Moreno Muñoz, Juan. ?, 23.VI.1856 – La Habana (Cuba), 15.IX.1896. Comandante de Ingenieros.
Ingresó en el Ejército en diciembre de 1874 y el 1 de enero de 1876 en la Academia Especial de Ingenieros de Guadalajara, saliendo de la misma como teniente del Cuerpo, después de terminar los estudios reglamentarios, el 24 de septiembre de 1879. Fue su primer destino el 2.º Regimiento de Zapadores-Minadores, de donde pasó a la Comandancia del Cuerpo en Toledo, en la época en la que se realizaban las obras de restauración del alcázar, adquiriendo en ellas la práctica del arquitecto.
Promovido a capitán de Ingenieros por antigüedad el 26 de marzo de 1883 sirvió en el 3º. Regimiento de Zapadores sucesivamente en Cádiz, Ceuta, Sevilla y Melilla, desempeñando en esta última, además del mando de su compañía, el de detall de la Comandancia, ocupada en aquel tiempo en las obras de fortificación de su “campo exterior”. Pasó después a la Comandancia general de Ingenieros de Castilla la Nueva y de ésta, a los pocos meses, a la Academia General Militar establecida en Toledo, en la que desempeñó ocho años el cargo de profesor, hasta la supresión de aquélla. Además de su labor docente, dirigió las obras y reparaciones de los numerosos edificios y dependencias de aquel vasto centro de enseñanza.
De la extinta Academia de Toledo (creada como Academia General en 1882, se cerró en 1893) pasó a la de Ingenieros de Guadalajara, dejándola para mandar una compañía de Ferrocarriles y encargarse de la línea férrea de Madrid a Villa del Prado, como jefe de tracción y movimiento. El Batallón de Ferrocarriles de ingenieros se componía de una plana mayor y dos secciones: una de Vías y Obras y otra de Explotación, con dos compañías cada una. Para la instrucción del personal, era imprescindible disponer de una línea férrea, por lo que en 1891 el citado Batallón se hizo cargo de la explotación de la línea de Madrid a Villa del Prado, línea secundaria de un metro de ancho y un desarrollo de 72 kilómetros. La explotación tuvo grandes dificultades debidas al mal estado de la vía, por lo que las tropas de Ferrocarriles las renovaron casi al completo, lo que sirvió para la instrucción del batallón.
A su ascenso a comandante de Ingenieros en abril de 1895, era destinado a la Comandancia de Sevilla, y de allí a la isla de Cuba en la Comandancia de La Habana. Desde su llegada a la isla de Cuba, desarrolló una gran actividad, ya que coincidió con la preocupación general de la posibilidad de una guerra con los Estados Unidos, por lo que el general Azcárraga como ministro de la Guerra, en previsión de ella y atendiendo a la necesidad de poner los principales puntos de la isla y su capital a cubierto de un ataque marítimo, había ordenado el proyecto y construcción, simultáneos, de las obras necesarias para la defensa.
Se llevó a cabo el proyecto con gran rapidez, gracias a las dotes especialísimas del personal a quien se encomendó; y para auxiliar la construcción de estas defensas, que habían de ejecutarse también con gran diligencia, fue nombrado el comandante Moreno, en unión de otros jefes y oficiales de los destinados a la Comandancia de la Habana, con los que compartió la ruda tarea que sobre ellos pesaba.
En muy pocos meses se realizó la construcción de seis baterías de costa, la de las obras de defensa terrestre, con un desarrollo de línea defensiva de más de 15 kilómetros; del nuevo hospital del Príncipe para mil enfermos; otros muchos barracones-hospitales para diversas localidades; cantidad considerable de blockhaus para la defensa de líneas férreas; obras de artillado de los castillos la Cabaña, Atares y Príncipe; cuartel de nueva planta y muchas obras de entretenimiento en dichos castillos y en los numerosos edificios militares
de La Habana. Todo esto sin perjuicio de las continuas comisiones a que daban lugar el reconocimiento de las vías férreas de la Habana, Matanzas y Pinar del Río, colocación de blockhaus y otras defensas de estas vías.
Al comandante Moreno le cupo una buena parte de tan pesada labor. Entre otros muchos trabajos que hizo, proyectó y construyó la batería de costa núm. 2, para dos cañones Krupp de 30,5 centímetros y cuatro obuses Ordóñez de 21 centímetros, y a su dirección estuvo encomendada la construcción del camino de armamento de esta batería, y en varios períodos las obras de la batería número 1. Tuvo además a su cuidado numerosas obras importantes de mantenimiento y, además, desempeñó la habilitación de los oficiales de plana mayor y el cargo de detall de la Comandancia.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. Personales.
Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1879-1896; “Necrologías”, en Revista del Memorial de Ingenieros (febrero de 1898); Índice Analítico del Memorial de Ingenieros (1843-1920), Madrid, 1921; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, Abriendo Camino. Historia del Arma de Ingenieros, Madrid, Imprenta Grafoffset, 1997; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño