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Hernando de Montenegro

Biografía

Montenegro, Hernando de. El Viejo. Villanueva de la Torre (Guadalajara), c. 1496 – Chancay (Perú), 3.XII.1574. Conquistador, tres veces alcalde de Ciudad de Los Reyes (Lima) y primer viticultor en Sudamérica, reconocido por su buen trato y técnicas agrarias cooperativas con la gente nativa.

Hijo de Juan Gil de Montenegro y de Lucía Diez de la Daza. Fue nieto de otro Juan Gil, miembro de una familia hijodalga de la Montaña. Su padre se estableció en Villanueva de la Torre donde se afincó (c. 1490), adquiriendo bienes raíces, siendo tenido por notorio hijodalgo. Tuvo como hermanos a Juan Gil, Francisco y Jerónimo que, con la muerte de su padre (1545), heredaron una viña en baldeado en Villanueva de la Torre.

Hernando recibió una educación escolar de diez años y decidió partir a las Indias (1517) a encontrarse con su hermano mayor, Juan Gil, que había partido hacia allá en la gran expedición del gobernador Pedro Arias de Ávila (Pedrarias Dávila), que constaba de una flota de 19 navíos con 1.500 hombres (1514).

Durante sus primeros años en Indias fue paje del gobernador, acompañándolo en las conquistas y colonizaciones de Tierra Firme (o Castilla del Oro). Participó en la población y sustentación de la ciudad de Darién (Colombia), que fue designada como capital. Estuvo en el duro trabajo de hacer un camino desde Darién a Coiba (Panamá), zona con muchos pantanos, selvas y montañas difíciles de transitar. Acompañando a su hermano Juan Gil, participó en la construcción y sustentación de barcos y navíos en el río de La Balsa (c. 1515-1518) –que desemboca en el océano Pacífico, mar recientemente descubierto por Vasco Núñez de Balboa (1513)– y que fueron usados para descubrir y conquistar las provincias de Nicaragua y luego el reino del Perú. Pasó al océano Pacífico en una expedición de 300 hombres dirigida por Pedrarias Dávila llegando a las islas de Las Perlas (Panamá), desde donde bajaron por la costa para fundar Ciudad de Panamá (15 de agosto 1519), convirtiéndose en uno de los vecinos de la primera ciudad fundada en el océano Pacífico y la nueva capital de Castilla del Oro. Como recompensa a sus servicios, Pedrarias Dávila le dio una encomienda de indios en Naroca y Mache, pertenecientes a los caciques Pariba y Acubriche, respectivamente.

Descubrió una mina de oro entre el río Chagres y la ciudad de Nombre de Dios, que explotó exitosamente con doce de sus esclavos negros, beneficiando a la caja real y a la economía de la zona (c. 1519-1524). En una fecha no determinada, la mina recibió el ataque de unos indios de la zona que mataron a todos sus esclavos y a cuatro españoles. Montenegro logró eludirlos y escapó hacia las montañas donde anduvo escondido por treinta días, alimentándose de hierbas y raíces. Después de muchos riesgos, logró finalmente regresar a Panamá, donde lo habían dado por muerto.

Su hermano Juan Gil acompañó a Francisco Pizarro en la primera expedición de descubrimiento del Perú (1524), junto con 112 hombres, en una pequeña carabela. Esta expedición fracasó debido a los grandes sufrimientos que tuvieron en una región de manglares inhóspita y agresiva. Llegaron hasta un lugar que llamaron Puerto del Hambre, donde seleccionaron a su hermano para que regresase a Las Perlas para reabastecer la carabela de provisiones y llevarlas al lugar. Después de varias penurias, que incluyeron alimentarse de un cuero de vaca seco y algunos palmitos amargos, regresó exitosamente en un mes. Juan Gil estuvo presente en la captura del inca Atahualpa en Cajamarca (1533) y luego en la toma del Cuzco donde Pizarro lo nombró tesorero en custodia de la fortuna capturada; desgraciadamente, falleció pocas semanas después (1534).

