Ayuda

Elena Gómez de la Serna Fojo

Imagen
Biografía

Gómez de la Serna Fojo, Elena. Madrid, 10.VIII.1916 – 2.II.1990. Periodista.

Elena fue hija de José Gómez de la Serna y Puig, hermano del escritor de las greguerías, y de Elena Fojo Márquez. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, ciudad en la que estaba realizando trabajos de prácticas en el Museo del Prado cuando se produjo la Guerra Civil. En la contienda trabajó de enfermera en el Sanatorio Carrasco de Madrid, siendo evacuada a Valencia en noviembre de 1936. En 1938 solicitó ingresar en el Socorro Rojo Internacional. Participó en la selección de obras, elaboración de fichas e informes y en la preparación y embalaje de las obras para la evacuación del tesoro artístico del Prado –junto con el de otros museos, iglesias y palacios–, para ser entregado a la Sociedad de Naciones. Las obras fueron trasladadas a Francia en los primeros días de febrero de 1939 y desde allí al palacio de las Naciones de Ginebra. Elena acompañó a las obras en este periplo. Llegada a Ginebra, se alojó en la casa del Embajador de México en la Sociedad de Naciones, Isidro Fabela Alfaro (1882-1964), quien la ayudó a localizar a sus padres, en aquellos momentos internados en campos de refugiados en Francia. Desde Ginebra, a instancias de Fabela, escribió a Narciso Bassols García (1897-1959), embajador de México en Francia, interesándose por la situación de sus padres y por que fueran incluidos en algún barco de refugiados con destino a México: “Yo he llegado a Ginebra acompañando la expedición que transportaba el Tesoro Artístico de España, que ha sido depositado en la Sociedad de Naciones, y vivo aquí, gracias a la bondad de un compatriota de usted que, de momento, me tiene en su casa. Mis padres, que salieron de España algunos días después que yo, se hallan cada uno en un campo de concentración en Francia, sin que, hasta el momento, me haya sido posible hacer nada por mejorar su terrible situación.

Enterada de que el país que usted tan dignamente representa, se dispone a acoger parte de los refugiados españoles, yo le ruego que, si le es posible, nos incluya en alguna de las expediciones que se lleven a cabo, pues, lo mismo a mis padres que a mí, nos es completamente imposible volver a entrar en España, ya que los tres pertenecíamos a partidos políticos de izquierda y mis padres, desde hace arios años, pertenecen también a sociedades propagadoras de los Derechos del Hombre y el Libre Pensamiento, cosa que a mi padre le valió la persecución por parte de la Dictadura de Primo de Rivera”.

Por fin, viajó a Francia, consiguió sacar a sus padres de los campos y embarcar con ellos en el Winnipeg –barco fletado por Neruda– rumbo a Chile.

Su hija Beatriz Lorenzo recuerda que “[l]legados a Chile, se asienta con sus padres en Santiago. Su madre muere prontamente de una tuberculosis adquirida durante la guerra. Su padre, abogado de profesión y masón por convicción, ayudado por la masonería chilena se incorpora como abogado a la administración chilena y se adapta rápidamente al modus vivendi chileno, llegando prácticamente a representar el tópico del chileno: radical, masón y bombero”.

Gracias a que hablaba perfectamente francés, Elena comenzó a trabajar como secretaria de una empresa internacional, pero pronto se dedicó al periodismo escrito y radiofónico, llegando a ser directora de la revista Eva entre los años 1947 y 1949. Eva era una revista de tirada quincenal, que pretendía ser una moderna publicación de referencia para las mujeres. Elena ya había trabajado como redactora en la revista entre 1945-1947. Para Haydée Ahumada la incorporación de Elena en la redacción de la revista trajo consigo importantes cambios, destacando, entre otros, la publicación semanal.

El 6 de abril 1942 se casó con el pintor Arturo Lorenzo, con quien había viajado en el Winnipeg y al que le unían muchas cosas, entre ellas su militancia comunista. Ambos frecuentaban casi a diario el mítico Café Miraflores, creado por Pablo de la Fuente y su esposa, emulando a los cafés madrileños que tanto echaban de menos los exiliados, y sobre todo sus tertulias. Por el Miraflores pasaron, entre otros, Acario Cotapos, Luis Vargas Rozas, José Ricardo Morales, Camilo Mori, Maruja Vargas, Vicente Huidobro, Lily Garafulic, Inés Puyo, Patricio Kaulen, Jaime del Valle Inclán, Vicente Salas Viu, José Ferrater Mora, Arturo Soria, Margarita Xirgu o Santiago Ontañón.

En 1949 la pareja se mudó a Valparaíso donde nacieron sus dos hijos, Beatriz y Diego. Allí se dedicó durante varios años al periodismo radiofónico, así como a la publicidad en la Agencia de José María y Antonia Imbert. Posteriormente, aunque siguió realizando algunos programas de radio, se hizo cargo, junto a su esposo, de la sucursal de Muebles Sur en Viña de Mar. La empresa Muebles Sur había sido creada por Germán Rodríguez Arias, arquitecto español exiliado en Chile, diseñador de los muebles del Café Miraflores, fue tal el éxito que decidió crear una empresa de muebles junto a Christian Aguadé y Claudio Tarragó.

A los pocos años del golpe militar de 1973, emprendió el regreso a España con su marido, asentándose en Madrid, donde seguía residiendo gran parte de su familia materna con la que nunca perdió la comunicación y donde residía su hija chilena exiliada y sus nietos, nacidos en Madrid.

Sin un trabajo estable donde desempeñar su profesión, se centró en apoyar a su marido en la recuperación de sus derechos como jubilado del Ministerio de Educación y del Ejército de la República. “Como una hormiguita recorrió archivos, revisó boletines, tomó notas, consultó abogados […] ¡Y lo consiguió! Para su marido y para otros muchos en la misma situación que él.

Además, se volcó, con pasión y dedicación, a trabajar en la reivindicación de los derechos de las chilenas en el exilio y en el interior, en el marco de la Agrupación de Mujeres Chilenas TRALUN (fuerza en mapudungún)”, recuerda Beatriz Lorenzo.

Murió el 2 de febrero de 1990, sin enfermedad ni aviso previo, mientras realizaba un trámite bancario, de un modo absolutamente inesperado para su familia. Está enterrada en La Almudena.

El recuerdo de su hija Beatriz sirve de colofón a esta sucinta biografía de una mujer de gran interés:

“Si, de alguna forma, Arturo representa el “sentimiento trágico de la vida”, Elena era “la alegría de la huerta”. Tan reflexivo él, como vivaz ella. Arturo, cuando no pintaba, se ensimismaba arrancándole notas a una vieja guitarra. Elena, cuando no escribía, entonaba nuevas y viejas canciones con una voz templada, recia y potente. El era parco, en todo: en el comer, en el beber, en el vestir, en el hablar, en el reír […] Ella exuberante, sin ser sobreabundante; la herencia cubana que le venía de una madre guantanamera y una abuela de Santiago de Cuba tamizada por la impronta de una familia de abogados y militares”.

 

Fuentes y bibl.: “Carta dirigida a Narciso Bassols el 1 de mayo de 1939”, en Memoria de México https://memoricamexico.gob.mx/swb/memorica/Cedula?oId=GnMbr28BKx7cnKFK9Pnb.

H. Ahumada Peña, “Elena Gómez de la Serna y Fojo”, en D. Ramos Palomo (coord.), Mujeres iberoamericanas y derechos humanos. Experiencia feminista, acción política y exilios, Sevilla, Athenaica, 2016, págs. 353-364.

 

Esther López Sobrado

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares