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Francisco Jacinto Funes de Villalpando y Climent

Biografía

Funes de Villalpando y Climent, Francisco Jacinto. Marqués de Osera (II). Velilla de Aragón (Zaragoza), 1618 – Zaragoza, 1679. Militar, político, escritor y comendador de Calatrava.

Primogénito varón de Juan de Funes de Villalpando y Ariño (muerto en 1640), primer marqués de Osera (3 de octubre de 1626), VII barón de Quinto (que incorporaba los lugares de Quinto, Gelsa, Velilla de Aragón, Matamala y Alforque) y de Figueruelas, y señor de Estopiñán, Cabañas y Villafranca de Ebro, y de su primera esposa, María Francisca Climent y Enríquez de la Carra. Sucedió además como II marqués de Castañeda, VIII barón de Quinto y de Figueruelas, señor de Estopiñán (IX) y de Villafranca de Ebro. Su padre, que sería también III conde de Atarés al casar en segundas nupcias (1629) con la condesa Leonor Sanz de Latrás y Gaztelu, fue maestre de campo en el socorro de Fuenterrabía (1638), familiar del Santo Oficio de Aragón y diputado a Cortes por el brazo noble en 1617 y 1632. Cultivó la poesía y la historia genealógica, interesando en la literatura a todos sus hijos varones habidos en sus matrimonios, dos de los cuales —Francisco Jacinto y su hermanastro Baltasar— llegarían a despuntar en el mundo de las letras sin renunciar a la profesión militar, que siguieron todos. La obra de consulta Personajes de la Historia de España (1999: 692), dedica breves reseñas donde se confunden las fechas de nacimiento y defunción de su padre, Juan, además de convertirlo en hermano de Francisco Jacinto, cuando éste fue el primogénito de su primer enlace.

En 1635, con diecisiete años recién cumplidos, pasó con el marqués de Leganés al Estado de Milán, donde sirvió como soldado en el tercio de Lombardía, que mandaba su paisano Martín de Aragón, cayendo herido en la batalla de Tornavento (22 de junio de 1636). A comienzos de 1638, mediando la oportuna suplencia de servicios, ascendió a capitán de Infantería en el tercio de Saboya, hallándose en la toma del fuerte de Breme (25 de marzo) y en el asalto de Vercelli (26 de junio de 1638), donde fue de los primeros en subir a la muralla. En este encuentro resultó gravemente herido junto a Julio César Borromeo, que murió a su lado. Tras la rendición de la plaza (4 de julio), fue promovido al empleo de capitán de caballos y obtuvo licencia para curarse en su casa, regresando a Velilla, lugar famoso entonces por los espontáneos tañidos de la campana de su iglesia parroquial, relacionados con funestos presagios. Precisamente Juan de Funes, el padre de Francisco, escribiría un pormenorizado relato sobre aquellos misteriosos hechos, nunca impreso, que llegó a consultar Benito Jerónimo Feijoo para refutar la sobrenaturalidad asociada al fenómeno.

En agosto de 1639 fue proveído capitán de una compañía de corazas con la cual asistió al asedio y recuperación de Salses, en el condado de Rosellón, que comenzó el 20 de septiembre. Fue uno de los hombres distinguidos en la batalla que se dio bajo sus murallas el 2 de noviembre, cuando el socorro francés al mando del príncipe de Condé atacó infructuosamente las trincheras de la circunvalación española.

Tras la rendición de la fortaleza (6 de enero de 1640), regresó a Zaragoza, donde la compañía fue reformada. En octubre de 1642 recibió el mando del tercio de Aragón, que había vuelto a Zaragoza tras la capitulación de Perpiñán (5 de septiembre) y, al año siguiente, se le confió el gobierno de Fraga con retención de su tercio. Sin embargo, no llegó a mandarlo personalmente en el famoso socorro de Lérida, que partió de Fraga el 30 de septiembre de 1646 y que lograría librar la plaza del cerco a que la sometía el conde de Harcourt. Francisco de Funes había sucedido a su padre como diputado del brazo nobiliario en las Cortes del reino de Aragón (1645-1646), donde tuvo que asistir, y fue su sargento mayor, Villafranca, quien lo mandó en aquella ocasión. Su presencia en aquellas Cortes, celebradas en Zaragoza, le fue recompensada con la Escribanía de Ración de la Casa Real en Aragón (3 de noviembre de 1646), empleo citado bajo formas tales como “escribano de ración”, “racionero” o “maestre racional”, que equivalía al de presidente de la Contaduría Mayor de Cuentas de Castilla. Su labor se centraba en el control y la supervisión de los ingresos y gastos de la Hacienda Real en el reino, sobre todo en relación con el personal civil y militar, con las obras defensivas y con los pagos directos efectuados por la Tesorería general del reino y sus agentes provinciales.

