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Laura Iglesias Romero

Biografía

Iglesias Romero, Laura. Benavente (Zamora), 15.III.1926 – Benavente (Zamora), 15.IV.2022. Científica, química, profesora de investigación.

Química experta en espectroscopía atómica, es considerada una pionera de la ciencia española. Desarrolló la mayor parte de su actividad científica en el Instituto de Óptica Daza de Valdés del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y su actividad docente en la Universidad Complutense de Madrid.

Hija del también benaventano Marcelino Iglesias, jefe de líneas de Telégrafos, y de Laura Romero, también zamorana, natural de Villar de Ciervos y dedicada a las tareas domésticas, fue la mayor de ocho hermanos.

Siguiendo los diversos destinos laborales de su padre, pasó su infancia en Vigo, y se trasladó a León, donde cursó estudios elementales y de bachillerato. Pronto se decantó su interés por la ciencia. Su padre dirigió la elección profesional de sus hermanos varones, dejándola en libertad a su hermana y a ella, que eligió dedicarse a la Química. Para facilitar los estudios universitarios de los hijos, la familia se trasladó a Madrid, donde Laura obtuvo el título de maestra de primera enseñanza (29 de abril de 1946), profesión que ejerció en Toral de los Vados (León), Las Hunfrías (Toledo) y Socuéllamos (Ciudad Real). También consiguió el título de perito mercantil (20 de noviembre de 1946), licenciada en Ciencias Químicas (2 de febrero de 1950), y el de profesora de Religión Católica (18 de octubre de 1951), expedido por el Instituto Central de Cultura Religiosa Superior, dependiente de la Dirección General de Acción Católica. De familia profundamente piadosa, siempre consideró que la providencia jugó un papel fundamental en su carrera de pionera científica.

El 2 de octubre de 1953 obtuvo el grado de doctor en Ciencias Químicas con la calificación de sobresaliente y Premio Extraordinario, obteniendo el correspondiente título el 14 de mayo de 1955.

Como ella misma comenta, al cursar la asignatura de doctorado Estructura de la Materia y Espectroscopía con el prestigioso científico Miguel Catalán, que le concedió la calificación de matrícula de honor, su afición por la química orgánica desapareció, y desde entonces se dedicó durante cuarenta y dos años de vida profesional a la Espectroscopía Atómica, haciendo la tesis doctoral precisamente bajo la dirección de éste.

Jamás se sintió menospreciada o discriminada por él por el hecho de ser mujer y, según comentaba, siempre recibió un trato de amabilidad exquisita y apoyo incondicional a sus tareas. De hecho, él le sugirió solicitar en 1956 una beca para trabajar en Estados Unidos con el profesor Shenstone, entonces decano de la Facultad de Física, con quien Catalán había colaborado, y allí se fue en 1958, nada menos que a la Universidad de Princeton (Nueva Jersey), donde habían trabajado varios premios Nobel, Albert Einstein entre ellos, algo que desgraciadamente no pudo ver el profesor Catalán, que falleció poco después de la solicitud. Allí trabajó desde octubre de 1958 hasta febrero de 1959. Sorprendentemente, no había mujeres en el claustro, ni en todo el campus, salvo la profesora de ruso, debido probablemente a su origen episcopaliano.

Los espectroscopios que utilizó tenían la posibilidad de hacer fotografías, cosa que hizo, permitiendo así generar un valioso material que luego fue utilizado en España para continuar la investigación y hacer tesis doctorales. Después se trasladó a Washington, para trabajar contratada en el National Bureau of Standards (de marzo a mayo de 1959). Tras rechazar varias ofertas, volvió a España, vinculándose de nuevo al CSIC, donde había comenzado su tesis doctoral en 1951, incorporándose a su plantilla en 1953, consiguiendo ser colaboradora científica en 1957, colaboradora científica de 1.ª en 1964 y profesora de Investigación en 1971. En 1963 obtuvo el diploma de traductora de Inglés, y en 1965, año de su primera peregrinación a Jerusalén, el de traductora de Francés.

Su actividad científica en el CSIC, en el Instituto de Óptica Daza de Valdés, se inició gracias a que su director, José María Otero Navascués, nombró a Catalán jefe del Departamento de Espectros en 1950. Se desarrolló con la también discípula de Catalán y profesora de investigación Olga García Riquelme, y otros compañeros, como Fernando Rico y Rafael Velasco. Toda su carrera científica se dedicó a la obtención y observación de espectros de elementos de transición de interés astrofísico, útiles para conocer el movimiento de las estrellas, y otros elementos pesados del sistema periódico.

En los espectros determinaba los valores de sus niveles de energía, el origen energético de sus líneas, el potencial de ionización del ión correspondiente, así como las configuraciones electrónicas previstas teóricamente en cada caso y sus interacciones entre sí, especializándose en espectroscopía atómica con especial dedicación a términos espectrales, configuraciones electrónicas.

Así describió, entre otros, los espectros del niobio II y III, vanadio II, oro III, rodio III, molibdeno III y V, tungsteno IV, y manganeso II, estudio éste por el que la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales le concedió en 1964 el Premio González Martí.

Sus trabajos han sido publicados en importantes revistas científicas de prestigio internacional, y presentados a multitud de congresos nacionales e internacionales organizados por la Real Sociedad Española de Física, la European Group for Atomic Spectroscopy en los que ha sido invitada a presidir sesiones y dar conferencias.

En cuanto a la actividad docente, fue profesora ayudante (agosto de 1953-julio de 1957) y profesora adjunta de Estructura Atómico-Molecular y Espectroscopía de la Universidad Complutense de Madrid, tal y como figuraba en su contrato, por amor al arte, es decir, sin cobrar, lo cual equivaldría a lo que en la actualidad se denomina profesor honorario. Se ha instituido un premio a la divulgación científica que lleva su nombre, otorgado por la Consejería de Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla León, en colaboración con el Museo de la Ciencia de Valladolid. Desde su jubilación en 1992, que, según ella misma, terminó con la escuela de espectroscopía atómica de Madrid fundada por Miguel Catalán, vivió en Madrid, donde fue entrevistada en varias ocasiones y cedido material de su archivo personal para poder redactar esta biografía.

 

Obras de ~: et al., “The Spectrum of Doubly ionized Tungsten (WIII)”, en Journal of Research of the National Institute of Standards and Technology, 94, 9 (julio-agosto de 1989), y publicaciones de todos sus artículos referidas en Science Citation Index.

 

Fuentes y bibl.: Entrevista personal.

M.ª J. Santesmases, La otra mitad de la ciencia: exposición, Madrid, Ministerio de Trabajo, Instituto de la Mujer, 2001; J. M. Sánchez Ron, “El exilio interior de Miguel Catalán”, en J. M.ª Balcells y J. A. Pérez (eds.), El exilio cultural de la Guerra Civil, 1936-1939, págs. 175-185, Salamanca, Universidad de Salamanca, 2001.

 

Alfonso V. Carrascosa Santiago

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