Robelín (o Robellín), Carlos de. Conde de Robelín. Francia, p. t. s. XVII – ¿España?, p. t. s. XVIII. Teniente general e ingeniero director.
De gran prestigio en su país, Francia, en 1677 figuraba como ingeniero ordinario y en 1707 era nombrado “Chevalier de Saint-Louis”. Promovido a director de fortificaciones de la región de Picardía en 1705 y a brigadier en 1709, ascendió, en una fulgurante carrera militar, a mariscal de campo en 1710. Partió para España al servicio de Felipe V en 1719, donde era promovido a teniente general e integrado en el Cuerpo de Ingenieros español, como ingeniero director de las fortificaciones de la frontera de Castilla con residencia en Zamora, con fecha de 3 de julio de 1719. Sin embargo, figura como uno de los ingenieros franceses que estuvieron en el sitio de Barcelona por las tropas de Felipe V, por lo que es de suponer que volvió a Francia después de la toma de la Ciudad Condal, hasta su regreso a España cinco años más tarde.
El 13 de febrero de 1721 le remitía al secretario de despacho de Guerra, José Patiño, marqués de Castelar, una carta en la que informaba de que las tropas no estaban bien alojadas en Zamora, ya que: “Hay mala distinción entre caballerizas y dormitorios. Existía mala disposición de camas tanto para el regimiento de Dragones como para el de Infantería, que estaban en él. Tanto los subterráneos del cuartel, como el almacén de víveres que se ha construido sobre la muralla, están a prueba de bombas, pero no a prueba de agua. El yeso de las bóvedas se cae por la humedad”.
En consecuencia, como director de Ingenieros, en 1721 realizó parte del plano de Zamora, además de un perfil de los cuarteles de la ciudad propuestos, la elevación de los citados cuarteles y un plano de los mismos. El 11 de marzo de 1721 Carlos Robelín remitió a Madrid un proyecto de cuartel de infantería en el barrio de la Horta. El proyecto del ingeniero director estaba compuesto por cuatro pabellones que se adaptaban al perímetro irregular de la parcela. Constaba de dos tipologías de bloques: por un lado, pabellones de crujía estrecha, con escalera central que distribuía a dos dormitorios por planta, y, por otro lado, el pabellón de doble crujía, con escaleras dobles que distribuían dos estancias a cada lado. Estos pabellones estaban compuestos por tres plantas similares, sin aprovechamiento del desván.
Ante la paralización de las obras consiguientes, el 28 de octubre de 1721 Carlos Robelín informaba al marqués de Castelar de la causa de esta inactividad. Al parecer, se originaron desavenencias personales entre el gobernador de Zamora, brigadier conde de Ripalda, y el ingeniero, lo que originó el traslado de este último por voluntad propia a Ciudad Rodrigo y la paralización del proyecto. Desde esa ciudad salmantina, el 27 de marzo del año siguiente, Robelín llevaba a cabo la recopilación de los trabajos que serían necesarios para reparar el cuartel de Caballería ya existente y el proyecto de construcción del de Infantería. A principios de abril, el jefe de la Junta de Fortificaciones, Jorge Próspero Verboom, respondió a Carlos Robelín sobre sus propuestas, aprobando los “reparos” planteados para mejorar la habitabilidad del cuartel de Caballería y su proyecto del de Infantería, aunque exponía algunos reparos, al considerar que “estaba concebido a la antigua, […] según la práctica aprobada por el difunto mariscal de Vauban”.
En 1722 dibujaba el plano y elevación en hoja sobrepuesta, del cuartel de Caballería de Zamora y, en ese mismo año, en Salamanca levantó los planos de las viejas fortificaciones de la zona, como la del castillo de San Felices de Gallegos: Plan de la Ville et du Chateau de St. Felices, con vistas a futuras obras de restauración.
Con fecha de 17 de marzo de 1722, Robelín envió al marqués de Castelar su proyecto para la reorganización del Cuerpo de ingenieros militares de España, con el fin de ponerlo en “estado de guerra”. Proponía establecer, entre otras cuestiones de organización, “un cuarto cuerpo en el ejército junto al de infantería, artillería y marina”. Respecto al organigrama del Cuerpo proponía un número de cien ingenieros en plantilla divididos en tres o cuatro “cuerpos” según las necesidades estratégicas.
Con antelación, en 1721, unos meses antes de abandonar Barcelona para dirigirse hacia Málaga, el ingeniero general, Jorge Próspero de Verboom, recibía la orden de valorar todas las obras que se venían realizando en Pamplona por el ingeniero Ignacio Sala Garrigó. En su respuesta de 14 de septiembre, Verboom modificaba algunas de las proposiciones de este último, aceptando varias de las presentadas por Robelín, al tiempo que defendía a Sala de las críticas de este último.
Con el levantamiento por la Restauración de la Independencia de Portugal, hacia 1640 se inició un proceso de modernización de las defensas de Puebla de Sanabria con pequeños bastiones, y la construcción del Fuerte de San Carlos. Este proceso culminaría con una tijera y un dique para gestionar inundaciones, realizadas por los portugueses entre 1710 y 1716. Tras el regreso de Jorge Próspero Verboom de las campañas de Córcega y Sicilia, Carlos Robelín redactó un interesante proyecto para Puebla de Sanabria en 1722, después de recuperada.
En 1726, según el primer escalafón del Cuerpo, permanecía en el cargo, pero posteriormente se desconocen nuevas noticias o sus nuevos destinos, así como la fecha de su fallecimiento.
Bibl.: H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; H. Capel et al., De Palas a Minerva. La formación científica y la estructura institucional de los Ingenieros Militares en el siglo XVIII, Barcelona, Serbal-CSIC, 1988; V. Echarri Iribarren, Las Murallas y la Ciudadela de Pamplona, Pamplona, Gobierno de Navarra, Departamento de Educación y Cultura, 2000; J. M. Muñoz Corbalán, Jorge Próspero de Verboom, Ingeniero Militar Flamenco de la Monarquía Hispánica, Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 2015; C. Désos, “Les ingénieurs du roi de France auprès de la couronne d’Espagne (1704-1715)”, en Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia, 16 (2016), págs. 67-92; V. Echarri Iribarren, “El proyecto del ingeniero Carlos Robelin para las fortificaciones de Puebla de Sanabria en 1722”, en Espacio, tiempo y forma. Serie IV, Historia moderna, 30 (2017), págs. 233-264; D. López Bragado y V. A. Lafuente Sánchez, “Los proyectos del Cuartel de Infantería para la ciudad de Zamora en el primer tercio del siglo XVIII”, en Studia historica. Historia moderna, 41, 1 (2019), págs. 407-433.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño