Molerá y Bros, Eusebio. Vich (Barcelona), 1846 – San Francisco (Estados Unidos), 28.I.1932. Ingeniero y arquitecto.
Formado en la Academia de Ingenieros del Ejército de Guadalajara, era hijo de Andrés Molerá, general de Infantería, que se distinguió en la Tercera Guerra Carlista como defensor de Puigcerdá (1873).
En la primavera de 1869, siendo alférez alumno en la Academia de Ingenieros de Guadalajara, Eusebio Molerá pidió la licencia absoluta (concedida con fecha de 24 de mayo de ese año), al mismo tiempo que su compañero de Academia Juan Cebrián y Cervera, teniente de Ingenieros desde el 8 de septiembre de 1868. Ambos sufrieron una gran desilusión al ver que, en vez de ser empleados los ingenieros en los servicios técnicos para lo que recibían la preparación adecuada, se les utilizaba de forma preferente en esos años convulsos, dado que nunca se había dado un caso en el que tropas de ingenieros participaran en una sublevación contra el gobierno legítimo, en la represión de tales movimientos (Revolución de 1868, llamada “La Gloriosa”). En consecuencia, se marcharon a París a finales de 1869.
Juntos marcharon a Nueva York, en septiembre del mismo año, donde tampoco les fue bien, por lo que, en septiembre de 1870, se trasladaron a San Francisco (California) y entraron a trabajar en la Oficina de Faros del Gobierno Federal de los Estados Unidos, en
el Distrito 12.°, que comprendía toda la costa del Pacífico. En 1871, Molerá fue nombrado ingeniero-ayudante de dicho distrito, construyendo, bajo su dirección, cuatro faros en aquella dilatada costa, al tiempo que realizaba junto a Cebrián el mapa hidrográfico de la bahía de San Francisco. Permaneció como tal, hasta diciembre de 1875, cuando pidió su retiro para instalar en San Francisco, con su amigo Cebrián, una Oficina de Ingenieros Civiles.
Entre 1876 y 1878 se erigió en San Francisco, la primera iglesia española (calle de Broadway), obra de los arquitectos Molerá y Cebrián, que fue totalmente destruida en el desastroso terremoto de 1906. De 1880 a 1885 se ocupó en México en varias empresas ingenieriles, principalmente en abastecimiento de aguas de pequeñas poblaciones.
Fue por muchos años presidente de la Academia de Ciencias de California y, bajo su dirección, se llevó a cabo una expedición científica a las islas de los Galápagos, de donde se obtuvo una colección numerosa de animales, para aumento del Museo de Zoología de la citada Academia, que, desgraciadamente, fue pasto de las llamas en 1906. Entre 1895 y 1908 visitó México varias veces, entablando amistad con el presidente Porfirio Díaz.
Como consecuencia del gran terremoto de abril de 1906 de San Francisco, más de 11 kilómetros cuadrados de la parte principal de la ciudad quedaron materialmente arrasados y más de 250.000 habitantes quedaron sin techo. Sin embargo, después de diez años no sólo se había reconstruido la ciudad mejor y más hermosa, habiéndose borrado las huellas de semejante catástrofe, sino que se había abierto la Exposición Universal, llamada The Panama-Paciflc Exposition, que tuvo la singular gloria de ser la única Exposición Universal terminada sin deudas y con gran superávit. Magnífico resultado debido especialmente a la gestión extraordinaria de la Municipalidad de San Francisco en aquellos años de prueba. Molerá tuvo el honor de formar parte como concejal de dicha Municipalidad y cooperar en la llamada de la Reconstrucción.
En 1915, Molerá fue delegado por la Compañía de la Exposición y por la Municipalidad de San Francisco para visitar al Gobierno de España y solicitar la asistencia de España a dicha exposición. Aunque el Gobierno de Eduardo Dato lo aprobó, desgraciadamente, las condiciones de la I Guerra Mundial empeoraron y el Gobierno se vio imposibilitado en sus deseos; pero, de todos modos, aunque sin colaboración económica, España encargó su representación a su cónsul general en San Francisco, el conde del Valle de Salazar.
En 1916, Cebrián y Melera hicieron donación a la ciudad de San Francisco del monumento de Cervantes, erigido en el Parque de la Puerta de Oro, obra del escultor José Joaquín Mora, natural de Uruguay, de padres españoles. Las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza, de tamaño mayor que el natural, están arrodilladas ante el busto colosal de su creador, Cervantes. Con antelación, en 1907, promovió la erección en el mismo parque del monumento a fray Junípero Serra.
Molerá tomó parte activa en la actuación de la Sociedad Californiana de Historia, publicando varios artículos sobre el famoso capitán de Dragones Gaspar de Portolá, descubridor de la bahía de San Francisco en octubre de 1769, habiendo llegado a ella por tierra y a la que le dio el nombre de “Golfo de Farallones”. Gracias a las investigaciones que Molerá encargó en el Ministerio de la Guerra y en el Archivo de Simancas, se pudieron reunir los datos de la biografía del célebre capitán, publicados en el Boletín de dicha sociedad de historia.
También fue Molerá varias veces conferenciante en San Francisco sobre Historia de España.
Bibl.: Estado (Escalilla) del Cuerpo de Ingenieros, 1870; “Biografías y Necrologías”, en Revista del Memorial de Ingenieros (julio de 1932); “Las estatuas de Cervantes y fray Junípero vandalizadas en San Francisco fueron erigidas por un catalán”, en Dolça Catalunya, 5 de septiembre de 2020 [en línea], disponible en https://www.dolcacatalunya.com/2020/09/las-estatuas-de-cervantes-y-fray-junipero-vandalizadas-en-san-francisco-fueron-erigidas-por-un-catalan/; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Juan Cebrián y Cervera”, en Real Academia de la Historia, Historia Hispánica [en línea], disponible en https://historia-hispanica.rah.es/biografias/11681-juan-cebrian-y-cervera.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño