Plasencia y Maestro, Casto. Cañizar (Guadalajara), 1.VII.1846 – Madrid, 18.V.1890. Pintor.
Hijo del médico de su pueblo natal, queda huérfano en su infancia y es recogido por un amigo del padre, el brigadier Sandoval, que lo destina a la pintura tras ver sus inclinaciones. Trasladado a Madrid en 1860, asiste a las clases de la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado y consigue incluso una bolsa de estudios, aunque los primeros datos documentales no se remontan más allá de 1864, como copista del Prado y en cuanto matriculado en dicha Escuela. El fallecimiento de su protector Sandoval en 1868 le sumerge en una etapa de trabajo duro y mal retribuido, pronto superada gracias al patronazgo del conde de San Bernardo, a quien siempre proclamó su reconocimiento.
Dentro de la primera mitad de la década de 1870 realiza alguna campaña pictórica en Galicia al lado de su condiscípulo Francisco Pradilla Ortiz, y allí les llama a ambos el primer director de la recién creada Academia Española de Bellas Artes en Roma (1873), José Casado del Alisal, invitándoles a opositar para la que será asimismo primera promoción de artistas en dicha institución, y de la que en efecto ambos formarán parte. Los ejercicios que tienen que superar entre octubre de 1873 y enero de 1874 son un boceto de la Aparición de Santiago al rey don Ramiro, un estudio de Figura (desnudo del natural) y un grupo del Rapto de las sabinas. La etapa de pensión (1874-1877) le ocupa en los envíos reglamentarios consistentes en la copia del Isaías de Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina y dos Estudios de academia al lápiz (uno de ellos copia de la Venus Capitolina) para el primer año, Juegos de amor para el segundo y el gran cuadro de historia Origen de la República romana durante el tercer año; esta última obra le conseguirá una de las primeras medallas en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1878 y una tercera medalla y la Cruz de la Legión de Honor en la Universal parisina de ese mismo año.
Aunque de natural bondadoso y franco, por la rudeza y vehemencia de su carácter Plasencia no gustaba de recibir consejos de nadie, lo que le condujo a enfrentamientos con el director de la Academia hasta el punto de ser apartado temporalmente de la pensión.
Su etapa final en Madrid —truncada por la temprana muerte ocasionada por una pulmonía— supone un grado de reconocimiento suficiente para ser nombrado jurado en alguna de las exposiciones nacionales (concretamente la del año de su fallecimiento, 1890) o en oposiciones y calificaciones de envíos de la Academia de Roma. Por lo mismo consigue algunas condecoraciones, entre las cuales está la Gran Cruz de Isabel la Católica por su labor en San Francisco el Grande o la de Santiago de Portugal por los trabajos ejecutados para el Monarca de ese país.
Junto a la más convencional ocupación en encargos existe en su biografía un dato de interés para la historiografía de la pintura del momento: su intento de crear una colonia artística en la localidad asturiana de Muros de Pravia, consecuencia de sus campañas veraniegas, a partir de 1884, con un nutrido grupo de pintores amigos tanto o más que discípulos de sus clases en el Círculo de Bellas Artes.
En lo referente a su producción de este último período, hay intervención del pintor en ese importante encargo de pintura decorativa que es San Francisco el Grande de Madrid, cuyo comitente, no obstante la temática religiosa, es la ya secularizada Obra Pía de los Santos Lugares en España, dependiente del entonces Ministerio de Estado y hoy bajo responsabilidad del de Asuntos Exteriores. Y el hecho de que Plasencia sea nombrado aquí ayudante o auxiliar del director artístico de las obras pictóricas Carlos Luis de Ribera, aunque es a propuesta de este último, parece una concesión del entonces ministro de Estado, marqués de la Vega de Armijo, que fuera antiguo protector del artista. Hace también pintura decorativa e igualmente compartida con otros, en el madrileño palacio del marqués de Linares (hoy Casa de América) y en el asturiano (de Cudillero) palacio del Pito (en este caso con Manuel Domínguez, también presente en los anteriores encargos colectivos). De su pintura de caballete cabe resaltar la de costumbres y tipos asturianos —consecuencia del dato biográfico de la frustrada colonia artística— pero también algunos retratos que oscilan desde incluso los de los reyes Alfonso XII y María de las Mercedes, hasta bellas Cabezas femeninas con carácter de estudio de tipos populares. Su pintura, en fin, aun formando parte de la de los maestros de la segunda generación de pintores de historia (los nacidos en torno a 1845) se caracteriza específicamente por la fuerza de su colorido y la amplitud de su dibujo, que mira de reojo la grandiosidad miguelangelesca o que —en palabras de la Academia de San Fernando al informar sobre su retrato del también pintor Germán Hernández— es “dibujo sobrio y grande”.
