la exitosa revista Semana, inicialmente de temática histórica y cultural. Su lema fundacional era que “una buena fotografía puede informar muchas veces mejor que un largo artículo”. Tras iniciar Aznar la que sería una larga carrera diplomática, a partir de 1945, su puesto como gerente en la revista lo ocuparía el propio Montiel, que retomaba así plenamente su actividad en España. En cualquier caso, el cierre definitivo de sus negocios editoriales en Argentina no se produciría hasta 1959.

El relanzamiento de la revista Semana con contenido más de crónica social y del diario deportivo As, en la década de los sesenta, supondrán, en buena medida, una especie de transición y de relativa continuidad, mutatis mutandis, con el periodismo anterior a la Guerra. Así, en 1964 adquirió la totalidad de la Sociedad Editora Semana S.L., dando un gran impulso a la ya entonces muy popular revista Semana. En 1967 lanzó el muy pronto afamado diario deportivo As, y en 1971, el semanario As-Color. Montiel recuperaba así esta emblemática cabecera, que previamente había editado como revista semanal deportiva desde junio de 1932 a julio de 1936.

Falleció en Madrid, muy cerca de cumplir los noventa y dos años, el 16 de julio de 1976. Su imperio editorial seguiría en pie, en manos de sus sucesores. El 12 de julio de 1996 el diario El País hacía público la noticia de que el Grupo PRISA había comprado el 75 por ciento del diario As, la publicación más exitosa de la familia Montiel en su segunda etapa histórica, al tiempo que “un nuevo equipo se unirá al del periódico deportivo para relanzar la publicación”.

 

Fuentes y bibl.: Entrevistas con V. Montiel Armada, 12 de mayo y 21 de octubre de 2020.

Agencia Cifra-EFE, “Luis Montiel”, en ABC, 17 de julio de 1976; Agencia Europa Press, “Luis Montiel”, en La Vanguardia, 17 de julio de 1976; L. González Linares, “Luis Montiel”, en As, 17 de julio de 1976 y Semana, 31 de julio de 1976; J. de Juana López, La posición centrista durante la Segunda República: (el periódico Ahora, 1930-1936), Santiago de Compostela, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1988; P. Mera Costas, “El Ahora de Chaves Nogales”, en Ahora Semanal, 13, 11 de diciembre de 2015 [en línea], disponible en https://www.ahorasemanal.es/el-ahora-de-chaves-nogales.

 

Juan Carlos Sánchez Illán

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