A partir de entonces, el conde de Osera se dedicó a la política. Latassa (1798-1802) añade que fue gentilhombre de la cámara del Rey y su consejero, sin aclarar en qué consejo se integró. Quizás lo hiciera en el de Hacienda, ya que no se halla entre los regentes del Supremo de Aragón. En todo caso, debió de residir en la Corte, quizá a partir de 1655 y hasta la muerte de Felipe IV (1665), etapa coincidente con un paréntesis de su actividad literaria. El Rey recompensó sus servicios con tres caballeratos en las Órdenes Militares, probablemente el suyo, el de su hermano José Antonio y el de su hermanastro menor Baltasar. Latassa le hace caballero de la Orden jacobea, pese a no existir testimonio de sus pruebas. Pudo serlo en la de Calatrava, a la que pertenecía la encomienda de Ballesteros, que tuvo hasta su muerte, pero se ignora desde cuándo la gozaba. Se había casado con Atanasia Abarca de Bolea, hija de los marqueses de Torres. No tuvo descendencia, heredándole su hermano José Antonio (1623-1685).

Latassa le reconoce “excelente ingenio y extremada afición a la poesía”. También creía que su primera composición, la fábula de Psiquis y Cupido, obra de juventud, la rompió insatisfecho, cuando acabó publicándola en 1655 bajo el seudónimo de Fabio Clymente, que utilizó siempre. Lo cierto es que cultivó también la novela, la comedia y la biografía, a veces en temas recurrentes. Tal fue el caso de fray Jacinto de San Francisco, a cuya vida consagró una novela —que alguien ha querido ver “tejida de sucesos propios”— y un poema sacro titulado “Lágrimas de San Pedro”. Su obra más celebrada fue la comedia Más pueden celos que amor, que se representó en Zaragoza y fue publicada en 1647, edición que incluía al final sonetos del marqués de San Felices, Miguel Leonardo de Albión, de Antonio de Villalpando y Pomar, tío del autor, y de Juan Jaime Esporrín.

 

Obras ~: Escarmientos de Jacinto, Zaragoza, Hospital Real, 1645; Más pueden celos que amor, Zaragoza, D. Dormer, 1647; Novela ilustrissima y exemplar: Escarmientos de Jacinto, Zaragoza, 1650; Lágrimas de S. Pedro: poema sacro en que llora sus escarmientos Fray Iacinto de San Francisco, professo en la Orden del Señor Santiago, Pamplona, Martín de Labayen y Diego de Zabala, 1653; Amor enamorado: fabula de Psiques y Cupido, Zaragoça, Diego Dormer, 1655; Vida de Santa Isabel, Infanta de Ungria, Zaragoza, Diego Dormer, 1669.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, secc. Órdenes Militares, Alcántara, Testamento de Juan de Funes y Villalpando, I marqués de Osera, otorgado en Zaragoza ante Dionisio Sánchez, 26 de agosto de 1640 (en exp. de su bisnieto Manuel de Villanueva, marqués de Villalva, n.º 1622); Archivo General de Indias (Sevilla), secc. Indiferente, ms. 161, n.º 1, 247, Relación de los servicios militares del capitán Francisco Molino, 1645; Real Academia de la Historia, secc. Papeles varios de Aragón, siglos XVI y XVII, ms. 9-5703, Memorial de servicios de D. Juan de Funes y Villalpando, s. f..

B. J. Feijoo, Teatro crítico universal, vol. V, Madrid, Blas Morán, 1778, págs. 350-366; F. Latassa y Ortin, Biblioteca nueva de los escritores aragoneses que florecieron desde el año 1500 [hasta 1798], Pamplona, J. de Domingo, 1798- 1802; C. A. de la Barrera y Leirado, Catálogo bibliográfico y biográfico del teatro antiguo español, desde sus orígenes hasta mediados del siglo XVIII. Madrid, M. Ribadeneyra, 1860, pág. 164; J. F. Andrés de Uztarroz, Aganipe de los cisnes aragoneses celebrados en el clarín de la fama. Historia en verso de los poetas aragoneses que su autor dejó manuscrita y que fue publicada por primera vez en Amsterdam (1781), Zaragoza, Comas Hermanos, 1890, pág. 113; M. Parets, “De los muchos sucesos dignos de memoria que han ocurrido en Barcelona y otros lugares de Cataluña entre los años de 1626 a 1660”, en Memorial Histórico Español: Colección de documentos, opúsculos, y antigüedades que publica la Real Academia de la Historia, vols. XX-XXV, Madrid, 1891-1893; G. García Ciprés, “Los Funes y Villalpando, señores de la Baronía de Quinto”, en Linajes de Aragón (Huesca), vol. 6, 4 (1915), págs. 61-67; B. de Valdeolivos, “Títulos de Aragón”, en Linajes de la Corona de Aragón (Huesca), vol. 1, 7 (1918), págs. 193-194; S. Cunchillos Plano, “Algunas vicisitudes del oficio del Maestro Racional de Aragón en Zaragoza (siglo XVII)”, en Revista de Historia Jerónimo Zurita (Zaragoza), 29-30 (1976-1977), págs. 163-176; R. Fantoni Benedí y P. Sanz Camañes, “El estamento nobiliario en las Cortes de Zaragoza, 1645-1646: mercedes obtenidas y notas genealógicas”, en Hidalguía (Madrid, Instituto Salazar y Castro), 260 (1997), págs. 77-96; VV. AA., Personajes de la Historia de España, vol. V, Madrid, Espasa Calpe, 1999, pág. 692.

 

Juan Luis Sánchez Martín

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