Mejías Jiménez, Ángel Luis. Ángel Luis Bienvenida. Sevilla, 2.VIII.1924 – Madrid, 3.II.2007. Torero.
El quinto hijo torero de Carmen Jiménez Álvarez y Manuel Mejías Rapela, utilizó, al igual que sus antecesores y hermanos, el apodo Bienvenida.
Criado en un ambiente muy taurino, Ángel Luis toreó a los seis años un becerro en la ganadería de José Anastasio Martín. Estoqueó su primer novillo el 29 de agosto de 1934, en El Escorial, alternando con sus hermanos Manolo, Pepe y Antonio, que ese mismo día también lidió su primer becerro. Finalizada la Guerra Civil, que la familia pasó en diversas ciudades de España y del extranjero, toreó por primera vez de luces el 27 de agosto de 1939 en Cuenca. Actuó en diversas becerradas hasta debutar con picadores el 13 de abril de 1941, en Valladolid. En 1942 toreó nueve novilladas en Barcelona.
El 25 de julio de 1943 se presentó de manera muy brillante en Madrid; de esa novilla, el crítico K-Hito escribió en el semanario Dígame: “Sea bienvenido el nuevo Bienvenida, augurio de que la solera dinástica no se extingue”. Repitió actuación en la Monumental madrileña el 8 de agosto, y de nuevo cortó una oreja.
Antonio Bellón escribió en el diario Pueblo: “Manolo Bienvenida, el amor propio y la alegría. Pepe, el torero que todo lo sabe. Antoñito, la elegancia. Y Ángel Luis, lo que le faltaba a la casa. Un gitano, original y templado”.
Tomó la alternativa en Madrid el 11 de mayo de 1944, con sus hermanos Pepe y Antonio como padrino y testigo, respectivamente, de la ceremonia. El toro del doctorado se llamó Rosquillero, y pertenecía al hierro de Arturo Sánchez Cobaleda. El 24 de mayo siguiente triunfó en Las Ventas, de nuevo con sus hermanos Pepe y Antonio, que también fueron sacados a hombros por la puerta de cuadrillas. Sobre este festejo escribió Federico Alcázar en el diario Madrid, en fragmento recogido, como todos los anteriores, por María de la Hiz Flores: “¿Qué hizo Ángel Luis en aquellas dos famosas novilladas? Yo no lo sé porque no tuve la suerte de verle; pero sí lo que hizo ayer en esta corrida, en la que sus dos hermanos se remontaron a la cumbre del éxito, me explico la expectación que ha despertado este torero. En Ángel Luis hay un gran artista del toreo”. De todos los hermanos, éste era el que realizaba un toreo más influido por la vertical estética de Manolete.
Toreó muy poco en los años siguientes, en una trayectoria digna pero descendente. En octubre de 1950 viajó a Colombia, donde vivió varios años dedicado a negocios madereros. Dice De la Hiz Flores: “En 1952 ya le absorbe por entero la aventura de la selva, y en ella despliega gran actividad y capacidad, logrando provechosos frutos y pasando también molestias y sustos, pues ha de dormir rodeado de fuego y ha de matar serpientes, librándole de peligrosos trances su buena puntería”. El 15 de febrero de 1953 toreó una corrida en Medellín, dos en 1954 en Bogotá y tres en 1956 (en las plazas de Quito, Cartagena de Indias y Bogotá). La última de su vida la toreó en Ceret (Colombia), el 1 de enero de 1957, mano a mano con su hermano Antonio.
De regreso a España, se convirtió en apoderado de su hermano Juan y, más adelante, de Julio Robles, entre otros matadores. El 16 de septiembre de 1984 estoqueó un toro a puerta cerrada en San Sebastián de los Reyes (Madrid), para celebrar el sesenta aniversario de su nacimiento.
Cossío escribió sobre este torero: “Ángel Luis ha sido un caso típico de víctima de un espejismo taurino muy explicable en el ambiente saturado de torería de su casa. Sus primeras actuaciones, llenas del celo de triunfar, pudieron engañarle y engañarnos, pero la tensión era insostenible y había de romperse.
Alegre, inteligente, caballeroso, su personalidad humana era resumen de las virtudes de los de su casta.
Pocas veces la simpatía y la bondad se habrán conjugado tan armónicamente como en Ángel Luis Bienvenida”.
Después de Ángel Luis también toreó su hermano Juan Bienvenida (Sevilla, 31 de julio de 1928-Navalagamella, Madrid, 30 de abril de 1999), que tomó la alternativa en Barcelona el 24 de abril de 1955, de manos de César Girón —le cedió el toro Chorlito, de Ignacio Sánchez— y en presencia de Pedro Martínez Pedrés. Juan confirmó el doctorado el 16 de septiembre de 1956, de manos de Alfonso Merino y en presencia de José María Recondo. El toro de la ceremonia se llamó Bandolero y era de la vacada de Flores Albarrán.
Tan prolífica dinastía de toreros finaliza con Miguel Bienvenida, hijo de Ángel Luis, fruto de su matrimonio con Carmen Álvarez-Buylle, que también toreó en la década de 1980 algunas novilladas.
Bibl.: L. de Armiñán, Don Manuel Mejías. El Papa Negro. Vida y novela de un matador de toros, Madrid, Biblioteca Nueva, 1953 (1999); A. Vera, Los Bienvenidas, Madrid, Gráficas Barandilla, 1958; J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. IV, Madrid, Espasa Calpe, 1961, pág. 575; C. Guillén (seud.), Dos dinastías famosas de toreros. Los Bienvenida. Los Dominguín, Madrid, A. Vasallo, 1961; C. Jalón, Memorias de “Clarito”, Madrid, Guadarrama, 1972; F. Mira, Antonio Bienvenida. Historia de un torero, Madrid, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid, 1977; A. Santainés Cirés, La dinastía de los Bienvenida, Barcelona, Mira Editores, 1988; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; R. Gómez López- Egea, Antonio Bienvenida, Madrid Ediciones Palabra, 1990; J. L. Suárez-Guanes, Madrid-Cátedra del toreo (1931-1990), Madrid, Espasa Calpe, 1990; C. Abella, Historia del toreo, vol. II, Madrid, Alianza Editorial, 1992; M. de La Hiz Flores, Bienvenida. Dinastía torera, Madrid, Espasa Calpe, 1993; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.); A. C. Saiz Valdivielso, “Mano a mano con Ángel Luis Bienvenida”, en Clarín Taurino, Bilbao, Ediciones Laga, 1997; J. L. Ramón, Todas las suertes por sus maestros, Madrid, Espasa Calpe, 1998.
José Luis Ramón Carrión
