Ruiz Farrona, José. Valverde de Mérida (Badajoz), 12.X.1887 – ?, 1946 pos. Comandante de Infantería, 2º jefe del Estado Mayor del Ejército de Extremadura y masón.
Último de los hijos del matrimonio formado por Miguel Ruiz Nicolau, 2º teniente de Infantería, y Juana Farrona Montero.
De familia militar, su padre ya había participado en la Tercera Guerra Carlista durante el año 1874 como perteneciente al Regimiento Inmemorial nº 1 que sufrió el bombardeo y sitio de la plaza de Bilbao, lo que le permitió ser condecorado con la Cruz Roja del mérito militar por los servicios prestados durante el mencionado sitio. En 1875, Miguel Ruiz Nicolau embarcaba con su batallón desde Valencia a Barcelona para ponerse a disposición del teniente general D. Arsenio Martínez Campos y Antón y prestar así su apoyo en las diferentes operaciones militares que se desarrollaron en el marco de la última guerra carlista en Gerona y su provincia, lo que valió a Ruiz Nicolau, y a propuesta del propio Martínez Campos, para obtener los pasadores de Olot, Junquera, Peña Plata y Vera en la medalla de Alfonso XII. Tras quedar encuadrado en el batallón depósito de Mérida nº 122 y quedar así en la reserva, a la edad de 38 años y de manera repentina, fallecía Miguel Ruiz Nicolau el 12 de septiembre de 1888, dejando varios hijos menores de edad al cuidado de su madre.
La vocación militar pronto despertaría en los tres hijos varones que acababan de quedarse huérfanos. El mayor de los hermanos, Serapio Ruiz Farrona, llegó a ostentar el grado de teniente de Infantería, y Fermín Ruiz Farrona, segundo de los hermanos, alcanzaría el grado de comandante de la Guardia Civil, además de haber sido profesor en el colegio de guardias civiles jóvenes (sección Duque de Ahumada) entre los años 1916 y 1919 de las asignaturas cartilla del cuerpo, código de justicia militar y moral e instrucción primaria superior.
José Ruiz Farrona inició su andadura militar como alumno de la academia de Infantería el 27 de agosto de 1907. Como huérfano de padre militar, ingresó en el llamado colegio de María Cristina de huérfanos de la Infantería, situado desde 1895 en Toledo, una iniciativa del teniente general D. Fernando Fernández de Córdoba y Valcárcel, II marqués de Mendigorría, y que según sus palabras “aseguraba la suerte de los hijos de nuestros compañeros de armas, que mueren sin dejar otro patrimonio que su espada y su hoja de servicios”.
Ruiz Farrona obtuvo el grado de 2º teniente de Infantería en 1910 cuando estaba destinado en el Regimiento de Infantería de Melilla nº 59, permaneciendo allí hasta julio de 1912, año en el que pasó al Regimiento de Infantería Castilla nº 16 de Badajoz, destino en el que alcanzó el grado de primer teniente en propuesta extraordinaria. Fue ya a finales del año 1916 cuando ascendió por antigüedad a capitán, siendo además en el anterior regimiento el responsable de la instrucción teórica en la “Escuela Militar” para soldados de cuota.
En 1919 fue enviado a Marruecos, destino en el que permaneció varios años de guarnición volviendo a ser destinado en 1927 al Regimiento de Álava nº 56, situado en Málaga, lugar en el que se inició un año más tarde, siendo ya comandante de infantería, como masón en la logia denominada como “Patria Grande” de la ciudad malagueña. Se asignó el nombre simbólico de Padilla, alcanzando el grado segundo en el año 1928 y el grado tercero en el mes de julio del año siguiente.
Mediante Real Orden de 9 de octubre de 1929, Ruiz Farrona era condecorado con la Cruz de San Hermenegildo.
En 1929 prestaba sus servicios como comandante mayor del Regimiento de Castilla nº 16 de Badajoz, y en los años republicanos (1932), renovó su promesa masónica según fórmula prescrita por la Gran Asamblea en la logia Patria Grande de Málaga, llegando a ostentar dos años más tarde el puesto de maestro masón y estando en condiciones para ser elegido gran maestre nacional.
Desde la instauración de la República el 14 de abril de 1931, su compromiso y apoyo con los ideales republicanos fue claro y explícito, llegando alguna fuente histórica a considerarle como uno de los correligionarios de Manuel Azaña Díaz, presidente de la Segunda República.
En 1933 se hallaba destinado en Orense, y al comenzar el año 1936 ya pertenecía al Regimiento de Castilla nº 3 de Badajoz, mandando su segundo batallón.
La figura de Ruiz Farrona alcanzó gran notoriedad y fue clave en tierras extremeñas cuando se inició la contienda civil (1936-1939), ya que su papel como militar republicano de peso hizo que fracasara el levantamiento militar en la capital pacense mostrándose desde los primeros momentos de incertidumbre contrario a los militares rebeldes, siendo su actuación determinante para que la guarnición pacense no se sublevara. Días más tarde, Ruiz Farrona se marcharía a Madrid, concretamente al frente de Guadarrama (los Altos del León) al mando de uno de los batallones de su regimiento integrándose en la denominada Columna del General Riquelme participando en los combates que se desarrollaron durante esos días.
El continuo avance de militares golpistas por la provincia de Badajoz hizo que Ruiz Farrona regresara a tierras pacenses con una columna mixta de militares, guardias civiles y milicianos dirigida por el comandante Muñiz, quedando acantonado en Medellín, lugar en el que se derrotó por primera vez a los sublevados en tierras extremeñas. Tras este episodio, el comandante Ruiz Farrona fue ascendido a teniente coronel, asumiendo la difícil tarea de dotar de organización militar a las fuerzas milicianas extremeñas, llegando a ser el máximo responsable de las fuerzas militares en la Extremadura republicana haciéndose cargo de la Columna de Operaciones de Extremadura cuando llegó a la localidad de Castuera el 8 de octubre de 1936.
En 1937 desapareció la citada columna, siendo sustituida por la 63ª Brigada Mixta, cuyo mando asumiría Ruiz Farrona, accediendo posteriormente al mando de la 37ª división, que prácticamente cubriría todo el frente extremeño estando englobada en el VII cuerpo del Ejército, que incluiría además del frente extremeño el frente toledano.
Fue ya en el mes de mayo de 1938 cuando obtuvo el grado de coronel y recibió la medalla del deber, habiendo pasado a disponible forzoso desde el mes de marzo siendo destinado al centro de reclutamiento de Ciudad Real y en agosto de ese mismo año volviendo al frente extremeño como 2º jefe del Estado Mayor del Ejército de Extremadura, cargo que posiblemente ocuparía hasta el final de la guerra.
Poco a poco, la figura de Ruiz Farrona se fue apartando de la línea de frente a la zona de retaguardia, ya fuera por la progresiva pérdida de confianza de la cúpula militar republicana, por su trato humanitario para con la población civil durante los meses más duros de la contienda en los que Ruiz Farrona habría ordenado el cese de los asesinatos indiscriminados llevados a cabo por los republicanos en diferentes poblaciones extremeñas, lo que habría provocado recelos en los mandos superiores, o por motivos y decisiones meramente castrenses.
Tras el éxito del bando “nacional”, y días antes de que terminara la Guerra Civil, Ruiz Farrona se presentó voluntariamente el 28 de marzo de 1939 ante las autoridades del ejército “nacional” en la Comandancia militar de Ciudad Real, pasando a la situación de detenido al día siguiente. Posteriormente, la justicia militar franquista le condenó a muerte el 10 de septiembre de 1940, pena que le sería conmutada por la de treinta años de reclusión mayor, siendo separado del servicio en 1942 y dado de baja en la orden de San Hermenegildo, reduciéndose su pena en 1943 a veinte años de reclusión menor, reducción que significaría para Ruiz Farrona la obtención de la libertad provisional.
En 1944 fue puesto en libertad y el 25 de enero de 1946 recibió el indulto mientras residía en su localidad natal.
Perteneció al Ateneo de Badajoz y estuvo agregado al denominado como triángulo Renovación nº 21 de la misma ciudad, una organización masónica que debió constituirse en plena dictadura de Primo de Rivera en agosto de 1926.
De su experiencia masónica se conservan dos textos, uno fechado el 30 de mayo de 1928, en el que presentó un trabajo de grado sobre simbología y características de la orden masónica, seguido el 20 de abril de 1929 por un discurso simbólico-filosófico con tintes anticlericales en el que Ruiz Farrona hizo referencia a un manifiesto publicado en enero de 1906 por la Liga Monista alemana en el que se destacaba “el peligro creciente con que el ultramontanismo y la ortodoxia amenazan toda nuestra vida científica, cultural y política”, quedando de esta manera patente por parte de Ruiz Farrona los duros ataques a la iglesia católica del momento.
Contrajo matrimonio en primeras nupcias el 12 de febrero de 1917 con Dª Natividad Melado Viera, natural de Badajoz, que fallecería de tuberculosis en la misma ciudad el 12 de enero de 1918 sin dejar hijos en el matrimonio. Tras conseguir de nuevo licencia para casarse, Ruiz Farrona contrajo matrimonio en Valverde de Mérida el 16 de enero de 1922 con Dª Felicidad Gallego Agudo, mujer con la que tendría varios hijos.
Obtenido el indulto en 1946, se le pierde el rastro sin tener conocimiento a día de hoy de algún dato relativo a su posterior actividad y fallecimiento.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Hoja de servicios de Miguel Ruiz Nicolau, legajo R-3677 y Hoja de servicios de José Ruiz Farrona, legajo R-303; Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca, Sección especial, Masonería B, carpeta 359, expediente 1; Archivo General de la Administración (AGA), Expediente de matrimonio de José Ruiz Farrona.
Revista de ilustración militar, ejército y marina, 6, 136 (30 de agosto de 1910); M. de Paz Sánchez, Militares masones de España: diccionario biográfico del siglo XX, Alzira – Valencia, UNED, Centro Francisco Tomás y Valiente - Fundación Instituto de Historia Social, 2004; J. Hinojosa Durán, “José Ruiz Farrona: Militar, masón y republicano”, en E. Cortijo (coord.), Masonería y Extremadura, Cáceres, Caja de Ahorros de Extremadura - Ateneo de Cáceres, 2008, págs. 323-328; J. Hinojosa Durán, “José Ruiz Farrona, un militar profesional republicano en el Frente extremeño durante la Guerra civil”, en J. Chaves Palacios, Política y sociedad durante la Guerra Civil y el franquismo: Extremadura, [Badajoz], Diputación de Badajoz, 2012.
José Antonio Rufete García