Velázquez, Velasco. Señor de Velada (II). Ávila, s. t. s. XIII – 1307. Noble, juez del Rey, arcediano y deán de la Catedral.
Hijo de Blasco Fortún, alcalde de Ávila en 1225 y origen de los Dávila, señores de Velada.
En 1271 Alfonso X donó al primogénito del linaje, Blasco Gómez, su criado y escribano, el lugar denominado Atalayuelas del Guadierva, al que el Monarca puso por nombre Velada. Al fallecer Blasco Gómez sin hijos, Velada pasó a su hermano Velasco Velázquez, sin duda el miembro más destacado de todo el linaje Dávila, señores de Velada, tanto por los cargos que ejerció —juez del Rey en Ávila entre 1283 y 1289, arcediano (1297-1303) y deán de la Catedral de Ávila (1303-1307)— como por la serie de importantes donadíos que recibió en el extremo meridional del amplio alfoz del concejo de Ávila, al igual que Velada, y las compras que efectuó.
El favor real se manifiesta a partir de 1275, año en que Velasco Velázquez recibió de Alfonso X el heredamiento de Guadamora. Pero, sin duda, fue el año 1276 el más fecundo, pues recibió un total de siete importantes donadíos. El 10 de febrero el Monarca le hizo merced del lugar llamado Iglesuela del Guadierva, que en adelante se denominará Florida. Tres días después obtuvo el donadío de Segura, junto al berrocal de La Calera, para que lo poblara con los que quisiere. Al día siguiente, el 14 de febrero, Alfonso X le donó cierto lugar entre Segura y Guadamora. En junio del mismo año se registraron tres donaciones más: los días 24, 27 y 28, respectivamente, recibió el lugar de Tórtoles, a partir de ahora llamado Estrada, Navas de Fortún Sancho, en adelante Campos Fríos, y la heredad de Navarrevisca, en donde se debía construir una alberguería.
Por su parte el concejo de Ávila, abundando en la política real, hizo otro tanto con los lugares de Velada y Florida, por una parte, Guadamora y Segura, por otra, y Estrada en sendos documentos fechados el 25 de abril de ese mismo año y concebidos en análogos términos que los expedidos por el Rey, esto es, concediéndole amplias facultades para impulsar la repoblación de los mismos.
Entre 1276 y 1283 las mercedes fueron más escasas.
En 1277 Alfonso X le confirmó en la posesión del lugar llamado Arroyo de la Figueruela, que previamente había comprado a García Gil de Talavera. En 1278 le dispensó del pago de las tercias de los diezmos de la Iglesia radicadas en sus heredamientos. Finalmente, el 21 de agosto de 1280 Alfonso X, en reconocimiento de los servicios prestados por Velasco Velázquez en la hueste de Granada, le confirmó todos los heredamientos que le había concedido en el término de Ávila.
En 1283 tomó la iniciativa el concejo de Ávila y el 1 de febrero donó a Velasco Velázquez el lugar de San Adrián “por mucha ayuda e mucha guarda e mucho plazer que rrecebimos de Velasco Uelásquez, juez del rey e del inffante don Sancho, e sennaladamientre porque nos dexó el heredamiento que auíe ribera de Tormes, que es muy grand e muy bueno, para quel partiéssemos”. Esta donación o cambio efectuado por el concejo, que permitió a Velasco Velázquez ampliar el marco geográfico de sus posesiones al norte del Sistema Central, fue confirmada por Sancho IV el 8 de julio del mismo año, y cinco años después, en 1288, le hizo merced de la heredad de Salobroso. En 1307, año de su muerte, recibió de Fernando IV otra heredad en plena sierra de Ávila, cuyos límites se especifican.
A estos donadíos hay que añadir, finalmente, las compras de bienes raíces de desigual extensión y composición que Velasco Velázquez efectuó entre 1284 y 1302, todas ellas en el lugar de Serranos de Avianos, hoy despoblado, situado cerca de San Adrián, y en Cornejos.
Velasco Velázquez murió sin dejar descendencia directa, por lo que el señorío de Velada, núcleo principal de sus posesiones, lo heredó su sobrino nieto Sancho Sánchez Dávila, quien solicitó su confirmación como tal heredero a Fernando IV. Las propiedades que había adquirido en Serranos de Avianos, en Cornejos y en Villar se las dejó al Cabildo de la Catedral, dada su condición de arcediano y deán de la misma, como pone de manifiesto el Libro Becerro de la hacienda del Cabildo de 1303.
Los descendientes de Sancho Sánchez Dávila, III señor de Velada, se fueron sucediendo en el señorío por línea directa de varón, siéndoles confirmados sus privilegios por los sucesivos monarcas castellanos. Esta regularidad en la sucesión se rompió con Catalina Dávila, IX señora de Velada, quien casó con el VI señor de San Román, también llamado Sancho Sánchez, uniéndose las dos casas en el hijo de ambos Gómez Dávila, quien se vio agraciado por Felipe II con el título de marqués de Velada. Su nieto y sucesor, del mismo nombre, fue consejero y mayordomo del citado Monarca, y recibió de Felipe III la dignidad de Grande de España.
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José Ignacio Moreno Núñez