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Beato Enrique Beltrán Llorca

Biografía

Beltrán Llorca, Enrique. Villarreal (Castellón), 14.XI.1899 – Calafell (Tarragona), 30.VII.1936. Religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH), beato.

Era hijo de Ramón Beltrán Rehmunt, soldador de oficio, y de Concepción Llorca Artels, matrimonio cristiano y de mediana posición económica. Fue bautizado dos días después de haber nacido, el 16 de noviembre de 1899, y se le impuso el nombre de Enrique. El obispo de Tortosa, Pedro Rocamora, le administró el sacramento de la confirmación. Frecuentó el colegio de los padres Franciscanos en Villarreal, donde adquirió una buena formación y educación; estuvo muy vinculado a varias asociaciones católicas: Orden Tercera de san Francisco, Congregación de la Inmaculada, a la Adoración Nocturna, siendo asiduo participante de las mismas y cumplidor de sus prácticas y funciones religiosas. Incluso fue sacristán del santuario de san Pascual Bailón, que cumplía con celo y piedad. Era un joven de buen carácter, con buenos amigos, afable, y compasivo por sensibilidad de los necesitados y pobres, a quienes ayudaba en la medida de sus posibilidades. Esto le dispuso a la vocación hospitalaria. Muy absorbido por sus compromisos devocionales, al fin se decidió a escuchar la voz interior y, con treinta y seis años de edad, solicitó el ingreso en la Orden Hospitalaria de san Juan de Dios. El 7de diciembre de 1935 ingresó en el Postulantado de la Orden en Sant Boi de Llobregat, juntamente con su amigo el también beato Domingo Pitarch.

La primera experiencia hospitalaria directa fue positiva, por lo que pasó a la casa del Noviciado en Calafell, donde el 6 de marzo de 1936 tomó el hábito canónico, con el nombre de fray Enrique. Desde el 22 de julio de 1936, en que fue incendiada la iglesia del pueblo de Calafell, se vivía en el sanatorio un ambiente muy tenso, con registros, amenazas, eliminación de signos religiosos, etc. De hecho, el 25 julio por la tarde exigieron las llaves y se adueñaron del sanatorio; los hermanos seguirían hasta que llegara otro personal. El 30 de julio, día para dejar el Hospital, se celebró la Misa “muy de madrugada” y comulgaron todos. Sobre mediodía abandonaban la Casa en dos grupos. El beato Beltrán fue a la estación de San Vicente con el superior beato Julián Carrasquer, que al salir entonó el Magnificat y todos cantaron con él; en la estación fueron apresados y llevados al pueblo vecino de Vendrell; en una camioneta se los llevaron dirección a Barcelona. Mientras viajaban, el beato Corres les dijo: “Hijos míos, ahora nos van a matar; haced un acto de contrición, que os voy a dar la absolución, y absolvió a todos”. Pasado un kilómetro y medio de Calafell, muy próximo a la finca denominada “Corral del Rión”, fueron obligados a bajar de la camioneta. Colocados en fila junto a la cuneta, uno gritó “¡Viva Cristo Rey!”, que fue coreado por todos, y sobre las seis-siete de la tarde fueron asesinados catorce hermanos de san Juan de Dios, entre ellos el beato Enrique Beltrán.

Beltrán al morir tenía treinta y siete años de edad y era novicio de casi cinco meses como hermano de san Juan de Dios. Los vecinos de Calafell recogieron aquella misma tarde los cadáveres y los subieron al cementerio, donde todos juntos fueron sepultados al día siguiente. Los días 11-14 de febrero de 1992, antes de su beatificación, se llevó a cabo el reconocimiento, tratamiento de conservación y colocación de los restos en sendas urnas, que fueron acomodadas en otra capilla de la misma iglesia de Sant Boi de Llobregat. La urna con las reliquias del beato Enrique Beltrán quedó identificada con su nombre, fecha de su nacimiento, muerte y beatificación. Abierta su causa de muerte como martirio en la curia diocesana de Barcelona (1948) y aprobada en Roma el 14 de mayo de 1991, fue beatificado el 25 de octubre de 1992 en un grupo de setenta y un hermanos de san Juan de Dios. Su fiesta litúrgica se celebra el 30 de julio como Mártires de la Hospitalidad.

 

Bibl.: O. Marcos Bueno, Los mártires del Sanatorio Marítimo de San Juan de Dios de Calafell (Tarragona), Palencia, Editorial Hospitalaria, 1937; R. M. Saucedo Cabanillas, Beatificationis et Canonizationis seu Declarationis martyrii [...], Barcelona, Arzobispado, 1948; O. Marcos Bueno, Testimonio Martirial de los Hermanos de san Juan de Dios en los días de la persecución religiosa española, Madrid, Imprenta Héroes, 1980; F. Lizaso Berruete, Testigos de la misericordia hasta el martirio, Madrid, Fundación Juan Ciudad, 1992.

 

José Luis Martínez Gil, OH

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