Hernando, que se había quedado en Panamá participando principalmente con abastecimientos, recibió la llamada de Francisco Pizarro pidiendo refuerzos y decidió pasar al Perú después de vender todos sus bienes panameños, además de donar su casa para ser utilizada como hospital de la ciudad y delegar la encomienda de indios al Monasterio de Nuestra Señora de las Mercedes de la misma. Con una tropa de esclavos, armas y caballos se juntó con Pizarro en Jauja, la primera capital del nuevo reino localizada en los Andes centrales de Perú. Viendo la inconveniencia del lugar por estar muy alejado del mar, decidieron relocalizarse en el valle costeño de Lima, donde fundaron Ciudad de los Reyes (18 de enero 1535). Siendo uno de sus primeros vecinos, recibió de Pizarro un solar para su morada, caballería y huerta. Pizarro lo nombró capitán y lo comisionó para pacificar a unos indios que se habían rebelado en Andajes y Atavillos, a cuarenta leguas (~150 km) al noreste de la ciudad. Aunque se armó de ballestas, algunos arcabuces y esclavos, existen indicios de que la conquista no fue sangrienta. Trajo a Ciudad de los Reyes a los indios principales de la zona y al curaca (cacique) Tumaiguarax, señor del pueblo de Andajes, que en los años siguientes sirvió pacíficamente. Pizarro lo recompensó con la encomienda de Atavillos, expedida por su secretario Antonio Picado (1536).

Como herramienta de pacificación y alianza, Montenegro usó una práctica también usada por Francisco Pizarro: unión marital a la usanza indígena con indias nobles, parientes de curacas e indios principales. Montenegro se llegó a unir con seis mujeres: Elvira, Ana, Beatriz, Francisca y dos indias de nombres desconocidos, teniendo por hijos a: Hernando El Mozo, Francisco, Juan, María Ana, Isabel y Leonor. Gracias a su educación y buen trato, Montenegro también fue admirado y respetado por los vecinos limeños. Fue elegido alcalde de Ciudad de los Reyes en 1538, periodo en el que se dedicó a “ennoblecer” la ciudad, trayendo frutos de Castilla como la vid –plantando en Ciudad de los Reyes la primera viña de Sudamérica (c. 1539-1541)–, membrillos, granadas, higueras y otros géneros de fruta y dando plantas de estos a otros vecinos con el objetivo de que se esparcieren por la ciudad y todo el reino, como se hizo. Para esto, tuvo una colaboración sinergética con expertos nativos. En la “Viña de Montenegro”, la uva que plantó fue de la variedad Listán Prieto, también conocida hoy como Mission en España y California, Negra Criolla en Perú, Criolla Chica en Argentina, Misionera en Bolivia, y País en Chile.

Recibió un permiso real para enviar a España a sus hijos Juan y María Ana (Mariana) (1539), unos de los primeros hijos mestizos del reino de Perú en hacerlo. Envió a Juan a Guadalajara al cuidado de Alonso de Morales (al que llamaba hermano) y a Mariana, a Sevilla, al monasterio de Santa María de las Cuevas (actual monasterio de La Cartuja), para ser monja. Cuando Francisco Pizarro fue asesinado por Diego de Almagro El Mozo (26 de junio 1541), Montenegro fue arrestado por los rebeldes y despojado de bienes y caballos por un monto de 3.000 pesos. Dos meses después recibió reales disposiciones de legitimación de honras y oficios para todos sus hijos y que pudieran heredar en las Indias, incluyendo su encomienda de indios. Poco después, el rey Carlos V le concedió un escudo de armas en honor por su lealtad (26 de octubre 1541).

Cuando el gobernador Cristóbal Vaca de Castro llegó a Perú a someter a los rebeldes que se habían alzado, Montenegro lo recibió en Huaylas con 2.000 pesos, veinte docenas de herraje, vino y otras cosas necesarias para su camino, ganándose la confianza del gobernador. Después de llegar a Lima (1542) y antes de salir a enfrentar a Diego de Almagro El Mozo, Vaca de Castro lo nombró alcalde de la ciudad (su segundo mandato), cargo que rindió exitosamente. También lo comisionó a pacificar unos indios que se habían sublevado en Cajatambo, a 40 km al norte de su encomienda de Andajes. Después de lograr su objetivo, el gobernador confirmó la encomienda expedida por Pizarro y le añadió los indios del curaca Atunguamán del pueblo de Pampas y los de Julcayaure, un señor de Atavillos (20 de noviembre 1542). Por un azar del destino, en ese mismo día Carlos V firmó por una Real Cédula las llamadas Leyes Nuevas, un conjunto legislativo que incluía la creación del virreinato del Perú y leyes que favorecían las condiciones de vida de los indios, y que no fueron bien vistas por algunos encomenderos. Vaca de Castro tuvo dificultad en aplicarlas siendo el mayor opositor Gonzalo Pizarro, el hermano del conquistador.

