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Jorge de Portugal y Melo

Biografía

Portugal y Melo, Jorge de. Conde de Gelves (I). ?, u. t. s. XV – Sevilla, 24.IX.1543. Noble, alcaide de los Reales Alcázares y Atarazanas de Sevilla.

Perteneciente a un muy ilustre linaje portugués, descendiente del conde de Barcelos y con entronque con la casa real lusa a través de los duques de Braganza, Jorge de Portugal fue hijo de Álvaro de Portugal y Felipa de Melo. El matrimonio Portugal-Melo huyó a Castilla en 1482 cuando el rey Juan II ejecutó al II duque de Braganza, hermano de Álvaro de Portugal, por conspirador, y confiscó sus propiedades, recuperadas después en tiempos de Manuel I.

El hermano mayor de Jorge, Rodrigo de Portugal, heredó los mayorazgos y bienes que la familia poseía en Portugal, donde alcanzó a ser marqués de Ferreira, hecho que propició que Jorge de Portugal desarrollara su vida y carrera en Castilla. Sus hermanas protagonizaron enlaces matrimoniales con nobles portugueses de primera fila como el duque de Coimbra, el conde de Vimioso y el conde de Portalegre.

El especial favor que disfrutó su padre Álvaro de Portugal por parte de los Reyes Católicos, que le llevó a desempeñarse como presidente del Consejo Real de Castilla entre 1489-1495 y 1501-1503 y como uno de los contadores mayores (a la muerte de Gutierre de Cárdenas), posibilitó la crianza de Jorge de Portugal en la corte de Isabel y Fernando. En este sentido, Jorge fue, junto a otros hijos de grandes y caballeros del reino, uno de los pajes que sirvió en la casa del malogrado príncipe Juan.

Tras el fallecimiento de su padre y en atención a los servicios que éste había prestado, los Reyes Católicos despacharon el 7 de octubre de 1503 dos cédulas con el nombramiento de Jorge de Portugal como alcaide de Andújar y de los Reales Alcázares y Atarazanas de Sevilla, oficios en los que sucedía a su progenitor y que desempeñaría hasta su muerte.

En la crisis política que sacudió Castilla tras la muerte de Isabel la Católica en 1504, Jorge de Portugal supo moverse hábilmente. Buena prueba es que conservó el oficio de alcaide de los Alcázares de Sevilla cuando Felipe el Hermoso acometió la mudanza de la mayor parte de las tenencias del reino asignándolas a sus parciales, entre ellas las de los alcázares y palacios reales de Segovia, Toledo, Tordesillas y Medina del Campo. Asimismo, Fernando el Católico no le retiró su confianza a su regreso en 1507, al contrario, le apoyó para que ejerciera su derecho como alcaide a entrar con voz y voto en el regimiento de Sevilla.

El grado de sintonía alcanzado con los grupos de poder flamencos se observa en la presencia de Jorge de Portugal en el séquito de españoles que, a la altura de 1515, cuando el príncipe Carlos fue emancipado, se encontraban en los Países Bajos. Ello explica que el 11 de febrero de 1516, al poco de morir el rey Fernando, el cabildo municipal hispalense aprobara que Jorge de Portugal fuera a ver al príncipe Carlos en nombre de la ciudad de Sevilla. La cercanía a figuras del núcleo de poder de Flandes como Gorrevod y La Chaulx le reportó pingües beneficios en forma de licencias para introducir esclavos negros en las islas del Caribe, aunque también le acarreó algún choque con el cardenal Cisneros, quien llegó a revocar en septiembre de 1517 los permisos de trata.

Tras la llegada del rey a España, Jorge de Portugal asistió en febrero de 1518 a las cortes celebradas en Valladolid donde se juró al joven Carlos como rey. En dichas cortes ejerció en calidad de uno de los procuradores de la ciudad de Sevilla, apoyando en todo momento las demandas del monarca. Desde 1520 figura en las listas de los gentilhombres de la casa de Borgoña de Carlos V.

