Román y Herrera Dávila, José María. Matapozuelos (Valladolid), 1784 – ?, 1835 post. Militar, brigadier del Ejército y teniente coronel de Ingenieros.
Ingresó como subteniente de milicias en el Regimiento de Monterrey en mayo de 1801, del que pasó, en la clase de cadete, al de Infantería de León en julio de 1804. Anteriormente había participado en la guerra de 1801 contra Portugal, hallándose en el sitio y rendición de la plaza portuguesa de Campo Mayor.
En septiembre de 1804 se examinó para su ingreso en el Cuerpo de Ingenieros, en la recién creada Academia Especial de Ingenieros de Alcalá de Henares, siendo nombrado subteniente del Cuerpo al resultar aprobado, con fecha de 18 de septiembre de ese mismo año. Siempre en 1804, se le destinó a la citada Academia de Alcalá junto a otros oficiales de Ingenieros como profesor y para la elaboración de los tratados de Matemáticas puras y mixtas previstos en la real ordenanza de 1803 para la enseñanza en el centro. En agosto de 1807 estaba escribiendo “el cálculo trigonométrico de un segmento de hexágono regular fortificado, por el primer sistema de Vauban, con el cómputo de desmontes y terraplenas”.
En 1803, se suprimían las Academias de Barcelona y Cádiz, creándose la de Alcalá de Henares, que abría sus puertas y comenzaba su primer curso en septiembre de ese año. En la Ordenanza para el Cuerpo de Ingenieros de 1803 se reglamentaba el ingreso en el Cuerpo, que se reservaba para cadetes y oficiales del Ejército, los cuales debían realizar un riguroso examen de ingreso en la citada nueva Academia.
En el inicio de la Guerra de la Independencia, un grupo de ingenieros protagonizaban la llamada “Fuga de los Zapadores”, marchándose de Alcalá con dirección a Valencia el 24 de mayo. Por otra parte, los jefes y oficiales que se quedaron en Alcalá también terminaron por sublevarse. En junio hubo una segunda fuga al recibirse la orden de Murat de trasladarse a Madrid. El coronel del Regimiento y once oficiales, entre los que figuraba el subteniente Román y el sargento mayor (equivalente a comandante) Antonio de Sangenís y Torres. A las 12 de la noche del 8 de junio, salían de la ciudad en dirección a Zaragoza, donde tomaron parte fundamentalmente, en los trabajos de fortificación de la ciudad.
Román participó en las dos defensas desde el principio hasta el fin, tomando, inicialmente, el mando de las baterías del Arrabal desde el 11 de julio. Sangenís, por su parte, le ordenó construir una batería en las inmediaciones del Pilar y puerta del Ángel. Más tarde, ejecutaba las obras de fortificación del puente de piedra, según consta en un oficio que en 6 de agosto de 1808 le dirigió Sangenís. El 30 de agosto, los ingenieros Zappino y Román, junto con el jefe de zapadores Albo, cortaban el puente de Tudela para ralentizar el nuevo avance francés. Posteriormente se unían con el resto de las tropas en Borja. El sábado 3 de septiembre, parte de los soldados que habían salido de Zaragoza las fechas señaladas anteriormente, volvían a la ciudad; entre ellos Román, que era destinado al castillo de la Aljafería. Durante la jornada del 25, Román sufrió una importante caída que le obligaba a permanecer inactivo hasta el 10 de enero. Una vez que se reincorporó al servicio, le enviaba Sangenís a la zona del molino de aceite, conventos de Santa Mónica y San Agustín y puerta del Sol. Concretamente en el convento de San Agustín ejecutó una batería para dos cañones, aspillerando los muros exteriores, al igual que en Santa Mónica.
Tras la capitulación de Zaragoza el 20 de febrero de 1809, Román era conducido como prisionero a Francia, en Nancy, de donde pudo fugarse en marzo de 1814. Con posterioridad, se presentó al ejército de los Aliados, siéndole facilitado los medios de regresar a la patria. Llegaba a España el 21 de mayo de 1814 y ese mismo día, en Irún, se integraba en el tercer ejército. Había sido ascendido a coronel de Ejército, estando en cautividad, en 1812 (los oficiales de los Cuerpos facultativos, Estado Mayor, Ingenieros y Artillería, podían ascender por méritos, hasta en dos escalas distintas, grado en el Ejército y el empleo efectivo en el Ejército, y solo por antigüedad en el suyo).