Obras de ~: Retrato de Ramón Sandoval, c. 1868; Retratos del duque y la duquesa de Tetuán, c. 1870; San Antonio, c. 1870; Aparición de Santiago al rey don Ramiro (boceto), 1873: Estudio de figura (desnudo del natural), 1873; El rapto de las sabinas, 1874; Un mercado en Galicia, 1874; Retrato del pintor paisajista Jaime Morera, 1875; Isaías de Miguel Ángel en el techo de la Sixtina (copia), 1875; Juegos de amor (Venus y Cupido), 1876; Motivo decorativo (Venus y Cupido), c. 1876; Origen de la República romana, 1877; El descanso del artista, c. 1877; Retrato del arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amoroso, 1878; Retrato de Alfonso XII, 1878; Retrato de la reina Mercedes, 1878; Pintura decorativa del Palacio de Linares en Madrid (Casa de América): La Noche [en el dormitorio], 1880; El Tocador de Venus [en el cuarto del tocador anexo al dormitorio], c. 1880; Psiquis conducida al Olimpo, c. 1884, Blasón, 1884, Nobleza, 1884, Venus aérea y Venus Anacreóntica [en el salón principal], c. 1884; y Scherzi de amore (Juego de amorcillos) y Celaje con palomas [en sendas salas de la tercera planta], s. f.; Pintura decorativa en San Francisco el Grande de Madrid: con C. L. de Ribera, Boceto general de la gran cúpula, c. 1881; Nuestra Señora de los Ángeles y los evangelistas San Mateo y San Juan, además de dos grupos de arcángeles [en tres de los plementos de la misma gran cúpula], 1881- 1883; Institución alegórica de la Orden de Carlos III y Concierto celestial angélico o Apoteosis de la institución de la Orden de Carlos III [en el testero y la cupulita, respectivamente, de la capilla de Carlos III], 1886; con C. L. de Ribera, Muerte de San Francisco [en el coro], y su boceto, 1882-1887; Pintura decorativa en el Palacio del Pito en Cudillero (Asturias), 1884-1889; Ménade y Asunto mitológico (¿Venus y amorcillos?), c. 1884; Desembocadura del Nalón, 1884; Adán y Eva (tipos asturianos), c. 1884; San Esteban de Pravia, 1885; La fuente del Castañeu en San Esteban de Pravia, 1885; Echando el filu, 1885; ¡Dios mío! ¿arribará?, c. 1885; Las lavanderas, 1886; Campesinas descansando, c. 1886; La enamorada de Dios, 1887; El Mentidero, 1888; Campesina asturiana, 1888; La vuelta del trabajo, c. 1888; En la fuente de Roque, c. 1888; Dafnis y Cloe, c. 1888; Escena teatral romana, 1889; Sacras del altar mayor y sus dibujos preparatorios al carbón, 1889; La joven del pañuelo rojo, 1889; “Manola” o joven con mantón, c. 1889; La madre, s. f.; Retrato de Juan Bravo Murillo, s. f.; Retrato del pintor Germán Hernández Amores, s. f.; Retrato de Hipólito Rossy, s. f.; Retrato de Bernardo Rico, s. f.
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Esteban Casado Alcalde