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Alfonso Sánchez Ochando

Biografía

Sánchez Ochando, Alfonso. Murcia, 1737 – México, 1802. Capitán e ingeniero en segundo.

En 1754 entraba como cadete en el Regimiento de Infantería de León. Debió estudiar en la Academia de Matemáticas de Barcelona y en 1762 era nombrado subteniente e ingeniero delineador destinado a Figueras, para las obras del castillo de San Fernando.

Para finalizar las obras programadas en Canarias, el 16 de mayo de 1768 se enviaban dos ingenieros extraordinarios, Alfonso Sánchez Ochando y Luis Marqueli, quienes llevarían a cabo una labor de reconocimiento e información del archipiélago que luego se materializaría en fortificaciones, cuarteles y hospitales. En ese sentido, en Lanzarote y Fuerteventura, la escasa capacidad de sus cuarteles, se vería agravada con la llegada de más tropa en el navío de guerra Atlante, donde venía también el ingeniero extraordinario Alfonso Ochando. El nuevo cuartel para alojar parte de esta tropa era el de San Miguel, situado en una zona pedregosa y distante de fuentes y baterías.

Destinado a Sudamérica, en 1774 Ochando llegaba a Veracruz y en 1777 ascendía a ingeniero ordinario. Estaba trabajando en la obras de la plaza de Veracruz, castillo de San Juan de Ulúa y “en la composición de caminos, dispuesta por la superioridad con otras comisiones, manifestando su actividad, celo y aplicación”. En el último año citado, junto con los ingenieros José de Carrión y Andrade, Manuel de Santisteban y Miguel del Corral, elaboraba dos planos del cuerpo principal del castillo de San Juan de Ulúa que manifiestan “el uno el estado actual con el proyecto formado por la Real Junta y aprobado por S. M., y el otro el mismo estado actual, con la variación que se propone sin alterar el espíritu del primero ni disminuir su defensa y en la relación y demás documentos que acompañan a estos planos, se explica lo que nos ha motivado a hacer esta proposición”. Estos planos formaban parte del informe sobre lo realizado en las obras del citado castillo desde 1774, fecha de la reunión de la Junta de Fortificación de la plaza. El informe lo había requerido el nuevo gobernador de Veracruz, Antonio María de Bucareli.

En 1779, promovido a capitán de Ingenieros, realizaba la Planta y perfil del puente sobre el río de la Antigua, en el camino de Veracruz a México, con siete tramos planos, apoyados en pilas con vigas longitudinales, sobre las cuales se construiría el tablero. En el plano representaba el antiguo de madera donde atracaban las barcas, y el nuevo proyectado, situado a cierta distancia del anterior. Al variar de emplazamiento, era necesario construir una nueva calzada para enlace con el camino real.

En 1780 solicitaba el ascenso a ingeniero en segundo. En ese mismo año, junto a un oficial de Artillería elaboraba el Dictamen que dan sobre la elección del sitio, a propósito, para el establecimiento de fundición de artillería de este reino el teniente coronel don Miguel Puchalt, comandante del Real Cuerpo de Artillería de este reino, y el ingeniero ordinario don Alfonso Sánchez Ochando en virtud de la orden del Exmo. Señor virrey don Martín de Mayorga, que firmaban el 26 de junio de 1780.

El 24 de marzo de 1781 Sánchez Ochando recibía una orden en la que se le decía que “[e]s de mucha importancia la más breve conclusión del allanamiento de caminos, facción de calzadas y puentes que tengo encargado a Vm, desde la Venta de la Rinconada hasta Veracruz para que puedan ponerse en giro los carros construidos y que se están construyendo para el transporte desde esta capital y Puebla hasta la Ciudad de Veracruz, de víveres para socorrer al ejército y escuadra de la Habana”.