Durante su permanencia en Francia, estuvo alojado en casa de un profesor de idiomas, con quien estudió el griego, y a cuyo idioma tomó tal afición que publicó en 1832 una Nueva Gramática Griega, que se imprimió en la Imprenta Real, de Orden de Su Majestad.
Una vez en España, era “purificado de su conducta política y militar”, proceso al que debían someterse todos los oficiales que habían permanecido como prisioneros en Francia.
Respecto a la Academia de Ingenieros, el 9 de diciembre de 1813 propuso el ingeniero general, y en 28 de marzo de 1814 resolvió la regencia que se restableciese la Escuela militar de Ingenieros y Zapadores en Alcalá de Henares, en los mismos términos en que se hallaba antes de la invasión francesa. Como director se nombraba al mariscal de campo Carlos Francisco Cabrer y, a fines de 1814 (noviembre y diciembre), fueron destinados profesores, entre los que se encontraba el sargento mayor José Román.
Ascendido a 2º teniente coronel de Ingenieros el 12 de septiembre de 1815, en 1817 pasó destinado a la Dirección General del Cuerpo. A partir de 1821 sirvió en la Secretaría del Ministerio de la Guerra, siendo promovido a brigadier del Ejército el 21 de septiembre de 1835.
Con ocasión, el 7 de abril de 1823, de la entrada en España de las tropas francesas denominadas “Los Cien Mil Hijos de San Luis” para devolver a Fernando VII el gobierno absolutista, debió de pronunciarse como constitucional. En efecto, en su hoja de servicios, en 1829 figura estar ya purificado de la “época del abolido sistema constitucional”.
En el Estado Militar del Ejército figura hasta 1835, desapareciendo del mismo en el siguiente año, lo que sugiere su retiro o bien su fallecimiento.
Se casó con la hija del teniente general de los Ejércitos Joaquín Blake, Inés Blake Tovar, quien fue teniente ayo de Isabel II y Luisa Fernanda. En honor de su ilustre suegro escribió una obrita titulada Noticias históricas de la vida del General Blake, cuyo manuscrito cita con elogio Modesto la Fuente en su Historia de España.
Estaba en posesión de la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª Clase, concedida por su actuación en la Guerra de la Independencia (especialmente durante el segundo sitio de Zaragoza, en los puntos de Santa Mónica y Seminario), de la Cruz de distinción de la Fuga de los Zapadores, con el lema La Lealtad y el Valor nos decidieron y de la Gran Cruz de la Real Orden de San Hermenegildo.
Obras de ~. Noticias históricas del Excmo. Sr. D. Joaquín Blake, Capitán General del Ejército, (desapar); Diario del ingeniero militar don José María Román: desde que con sus compañeros de estudios salió de Alcalá de Henares la noche del 9 de junio de 1808, tomó parte de la defensa de Zaragoza durante los dos sitios, prisionero en el último, fue conducido al depósito de Nancy hasta su regreso a España en agosto de 1814, 1814 (M. Zozaya Montes [ed. y transcr.], Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2008); Nueva Gramática Griega. Arreglada por el coronel Don José María Roman, Teniente Coronel del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Imprenta Real, 1832.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. Personales.
Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1804-1818; Estado Militar de España, 1818-1836; VV. AA, “Resumen Histórico del Arma de Ingenieros en general y en particular en España, por un antiguo oficial del Cuerpo de Ingenieros del Ejército”, en Memorial de Ingenieros (1846); J. Almirante, Bibliografía militar de España, Madrid, Manuel Tello, 1876; VV. AA., “El Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Resumen Histórico de su Organización y Servicios durante la Guerra de la Independencia”, en Memorial de Ingenieros (1908); Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Madrid, Establecimiento Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1911, 2 ts.; L. Veyán y Aparicio, “Los Ingenieros del Ejército de los Sitios de Zaragoza”, en Memorial de Ingenieros del Ejército, 27, 12 (diciembre de 1910); J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, Historia del Arma de Ingenieros. “Abriendo Camino”, t. I, Madrid, Imp. Grafoffset, 1997; L. M. de Diego Pareja, La Academia de Ingenieros y el Regimiento de Zapadores de Alcalá de Henares (1803-1823), Alcalá de Henares, Institución de Estudios Complutenses, 1999; L. J. Sanz Balduz, Los Puentes y los Ingenieros en el sitio de Zaragoza, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 2013; R. Fernández López, La Academia de Ingenieros y los Zapadores-Minadores en Alcalá (1803-1823), Letrame, 2019.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño