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Basilio Ponce de León y Varela

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Biografía

Ponce de León y Varela, Basilio. Granada, 1570 – Salamanca, 28.VIII.1629. Religioso agustino (OSA), teólogo, catedrático de Prima y canciller de la Universidad de Salamanca, escritor.

Sus padres, Rodrigo Ponce de León, III conde de Bailén, y Mencía Varela, prima de fray Luis de León, eran oriundos de la villa de Belmonte (Cuenca). Durante su niñez y primeros años de adolescencia tuvo una excelente preparación intelectual, que le permitió ingresar, con sus quince o dieciséis años, en la Universidad de Salamanca para estudiar, muy probablemente, Leyes, que era la carrera seguida, casi siempre, por los hijos de familias nobles.

En Salamanca se encontraba el primo de su madre, fray Luis de León, en lo más alto de su prestigio académico.

Allí fray Basilio, al acabar los estudios jurídicos o quizá al mismo tiempo, siguió también los de Teología, en cuyas clases, sin duda alguna, oyó a su propio tío, a quien tuvo la oportunidad de acompañar muy de cerca, sobre todo en los últimos años de su vida, ya que, al parecer, estuvo residiendo en el convento. Ciertamente consta que lo acompañó cuando éste se trasladó a Madrigal para la celebración del capítulo provincial en 1591 y fue testigo ocular de su muerte el 23 de agosto del mismo año, a los nueve días de haber sido elegido provincial.

Vuelto a Salamanca, lo primero que hizo fue manifestar a la comunidad agustiniana su voluntad de ingresar en el convento. No hace falta decir que su decisión fue recibida con gran satisfacción por parte de todos. Y, efectivamente, pocos días después iniciaba el noviciado; al año siguiente, el 10 de septiembre de 1592, día en que la Orden celebraba la fiesta de San Nicolás de Tolentino, emitía su profesión religiosa. El hecho de que poco después de profesar fuese enviado a otro convento, probablemente el de Santa Catalina de Badaya (Álava), permite asegurar que antes de entrar en el noviciado tenía terminados o casi terminados los estudios teológicos.

Su nombramiento como lector de Gramática indica la actividad docente que allí hubo de desempeñar.

Por otra parte, el alto concepto que de él tenían los miembros de la comunidad aparece ya en el año mismo de noviciado, cuando, en una reunión comunitaria, tenida el 18 de junio de 1592, se acuerda “que Fr. Basilio pueda imprimir el Libro sobre Job del M.

Fr. Luis, el qual había puesto en orden el dicho Fr.

Basilio”. Una prueba más de esto fue la resolución tomada en otra consulta, celebrada el 29 de noviembre de 1593: en ella se pedía al padre provincial que “diese licencia a Fr. Basilio de León (que se encontraba en el convento de Badaya) para que venga a este convento (de Salamanca) a concertar los papeles del M. Fr. Luis”. Estos papeles eran los del segundo tomo de las obras latinas del maestro León.

En 1602 fray Basilio se encontraba en Alcalá de Henares, dando clases de Teología. La noticia la da el padre Aste en estos términos: “Leía Teología en esta Universidad y Colegio de San Agustín el admirable y nunca bien alabado Fr. Basilio Ponce de León. Admiró a la Universidad con su ingenio, donde estuvo muchos años leyendo Teología. Después fue a Salamanca”.

En los años 1602 y 1603 obtuvo los grados de bachiller y de licencia en las Universidades de Sigüenza y Osma, respectivamente. Para la licencia presentó el estudio titulado De Agno typico, que, publicado en 1604, era la primera de las numerosas obras que irían viendo la luz en los años siguientes.

En 1605 se encuentra ya en Salamanca, a fin de obtener el grado de licenciado “por Santa Bárbara”, siendo su padrino el catedrático agustino fray Juan Márquez. En 1608 se presentó a la oposición a la Cátedra de Escoto, “ganándola con muchos votos de exceso” sobre los demás opositores; el 22 de marzo de 1608 tomaba posesión de ella y comenzaba su largo periplo docente en el estudio salmantino. Al año siguiente obtuvo, también por oposición, la Cátedra de sustitución de Prima de Teología; dicen las crónicas que “habiendo concurrido a esta oposición los más doctos teólogos, excedió en 71 votos al opositor que más tuvo”. El 11 de mayo de 1609 tomaba posesión de ella.

En 1612 consiguió la Cátedra de Santo Tomás, ocupándola por segunda vez el 5 de noviembre de 1616.

Hizo también oposiciones a la llamada Cátedra de Decreto, y no la consiguió por la aversión que había a que la ocupasen los religiosos. En 5 de abril de 1618 obtuvo la Cátedra de Durando, de la que pasó en 1623 a la de sustitución de Prima de Teología por segunda vez. Finalmente en 1626 consiguió la propiedad de ésta, ocupada hasta entonces por su hermano de hábito y amigo fray Agustín Antolínez, que había fallecido siendo arzobispo de Santiago de Compostela.

Es sabido que esta Cátedra era la de mayor prestigio de la Universidad.

Pero fray Basilio no sólo enseñaba desde la Cátedra sino también desde el púlpito con su predicación y “entrambas cosas las hacía con asombro de los oyentes” y ahí están para probarlo los sermones que han llegado hasta hoy. Precisamente, es ésta una de las cualidades subrayada, de modo especial, por Nicolás Antonio cuando dice que “Fr. Basilio Ponce de León, si se atiende a su erudición y al lleno de su saber en todo lo que es sagrada doctrina, a ninguno concedió ventaja. Si se consideran la agudeza de su ingenio, su amenidad, su juicio en el uso, su elocuencia nada femenil, tendría pocos que le igualen. Tanta aplicación y por tantos años a la Teología Escolástica no le estorbó ser elocuentísimo Orador y Predicador. Bien muestran sus escritos que en todo fue grande”.

A los esfuerzos y trabajos que suponían la preparación de las numerosas oposiciones y misma docencia con la muy cuidada preparación de las clases, fray Basilio Ponce de León hubo de añadir varios otros oficios y ocupaciones, que recaían en algunos miembros de especial relevancia en el Claustro universitario. Concretamente, varias veces tuvo que viajar a Madrid para gestionar importantes asuntos; ejerció también el cargo de canciller; su actuación fue decisiva a la hora de establecer en la Universidad el llamado “juramento inmaculista”, así como también en la aprobación del estatuto y juramento que establecía que las doctrinas de san Agustín y santo Tomás debían seguirse en las Cátedras de la Universidad; asumió la defensa de la doctrina de san Juan de la Cruz contra los calificadores del Santo Oficio. A todo ello, en fin, hay que añadir la redacción y publicación de sus numerosos y valiosos escritos.

En el capítulo provincial de 1624 fue elegido prior del Convento de San Agustín de Salamanca, siendo reelegido en el siguiente de 1627. Durante su priorato se llevaron a cabo importantes obras de embellecimiento del convento y, sobre todo, en la capilla mayor de la iglesia, en la que lucía un hermoso retablo, obra de los talleres de Gregorio Fernández. Gran logro suyo fue el acabar felizmente con los litigios que arrastraba, desde hacía años, la comunidad con las nobles casas de Béjar y Villa-Manrique.

Falleció en el mismo convento el día 28 de agosto de 1629, fiesta de San Agustín, siendo sepultado en el lugar más sagrado del claustro principal, el célebre “angulo de los santos”, junto al altar de Nuestra Señora del Pópolo, donde estaban enterrados algunos de los que habían muerto con fama de “santos”, y, entre ellos, su propio tío, fray Luis de León. De lo que significó su pérdida, no sólo para sus hermanos de hábito sino para cuantos conocían su valía intelectual, escribe el padre Manuel Vidal: “Cuál fuese el universal sentimiento de esta muerte lo comprueba la desusada solemnidad con que los mayores ingenios explicaron en excelentes escritos la pena que concibieron en la falta de este Héroe: cosa que no he visto practicada, sino en las exequias de Personas Reales”.

El padre Tomás de Herrera, discípulo de fray Basilio, en los años de su priorato (1635-1638) hizo grabar un elegante epitafio en latín, cuya traducción da él mismo: “Un varón de nombre esclarecido, el Maestro Fray Basilio Ponce de León, Prior desta Casa dos vezes, Cancelario de la Escuela de Salamanca, Catedrático de Prima de Sagrada Teología, rico de toda doctrina, vivo y eficaz Predicador de la Palabra Divina, dichoso prodigio de su tiempo, el año 1629, y de su edad 59, en el día consagrado al santo Padre Augustino, arrebatado al mundo se fue al cielo”.

Destruido el convento por los franceses en 1812 y profanadas muchas de las sepulturas, también se vieron afectadas las que se encontraban en “el ángulo de los santos”, donde reposaban los restos de fray Luis de León y los de su sobrino. Con motivo de la exhumación de los restos de aquél en 1856, pudieron ser identificados los de otros venerables religiosos y, entre ellos, los de fray Basilio Ponce de León. Todos ellos fueron colocados en una urna que estuvo durante muchos años en la iglesia del Convento de San Esteban, dándoles finalmente sepultura en el viejo cementerio de la comunidad dominicana.

 

Obras de ~: De agno typico, liber unus, Matriti, 1604; Primera Parte de Discursos para todos los Euangelios de la Quaresma, Madrid, 1605; De la Primera Parte de Discursos para differentes Euangelios del año. Tomo segundo, Salamanca, 1606; Variarum disputationum ex vtraque, Theologia Scholastica et Expositiva, Pars Prima, Salmanticae, 1611; Tractatus de impedimentis Matrimonii, sive commentarius ad decem Gratiani causas; Salmanticae, 1613; Sermón de la Concepción, Salamanca, 1616; Sermones de la Puríssima Concepción de la Virgen y de la S. M. Teresa de Jesús y del Santo Thomás de Villanveva, Salamanca, 1620; Sermón en la Fiesta de la naval de Lepanto, Salamanca, 1620; Disputatio “de aquae in vinum conversione in Sacramento Eucharistiae”, Salmanticae, 1622; De Sacramento Matrimonii, Salmanticae, 1624; Sermón en la Fiesta de Santa Clara de Monte Falco, Salamanca, 1625; Praelectio Posthvma. De Sacramento Confirmationis, Salmanticae, 1630; Apología de San Juan de la Cruz por el P. Fr. Basilio Ponce de León, agustino, s. l., s. f. [en ed. de L. Manrique, La Ciudad de Dios (CD), 216 (2003), págs. 675-737].

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de la Universidad de Salamanca, Libros de Claustros, a. 1605-1629.

F. Montes de Oca, Fr. Basilii Legionensis fama postuma, Salamanca, 1630; T. de Herrera, Alphabetum Augustinianum, vol. I, Matriti, 1644, pág. 116; Historia del Convento de S. Augustin de Salamanca, Salamanca, Gregorio Rodríguez, 1652, págs. 420-422; M. Vidal, Agustinos de Salamanca, Salamanca, Eugenio García de Honorato, 1758, págs. 94-99; J. F. Ossinger, Bibliotheca Augustiniana, Ingolstadt-Augsburg, 1768, pág. 703; N. Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, vol. I, Matriti, Joaquin Ibarra, 1783, págs. 204-205 (trad. de G. de Andrés y M. Matilla Martínez, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999); A. Pérez Goyena, “Un episodio de la historia de la Teología española”, en Razón y Fe, 34 (1812), págs. 334-344; J. Lanteri, Illustriores viri Augustinenses. Saeculum Quartum, Tolentini, 1858, págs. 246-247; B. Moral, “Catálogo de Escritores Agustinos Españoles, Portugueses y Americanos”, en CD, XIX (1889), págs. 402-407; G. de Santiago Vela, “El P. Maestro Basilio Ponce de León”, en Archivo Histórico Hispano-Agustiniano, 16 (1921), págs. 358-363; Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana, vol. VI, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1922, págs. 339-381; I. Monasterio, Místicos Agustinos Españoles, vol. II, Madrid, Ed. Agustiniana, 1929, págs. 25-42; F. Trösch, “Das bonum prolis als Eheziel bei Th, Sánchez und B. Ponce de León”, en Zeitschrift für Katholische Theologie, 77 (1955), págs. 1-38 y 169-211; E. Domínguez Carretero, “La Escuela agustiniana de Salamanca”, en CD, 169 (1956), págs. 666-670; A. Manrique, “Ponce de León, Basilio”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, págs. 1991-1992; E. Llamas, “El agustino Basilio Ponce de León, inspirador de la Elucidatio de frases místicas de san Juan de la Cruz del carmelita Nicolás de Jesús María”, en CD, 207 (1994), págs. 251-277; L. Manrique, “Apología de San Juan de la Cruz por el P. Fr. Basilio Ponce de León”, en CD, 216 (2003), págs. 675-737.

 

Teófilo Viñas Román, OSA

 

 

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