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Arturo Lorenzo Arriero

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Biografía

Lorenzo Arriero, Arturo. Paracuellos del Jarama (Madrid), 9.VI.1914 – Viña del Mar (Chile), 27.II.2010. Pintor.

Arturo nació en Paracuellos del Jarama y, desde pequeño, mostró habilidades plásticas, lo que hizo que su maestro instase al padre para que pudiera estudiar Artes Plásticas en la Academia de San Fernando de Madrid. “Nunca he llegado a entender porqué mi abuelo Jacinto pequeño terrateniente de Paracuellos del Jarama que se enorgullecía de cerrar los tratos sobre el trigo y las olivas de sus escasas fanegas, sin ningún papel, con sólo un apretón de manos y que hacía trabajar a sus hijos de sol a sol en las faenas del campo, accedió a la propuesta de Don Vicente –el maestro del pueblo–. Déjele que se vaya a Madrid a estudiar pintura, Don Jacinto, déjele, el chaval tiene pasta”, rememora Beatriz, la hija del pintor.

Durante los años madrileños se relacionó con artistas e intelectuales de la Generación del 27. Afortunadamente, tenemos la descripción de aquella época, gracias a sus propias palabras: “En aquella época, era común en Madrid reunirse con los amigos para conversar y tomarse unos tragos, en tertulias muy interesantes. Fue así como un joven pintor veinteañero como yo (el menor de todo ese grupo), conoció y compartió junto a grandes amigos; tales como: el cineasta Luis Buñuel; el músico chileno Acario Cotapos; Federico García Lorca; Rafael Alberti; toreros como Sánchez Mejías, y tantos otros; pudiendo compartir tardes muy agradables en su hogar, donde nunca hubo que tocar la puerta para entrar, ya que siempre estaba abierta esa casa de las flores (llamada así, porque estaba rodeada de geranios o cardenales, como le llaman acá en Chile); bastaba empujar, para poder conversar un buen vino en la casa de Pablo […] Cuando éramos jóvenes y luego de aquellas agradables tertulias por locales de Madrid; ya de noche, como a eso de las doce o una de la madrugada, salíamos a inaugurar estatuas junto a Neruda y otros compañeros de farra. Resulta que cuando nos encontrábamos con algunas de ellas, nos parábamos delante de estas, para hacer divertidos discursos que iban saliendo en el momento; todo en broma, por supuesto, riéndonos mucho de estas travesuras, las que seguían metros más allá, al encontrarnos con una nueva estatua, camino a casa; a la que, por lo mismo, nos costaba llegar”.

Terminados sus estudios, consiguió una plaza de profesor de dibujo que nunca llegó a ocupar, por el estallido de la guerra. Fue uno de los denominados cursillistas de 1936 en la asignatura de Dibujo. Recibieron ese nombre por haber aprobado los cursillos de selección del Profesorado de Segunda Enseñanza que se celebraron el año en el que comenzó la guerra. Wenceslao Roces, subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, reconocía en la orden que firmó que estos profesores “se considerarán como Encargados de curso” (Gaceta de 10 de octubre de 1936).

Pero, como hemos comentado, cuando apareció publicado su nombramiento en la Gaceta de Madrid ya había estallado la guerra y Arturo Lorenzo rápidamente formó parte del Quinto Regimiento de Milicias Populares, creado por iniciativa del Partido Comunista en los días posteriores al golpe de estado militar. Como indica Juan José Gil Sánchez, el Quinto Regimiento se definió como antifascista, motivo por el que se alistaron voluntarios de diversas procedencias ideológicas. Entre los intelectuales que militaron en el Quinto Regimiento estaban sus amigos Rafael Alberti y Francisco Arias. Se creó la figura del “Miliciano de la Cultura”. Arturo Lorenzo fue nombrado miliciano de la cultura el 27 de mayo de 1937. Gracias a las anotaciones de Ramón Costa sabemos que, el 19 de agosto de 1937, el pintor Francisco Arias Álvarez y Arturo Lorenzo eran milicianos de la cultura de la 2ª Brigada de la 10ª División. En aquellos momentos estaban descansando en Madrid, en la calle Lista 23. Gracias a estas anotaciones conocemos su diario acontecer.

“Los milicianos de la Cultura manifiestan que dan clases regulares por la mañana y por la tarde, si bien, ellos dos, son insuficientes para atender todo el trabajo.

Hace falta organizar clases para Jefes y Comisarios, ya que se hallan en un estado cultural muy bajo. Los Milicianos de la Cultura colaboran en los periódicos murales y en el de la Brigada”.

Participó en los Frentes de Madrid y del Ebro y en 1939 consiguió llegar a Francia por la frontera catalana. Fue ingresado en el Campo de Argelès-sur-Mer y permaneció allí hasta la partida del Winnipeg –barco fletado por el Gobierno de Chile para trasladar a los refugiados españoles a dicho país– el 4 de agosto de 1939, desde el puerto fluvial de Trompleoup-Pauillac.

Ya en Chile se asentó en la capital, Santiago, y el 16 de abril de 1942 se casó con Elena Gómez de la Serna, con quien tuvo dos hijos, Beatriz y Diego. En Santiago de Chile, junto a Elena, frecuentaron el mítico Café Miraflores, creado por Pablo de la Fuente y su esposa Mina Yañez Portaluppi, emulando a los cafés madrileños que tanto echaban de menos los exiliados, y sobre todo sus tertulias. Por el Miraflores pasaron entre otros Acario Cotapos, Luis Vargas Rozas, José Ricardo Morales, Camilo Mori, Maruja Vargas, Vicente Huidobro, Lily Garafulic, Inés Puyo, Patricio Kaulen, Jaime del Valle Inclán, Vicente Salas Viu, José Ferrater Mora, Arturo Soria, Margarita Xirgu o Santiago Ontañón, cuya amistad valoraba y recordaba Arturo Lorenzo. Ontañón fue el autor del retrato de Arturo que fue portada del catálogo de su exposición de 1949 en Santiago de Chile. Arturo Lorenzo recordaba que en el Café Miraflores se hablaba y vociferaba de todo “sin excluir a Franco, claro”.

En Santiago, gracias a la ayuda a Claude Bowers, embajador de Estados Unidos en Chile y anteriormente en España, entró a trabajar como profesor de Arte en el Santiago College. Posteriormente colaboró con la empresa de fabricación de muebles creada por varios refugiados catalanes, Muebles Sur; cuando sus creadores decidieron abrir una sucursal en Valparaíso, se mudó con su esposa a esa ciudad para hacerse cargo de esa sucursal y, posteriormente, también de la de Viña del Mar. La empresa Muebles Sur había sido creada por Germán Rodríguez Arias, arquitecto español exiliado en Chile, quien había diseñado los muebles del Café Miraflores, y, debido el éxito, fundó la empresa de muebles junto a Christian Aguadé y Claudio Tarragó. Pablo Neruda les encargó los muebles para la ampliación de su casa de Isla Negra.

En 1975, tras el golpe militar de Augusto Pinochet, volvió a España, vivió en Madrid y ese mismo año una orden del Ministerio de Educación y Ciencia declaraba integrados en el Cuerpo de Profesores Agregados de Enseñanzas Medias a los profesores procedentes de los cursillos de formación de 1933 y 1936. Su nombre aparece en el anexo, como profesor de Dibujo, por este motivo obtuvo la jubilación como profesor. Tras la muerte de su esposa en 1990, regresó a Viña del Mar (Chile), donde falleció el 27 de febrero de 2010, en la tarde del día del terremoto que asoló el centro y el sur de Chile. Cumpliendo su voluntad, sus cenizas fueron arrojadas al mar en la bahía de Valparaíso.

Como colofón incluimos el emotivo recuerdo de su hija Beatriz: “Aunque no vivía de la pintura, nunca dejó de pintar. Pintó siempre la añoranza; en Chile pintaba paisajes castellanos –eternas planicies ocres y cielos infinitos– en España pintaba el mar y los cerros de Valparaíso. Tampoco nunca dejó de ser comunista. Gran lector, sobre todo de biografías. Caminante empedernido, aprendió a amar el mar, aunque siempre aborreció la playa; la arena era siempre, siempre la arena de Argelès. Si bien no era un forofo del café, era un tertuliano impenitente”.

 

Fuentes y bibl.: “Carta personal de Arturo Lorenzo”, 14 de noviembre de 1991.

T. Pérez Delgado, Diario de un miliciano de la Cultura y la Infancia de la Cartelística republicana en Guerra, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1987, pág. 381; “Neruda. Con España en su corazón (a propósito del Winnipeg)”, en Valija cultural, 8 de agosto de 2016 [en línea], disponible en https://valijacultural.wordpress.com/2016/08/08/neruda-con-espana-en-su-corazon-a-proposito-del-winnipeg/; J. J. Gil Sánchez, El pintor Francisco Arias y la Guerra Civil española [en línea], disponible en https://www.academia.edu/35903874/EL_PINTOR_FRANCISCO_ARIAS_Y_LA_GUERRA_CIVIL_ESPA%C3%91OLA.

 

Esther López Sobrado

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