En 1544, llegaba al Perú Blasco Núñez de Vela, su primer virrey. Montenegro lo recibió en su viña, localizada en el camino a media legua de la ciudad, donde le brindó su lealtad. Ese no fue el caso de Gonzalo Pizarro, que se rebeló, dándole batalla. Durante ese tiempo convulso Montenegro apoyó la causa del virrey brindando armas, caballos y albergando en su casa a algunos oficiales, incluyendo a su hermano Vela de Núñez. Gonzalo Pizarro finalmente venció al virrey en la batalla de Iñaquito (Quito), lo decapitó y se autoproclamó gobernador del Perú (18 de enero 1546). Teniendo noticia de estos sucesos, el rey Carlos V decidió enviar a Pedro La Gasca como presidente de la Real Audiencia de Lima para acabar con la rebelión. Al llegar a Panamá, cuatro meses después, La Gasca preparó un astuto plan basado en los únicos poderes conferidos que eran los de premiar y castigar. Mandó a un emisario a Ciudad de los Reyes para notificar que estaba en camino con el objetivo de regresar al Perú al servicio de su majestad. Montenegro lo recibió y, de manera secreta, divulgó la noticia entre algunos vecinos. La Gasca le consignó que preparase el camino de Cajatambo, por donde su ejército iba a pasar y que proveyera los abastecimientos necesarios, los cuales montaron en mil fanegas de maíz (1 fanega, ~ 55.5 litros), mil de papas, trescientas ovejas, cien puercos y gran cantidad de pan cocido, además de hacer diez puentes, todo a costa de su hacienda. Se reunió con La Gasca en Jauja y, junto con su sobrino Juan Serrano, se unió al ejército. Participó en la batalla de Jaquijahuana (Cusco) donde Gonzalo Pizarro fue derrotado, ajusticiado y decapitado (10 de abril 1547). A los pocos días de esta batalla, Montenegro envió una carta a España donde le dio un poder general a su hijo Juan, a Juan Serrano y a Alonso de Morales para que vendieran todos sus bienes en Guadalajara y Sevilla y distribuyeran parte de las utilidades entre sus familiares (21 de abril 1547). Ordenó que le dieran 25.000 maravedis (mvs) a su hijo Juan cada año por dos años; de igual manera, 4.000 mvs a su hija Mariana que estaba de monja; 5.000 mvs al hijo de su fallecido hermano Francisco Gil y 8.000 mvs a su hermana María Gil de Montenegro. La misma última cantidad daba a su sobrino Juan Serrano, a Alonso y a Catalina de Morales (ambos identificados como sus hermanos), y a Pedro y a Juan de Morales (añadía 5.000 mvs a la hija de Catalina). No se especifica el parentesco genealógico entre los Morales y los Montenegro. De estas ramas familiares, se sabe que un Juan Gil de Montenegro, natural de Uceda, pasó al Perú en 1593, pudiendo bien ser un hijo de Juan.

Dos años después, La Gasca confirmaba su encomienda de indios y le daba permiso para que usase 80 indios por 15 días dos veces al año para el mantenimiento de su viña (1549). Apaciguado el reino, Montenegro dedicó su atención a sus actividades familiares, comerciales y cívicas. En ese mismo año, recibió permiso real para traer de España simientes (semillas y otros) e instrumentos de agricultura como hoces para podar su viña. En 1553 recibió una nota de legitimación para que sus hijos Hernando y Juan puedan heredar en las Indias. Expandió sus actividades a la Villa de Arnedo (Chancay), ~75 km al norte de Ciudad de los Reyes. En 1556, volvió a ser elegido alcalde de la ciudad. Recibió en su viña al nuevo virrey, Andrés Hurtado de Mendoza II, antes de su entrada a Ciudad de los Reyes, donde lo agasajó por una noche. Hizo un obraje (fábrica de telas y otros) en San Luis de Churín en Andajes, donde trabajaron los indios de su encomienda (1562). A fines de 1566 presentaba al fiscal del rey un ad perpetum rei memorian sobre su condición de hijodalgo, que después de un pleito notarial de casi un año logró todos los pronunciamientos de hidalguía a su favor. Tres años después fundó un mayorazgo para sus descendientes incluyendo un patronato en la capilla de Villanueva de la Torre, su ciudad natal. Luego arregló con el maestro Pedro de Paredes para que una sobrina suya, Ana Bravo de Paredes (venida de España), se casase con su hijo primogénito, Hernando El Mozo. Estando mal de salud decidió pasar la encomienda de indios a su hijo; sin embargo, las Leyes Nuevas no permitían que mestizos heredasen encomiendas. Además, los herederos deberían tener padres casados católicamente. Llevó con Pedro de Paredes el problema al licenciado Lope García de Castro, entonces gobernador del Perú, y, dadas sus buenas credenciales, llegaron a un acuerdo ingenioso. Haría dejación de su encomienda al gobernador en nombre del rey y luego este la asignaría a Montenegro El Mozo. Pero para cumplir completamente con la ley, se tuvo que casar católicamente con la india Elvira de Tumbes, madre de su hijo, a la edad de 74 o 75 años (27 de enero 1570). Al poco tiempo, se casó Hernando El Mozo con Ana Bravo de Paredes y tuvieron a Lucía, su nieta primogénita, a fines de ese año. Lope de Castro había incluido en el arreglo una cláusula que generó a los Montenegro problemas legales por los siguientes diez años. Deberían abonar a Diego de Barrionuevo 1.500 pesos de plata ensayada al año, algo que se negó hacer, aún después de un fallo legal en favor de Barrionuevo (11 de septiembre 1573). Un mes después, ya muy delicado de salud y convaleciente en Santiago de Andagoci (Andahuasi), en las tierras de su encomienda en el fértil valle de Huaura dio un poder a su hijo y a otros para que continuasen con el pleito. Desgraciadamente, menos de un año después, Hernando El Mozo enfermó gravemente, falleciendo inesperadamente y dejando como heredera universal a su esposa Ana Bravo (8 de junio 1574). Además de Lucía, Hernando El Mozo dejó tres hijas más: Mariana, Elvira y Catalina. Esta última fue monja en el convento de la Concepción en Lima.

Seis meses después fallecía nuestro personaje en la Villa de Arnedo (Chancay, Perú) a los 78 o 79 años de edad (3 de diciembre 1574). En 1583, el pleito con Barrionuevo finalizó y Ana Bravo de Paredes y su hija Lucía de 13 años eran los herederos legales de la encomienda de Atavillos y Andajes, acumulando 2.466 indios tributarios y 13.995 reducidos. Lucía de Montenegro se casó con don Juan Gutiérrez Flores y tuvieron a Pedro Alfonso de Flores y Montenegro, primer vizconde de Peñaparda. Lucía fallecía en Lima a los 57 años (19 de diciembre 1627).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (AGI), Justicia, 421, N. 1, “Diego de Barrionuevo contra Hernando de Montenegro”, 1575; AGI, Patronato, 129, R. 1, Méritos y servicios: Hernando de Montenegro: Perú, Darién”, 1586; Archivo General de la Nación (AGN), Protocolos Notariales, Pedro de Salinas, Nº 154, ff. 353-354v, “Poder de Hernando de Montenegro”, 21 de abril de 1547; Tabla genealógica de la familia Montenegro, vecina de Guadalajara, s.f., Real Academia de la Historia, mss., 9/310, F. 62.

A. Pardo y Manuel de Villena, marqués de Rafal, Datos inéditos para la biografía del capitán Hernando de Montenegro: compañero de Pizarro en la conquista del Perú, Madrid, Tipografía de archivos, 1932; G. Toro-Lira Stahl, Las viñas de Lima: Inicios de la vitivinicultura sudamericana, 1539-1551, Lima, Editorial Universitaria de la Universidad Ricardo Palma, 2018.

 

Guillermo L. Toro-Lira Stahl