Ante el estallido de la Guerra de las Comunidades y constatando la paz de las ciudades andaluzas frente a las de la meseta, Jorge de Portugal se preparó para marchar a la corte imperial a servir a Carlos V. No obstante, antes de partir, el alcaide hubo de afrontar el asalto de los Reales Alcázares de Sevilla a manos del hermano del duque de Arcos y sus parciales el 12 de septiembre de 1520 al grito de “¡Comunidad!”, hecho que le obligó a refugiarse en casa del arzobispo Diego de Deza. Restablecido en los días siguientes el orden, Jorge de Portugal actuó en pro de los intereses imperiales, siendo en marzo de 1521 uno de los representantes de Sevilla que formalizaron la concordia o liga de la Rambla por la que las principales ciudades andaluzas afirmaban su oposición al movimiento comunero. Alcanzado este acuerdo, Jorge viajó al norte de Europa a dar cuenta del mismo a Carlos V.

Durante el resto del reinado carolino y hasta su muerte en 1543, Jorge de Portugal residió fundamentalmente en Sevilla, dedicado a la gestión de sus intereses patrimoniales, acumulando en ello numerosos juros. En su condición de alcaide supervisó las obras emprendidas en los reales alcázares sevillanos. Asimismo, supervisó el cumplimiento de los mandatos regios en relación a la gestión de las atarazanas. No obstante, no permaneció siempre lejos de la corte. En este sentido, Jorge de Portugal tomó parte en eventos de relieve, como las fiestas de 1527 por el nacimiento del príncipe Felipe, la jornada de la coronación imperial en Bolonia que movilizó a gran parte de la aristocracia hispana o las cortes celebradas en 1538 en Toledo.

Su proximidad al entorno de las casas reales y sus vínculos con Portugal propiciaron su enlace en 1526 con Guiomar de Vasconcelos (o Guiomar de Ataide), a la sazón dama de Leonor de Austria, que luego lo fue de la emperatriz Isabel, hija de los condes de Penela, pertenecientes a los linajes de aristocracia de servicio ennoblecida en el último tercio del siglo XV por su desempeño en las casas reales de Portugal. De este primer matrimonio no quedó descendencia, lo que llevó a Jorge de Portugal a celebrar en 1530 unas segundas nupcias con Isabel Colón, nieta del descubridor, con quien engendraría ocho hijos: Álvaro, sucesor en título y mayorazgo, María, Antonio, Jorge, Diego, Felipa, Isabel y Luis.

A raíz de su primer matrimonio, Jorge de Portugal procedió a la compra de ciertas villas en el entorno hispalense: en 1527 la de Gelves, adquirida del condestable de Castilla, y una década después Villanueva del Ariscal, desmembrada de la orden de Santiago, tras desembolsar 9.200.000 maravedís a la hacienda real. Sobre la primera Carlos V concedió a Jorge de Portugal el título de conde de Gelves el 20 de junio de 1529, siendo uno de los escasos títulos nobiliarios otorgados por el emperador en Castilla. Con estas villas y otros bienes Jorge de Portugal e Isabel Colón fundaron mayorazgo el 16 de octubre de 1539 en favor de su hijo primogénito, Álvaro de Portugal, futuro II conde de Gelves.

Falleció el 23 de septiembre de 1543 en los Reales Alcázares de Sevilla, tras dictar codicilo y solicitar al emperador que su hijo mayor le sucediera en sus funciones.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de los Duques de Alba, c. 4, nº 138 y 140-142; Archivo de los Duques de Alba, c. 292, nº 17; Archivo General de Indias (AGI), Indiferente, 419, leg. 7, fol. 679r y 783r-v; Archivo General de Simancas (AGS), Patronato Real, leg. 3, doc. 8; AGS, Patronato Real, leg. 69, doc. 54; AGS, Cámara de Castilla, Cédulas, lib. 6; AGS, Cámara de Castilla, Diversos, leg. 42, doc. 85; AGS, Contaduría de Mercedes, legs. 61, 63, 69 y 101; AGS, Estado, leg. 60, doc. 146; AGS, Registro General del Sello, leg. 1513-V, doc. 552; Archivo Histórico de la Nobleza (AHNOB), Frías, c. 1513, doc. 14; Real Academia de la Historia, Salazar y Castro, F-19, fol. 97v-105r.

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Sergio Bravo Sánchez

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