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Baltasar del Charco Horqués

Biografía

Charco Horqués, Baltasar del. Granada, 12.XI.1887 – Málaga, 17.VIII.1936. Religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH), siervo de Dios.

Era hijo de Juan Bautista Charco Medina y María de la Concepción Horqués Fernández, muy cristianos, honrados y distinguidos. Fue bautizado con el nombre de Antonio Ramón Diego, seis días después del alumbramiento. El sacramento de la confirmación lo recibió en 1897 y la primera comunión la tomó en la Basílica san Juan de Dios. Sus padres, dedicados al comercio, eran bienhechores del asilo-hospital de San Rafael, de Granada, y tenían la Carta de Hermandad de la Orden Hospitalaria. La familia recuerda que, de pequeño, Baltasar era muy travieso, juguetón y poco estudioso, pero muy bueno, porque al mismo tiempo era de carácter afable y caritativo, gustándole compartir dulces o lo que tenía entre los pobres. Asistía al colegio Jesús Nazareno, de la misma ciudad de Granada. “Hasta ingresar en la Orden prestó servicio como dependiente de comercio, en casa de un cuñado”.

“Frecuentando de muchacho —según su hermana Carmen— la casa Hospital de Granada nació su vocación y decía: quiero ser hospitalario y verme en una sala grande en medio de muchos enfermos.” A los diecisiete años solicitó el ingreso en la Orden Hospitalaria y entró como aspirante, en 1904, en Ciempozuelos.

Tomó el hábito el 6 de enero de 1905. Al año siguiente, el 18 de noviembre de 1906, emitió la profesión de votos temporales en Ciempozuelos. Siguió los estudios oficiales de enfermería y estuvo destinado primero en Sant Boi de Llobregat, de donde pasó a Carabanchel Alto para prepararse y emitir los votos solemnes el 27 de febrero de 1910. Con posterioridad formó parte de distintos centros hospitalarios de España en diversas ocasiones: Sant Boi, Pamplona, Barcelona, Ciempozuelos, Madrid, Santa Águeda de Guipúzcoa, Palencia, Valencia, Granada, Santurce y Málaga.

El siervo de Dios Baltasar del Charco era un religioso ejemplar, muy hospitalario y exacto en sus responsabilidades como enfermero, que no sólo las cumplía, sino que las hacía cumplir con exactitud, en especial cuando se trataba de los tratamientos en favor de los enfermos.

En los primeros meses del año 1936 se incorporó a la comunidad y hospital San José de Málaga, donde participaba en la asistencia de los enfermos y estaba encargado de la farmacia. Sacándolo “entre insultos” de entre los enfermos mientras estaba dedicado a darles la cena como los demás. El testigo Lucio Pedrosa vio los cadáveres y el siervo de Dios Baltasar Charco “tenía las manos crispadas y levantadas”; y escuchó a los milicianos que decían: “Éste, cuando le tiraban, todavía gritaba ¡Viva Cristo Rey!” De esta manera, el siervo de Dios Baltasar del Charco murió a la edad de cuarenta y ocho años y treinta y uno de vida como hermano de san Juan de Dios. Sus reliquias reposan en una cripta, en la capilla del Santísimo de la Agonía, preparada (1941) en la catedral de Málaga por el obispo diocesano monseñor Balbino Santos Olivera para acoger a las víctimas de la persecución religiosa de 1936-1939.

Abierta su causa de muerte por martirio en la diócesis de Málaga (1995) y aprobado el Proceso diocesano en Roma, sigue su curso de estudio ante la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano.

 

Bibl.: O. Marcos Bueno, Relación de los sucesos acaecidos en el Sanatorio de San José, de la ciudad de Málaga, durante la dominación marxista, Palencia, Editorial Hospitalaria, 1937; O. Marcos Bueno, Testimonio Martirial de los Hermanos de san Juan de Dios en los días de la persecución religiosa española, Madrid, Editorial Hospitalaria, 1980; Postulación Orden Hospitalaria, Causa de Canonización por martirio, Malacitana, Copia Pública del Proceso diocesano, 1996; F. Lizaso Berruete y J. L. Gutiérrez, Positio an constet de martyrio, ejusque causa, Roma, Ciclostil, 2000.

 

José Luis Martínez Gil, OH

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