Quesada y Maestro, José Antonio de. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 10.X.1804 – Málaga, 15.XII.1864. Mariscal de campo y caballero de San Fernando.
Fueron sus padres el capitán de Caballería don José de Quesada y Lozano y doña Dolores Maestro Alonso. En diciembre de 1815 obtuvo la gracia de cadete de menor edad en el Regimiento de Dragones de Villaviciosa, con el que se halló en Madrid al producirse el pronunciamiento de la Guardia Real el 7 de julio de 1822.
En enero del año siguiente defendió Zaragoza del ataque de los realistas y en agosto fue ascendido a alférez por el general Ballesteros, pero este empleo no le sería reconocido más tarde.
A partir de enero de 1824 estuvo con licencia indefinida y absoluta y pendiente de purificación, hasta que una vez conseguida ésta, en 1828, fue colocado en el Regimiento del Príncipe, en el que en febrero de 1830 fue promovido a alférez.
Destinado en mayo de 1834 al Regimiento de Lanceros de la Guardia Real, con él se incorporó en mayo del año siguiente al Ejército del Norte, combatiendo a partir de julio en Mendigorría, Los Arcos, Guevara, Belascoáin, Estella y Montejurra, siendo recompensado con la Cruz de San Fernando de 1ª clase.
En febrero de 1836 recibió una fuerte contusión de bala en el brazo izquierdo durante la acción de Berrioplano, continuando en combate a pesar de haber sido muerto su caballo, recibiendo en premio el grado de capitán. Seguidamente se enfrentó a los carlistas en las acciones de Dicastillo, Oteiza, Lodosa, Arróniz, Estella y Rincón de Soto.
Al ser nombrado el general Iribarren en 1837 virrey de Navarra, marchó con él a Pamplona como ayudante de órdenes. Su comportamiento el mes de mayo en la batalla de Huesca le valió el grado de comandante de escuadrón, obteniendo un mes después el empleo de teniente.
En 1838 operó en La Mancha y guarneció la plaza de Madrid, donde permanecería todo el año 1839 desempeñando el cargo de habilitado; en septiembre fue ascendido a capitán en recompensa a su actuación.
Se incorporó en enero de
Prestó servició en la Corte hasta que en septiembre de 1841 marchó con dos escuadrones a las Provincias del Norte, recibiendo el empleo de teniente coronel como premio a su intervención en esta campaña. Tras la extinción de la Guardia Real fue destinado al Regimiento de Numancia, de nueva creación en Alcalá de Henares, con el que guarneció Burgos y Zaragoza.
En enero de 1844 fue trasladado al Regimiento de Talavera y poco después al de Santiago, en el que causaría baja en agosto de 1847, pasando entonces a formar parte de la Sección de Centralización y ajustes de las Cajas de los Regimientos del Arma, de la que en octubre fue destinado a la Dirección General de Caballería.
A su ascenso a coronel, en marzo de 1848, se le dio el mando del Regimiento de Villaviciosa, del que al año siguiente pasó al de Santiago. Destinado al Regimiento de la Reina, en la isla de Cuba, llegó en noviembre de
Se le concedió en 1857 el retorno a la Península, quedando de cuartel en Madrid hasta que en marzo de 1858 fue nombrado secretario de la Dirección General del Arma, cargo que ocuparía hasta su ascenso a mariscal de campo en febrero de 1863, pasando entonces a la situación de cuartel en Madrid. Falleció en Málaga, adonde se había trasladado buscando mejoría en su salud.
Poseía la Gran Cruz de Isabel la Católica (1860).
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia, expediente personal, Q-57; Hemeroteca Nacional; Escalafones del Arma de Caballería; Gaceta de Madrid.
P. Chamorro Baquerizo, Estado Mayor General del Ejército Español. Historia del ilustre Cuerpo de Oficiales Generales, Madrid, 1852 y 1858; J. L. Isabel Sánchez, C. J. Puente de Mena y A. Ceballos-Escalera y Gila, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Caballería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2011.
José Luis Isabel Sánchez