Con fecha de 13 de junio de 1781 era destinado para el “allanamiento y composición del nuevo camino abierto, por D. Francisco Burgos, desde la Nueva Veracruz a la Antigua, y el antiguo a la Venta de la Rinconada”. Poco después, el 14 de marzo de 1781, recibía la orden para que fuera “a la Capital pasando por Puebla para reconocer los caminos y allanarlos saliendo de Veracruz, haga su viaje por la vía de Córdoba y Orizaba, examinando también sus caminos y haciendo los cálculos del costo que causara allanarlos. En Orizaba, con el Comandante del Regimiento de Dragones de España y el Comisario de Guerra, revisará el terreno más oportuno, cercano a la Casa del Rey para Hospital de la Tropa”. También debía formar los planos y presupuestos del costo para cuarteles de dos regimientos, uno de Infantería y otro de Dragones.

Como se ha señalado, Sánchez Ochando había estado trabajando en el camino de Veracruz a México desde 1774, y el 30 de octubre de 1781 proponía la composición de este tramo. Se trataba de hacer calzada de piedra en la ciénaga y en otros trayectos hacer zanjas con relleno de tierras para elevar el camino media vara sobre el nivel del terreno y plantar arbolado. En total presupuestaba 34.000 pesos, pero, al resultar excesivo, se anuló el trabajo, pues ocurría que tanto la piedra como la cal estaban alejadas, era preciso llevarla desde Veracruz, por lo que había que añadir la mano de obra. Otra propuesta de Ochando fue un nuevo camino desde Las Cruces a Puebla. Era anteriormente intransitable, pues se atascaban los carruajes y recuas en la arena, pese a los tres ramales en que se dividía la ruta principal.

También fue enviado en 1781 a la entrada de Puebla desde Perote y las Villas, en el llamado camino del Pinar, para hacer plano y presupuesto. Este proyecto comenzaba en el paraje de Sontecomapa, en dirección sudoeste, hasta la hacienda de Sacatepec. Llegaba el camino proyectado por Ochando por terreno duro y montuoso, con cerros pequeños y atravesaba una gran zanja en la zona de Amelaco, después venía camino llano con buen drenaje. Al cabo de algunas leguas, Ochando proponía construir un muro de contención de un cuarto de legua de longitud, para afianzar el camino sobre un barranco y evitar los derrumbes del monte. En todo este camino había cuatro barrancos que necesitaban “puente o presas”, y por fin llegaba hasta Amozoc tras recorrer 13 leguas y 1.400 varas desde Sontecomapa. Se calcularon estas obras en 41.718 pesos. El tramo entre Guadalupe y México se realizaba en calzada elevada, convirtiéndose en un “albarradón” que durante dos leguas separaba la laguna de San Cristóbal de la de Texaco, evitando así que las aguas vertidas en aquella llegaran a la de Texaco inundando la ciudad.

Debido a la destrucción del puente de planchas encadenadas sobre el río de la Antigua, pues la avenida de 1781 destrozó las planchas arrastradas por la corriente, proponía para el cruce del río, en octubre de ese mismo año, junto a los también ingenieros Santisteban y Corral, que la nueva construcción fuese un puente de piedra, cobrando el peaje para su financiación.

 

Fuentes y bibl.: J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. O. Moncada Maya, Ingenieros Militares en Nueva España. Inventario de su Labor Científica y Espacial. Siglos XVI-XVIII, México D. F., Universidad Autónoma de México, 1993; V. Vega Viera y E. Ríos Pelara, Los Ingenieros Militares en Canarias en el siglo XVIII: Mapas, Planos y Dibujos de Canarias en el Archivo General de Simancas, en el Archivo del Museo Naval y en el Archivo General de Indias, Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1994; A. Calderón Quijano, Las Fortificaciones Españolas en América y Filipinas, Madrid, Mapfre, 1996; G. A. Cisneros Guerrero y J. O. Moncada Maya, “Proyecto de los Ingenieros Pedro Ponce y Diego Panes para establecer una fundición de Artillería en la Nueva España, siglo XVIII”, en Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, 8, 447 (2003); C. Díaz Capmany, “Els enginyers de la fortalesa de Sant Ferran de Figueres”, en Annals de l'Institut d'Estudis Empordanesos, 38 (2005), págs. 279-304; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; G. Sosa Castañón, Ejército y cultura: Los oficiales del ejército novohispano y sus libros, 1764-1810, tesis de licenciatura, México D.F., Universidad Nacional Autónoma de México, 2011.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño