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Josep Pijoan Soteras

Biografía

Pijoan Soteras, Josep. Barcelona, 22.VIII.1879 – Lausana (Suiza), 16.VI.1963. Historiador y tratadista del arte, arquitecto, poeta y ensayista.

Cursó la carrera de Arquitectura en Barcelona y en su época de estudiante frecuentó el Centre Escolar Catalanista y ambientes literarios y artísticos en los que entabló amistad con Eduardo Marquina, Luis de Zulueta y Joaquín Torres-García. Meses antes de obtener el título de arquitecto, en 1902, por motivos de salud, el joven Pijoan pasó largas temporadas de convalecencia en una masía del Montseny. Profundizó su cultura humanística con lecturas incesantes y se dejó imbuir por el sentido del paisaje que empezó a plasmar en un género de poesía idílica, de estética próxima al cancionero popular. Unas primeras muestras de sus poemas publicadas en la revista Pèl i Ploma le procuraron el encuentro con el poeta Joan Maragall.

Pese a la diferencia de edad y de temperamento iniciaron una amistad sincera y fructífera puesta de manifiesto a través de un denso epistolario. Maragall prologó con unos versos el único libro de poemas publicado por Josep Pijoan, El Cançoner (1905).

Muchos años después de la muerte del poeta, Pijoan recogió sus recuerdos en El meu Don Joan Maragall (1927). Entre 1903 y 1904 realizó un viaje de aprendizaje por diversas ciudades italianas intensificando su formación artística y literaria. Sus cartas personales y las interesantes crónicas sobre temas artísticos, históricos y políticos que escribió para La Veu de Catalunya ponen de manifiesto sus intereses culturales y sus contactos con personalidades como Pio Raina, Adolfo Venturi o Benedetto Croce. De vuelta a España realizó algunos viajes por el centro de la Península y en Madrid entró en contacto con la Institución Libre de Enseñanza y mantuvo un trato intenso con Francisco Giner de los Ríos, al que tributó un emotivo homenaje en el libro Mi Don Francisco Giner (1927). A partir de 1905 Barcelona se convirtió en su campo de actuación. En 1906 participó en calidad de secretario en la organización del I Congrés Internacional de la Llengua Catalana. Posiblemente a través de la recomendación de Hermenegildo Giner de los Ríos, Pijoan fue nombrado vocal de la Junta de Museos. En este organismo desarrolló una importante labor: participó de manera decisiva en el descubrimiento y salvaguarda de las pinturas románicas, publicó monografías y contribuyó con el traslado a Barcelona de numerosas obras de pequeñas iglesias pirenaicas a la formación del fondo originario del Museo de Arte de Cataluña. En su calidad de activista cultural Pijoan supo impulsar la iniciativa de los políticos catalanistas; en la puesta en marcha de una política museística se sirvió especialmente de Prat de la Riba, junto al que actuó en una posición indefinida a la vez de secretario oficioso y de asesor artístico. En colaboración con Antoni Rubió i Lluch elaboró asimismo un informe a partir del cual Prat de la Riba — entonces presidente de la Diputación de Barcelona— creó en 1907 el Institut d’Estudis Catalans. Pijoan fue nombrado secretario de la entidad y desde allí impulsó la adquisición de fondos bibliográficos como el de Marià Aguiló, núcleo de la futura Biblioteca de Catalunya. Preocupado por los temas educativos y de ordenación de la vida colectiva en el verano de 1907 viajó por Suiza y Alemania para informarse de políticas de estado que potenciasen las instituciones culturales.

En 1910 obtuvo de la Junta de Ampliación de Estudios de Madrid, erigida por influencia de la Institución Libre de Enseñanza, una beca para conocer museos e instituciones inglesas dedicadas al estudio de la historia del arte y a la arqueología. Simultáneamente recibió el encargo de organizar en Roma la Escuela Española de Estudios arqueológicos e históricos —creada por un Real Decreto de junio de 1910—, en la cual habían de cooperar la Junta de Ampliación de Estudios y el Institut d’Estudis Catalans. Menéndez Pidal fue nombrado director, pero parece que no llegó a ejercer el cargo y Pijoan, pese a las muchas dificultades materiales, se instaló unos meses en Roma y trabajó en su puesta en marcha. De hecho Pijoan acabó su etapa de acción cultural en Cataluña después de la Semana Trágica. En el verano de 1911 volvió a Londres para seguir trabajando en la Historia del Arte que entre 1914 y 1916 le publicó en tres volúmenes la Editorial Salvat. Al inicio de la Primera Guerra Mundial se produjo la expatriación definitiva de Pijoan.

Se ha insinuado a veces su radical incompatibilidad con algunas figuras eminentes de la arqueología en Cataluña para explicar los motivos de su exilio, pero en su decisión parecen haber influido no sólo unas dificultades de índole profesional sino también unas circunstancias personales. En Barcelona se enamoró de una mujer casada, Teresa Mestres de Baladia, cuyo retrato pintado por Ramón Casas había ganado un concurso celebrado por iniciativa de Eugenio d’Ors.

En compañía de Teresa, Pijoan emprendió el camino del exilio. Emigró al Canadá y en Toronto se ganó la vida como arquitecto y constructor. No fue hasta el inicio de la década de 1920 en que retomó la que había sido su primera dedicación profesional: se incorporó a la Universidad de Chicago y posteriormente al Pomona College de California como profesor de Historia del Arte e inició su labor de tratadista de grandes síntesis históricas. En 1926 salió publicado el primer volumen de la Historia del Mundo. En 1928 hizo una breve escapada a Barcelona y en una cena organizada por Lluís Plandiura improvisó una intervención —editada más tarde con el título L’obra nova— que produjo sensación por su tono de crítica. Regresó a América y, proclamada la Segunda República, residió algunos meses en Madrid, donde publicó el primer volumen de la monumental Summa Artis, una obra ambiciosa que no pudo ver concluida. Pese a su alejamiento, su desarraigo de Cataluña no fue total. En 1939, desde Chicago, redactó por encargo de Cambó el prólogo para el volumen de las pinturas románicas de la colección “Monumenta Cataloniae”. En la década de 1940 se trasladó a México y entre 1944 y 1947 publicó fragmentos de sus memorias de juventud en la revista Quaderns de l’Exili. Hasta el final de la década visitó España con cierta frecuencia debido a sus trabajos con la Editorial Salvat en Barcelona y Espasa Calpe en Madrid. Después de la muerte de su primera esposa, contrajo segundas nupcias con Geneviève Bugnion y fijó su residencia en Suiza. Allí fue a visitarle Josep Pla, que en diversas ocasiones entre 1959 y 1961 recogió de primera mano el relato apasionante de su vida. El escrito de Josep Pla es una de las fuentes más vivas e interesantes para conocer la vida de este hombre de acción, espíritu inquieto y personaje provocador, sin duda una de las figuras clave de la intelectualidad catalana de principios del siglo xx. Falleció en Lausana en 1963 justo después de ultimar el volumen que recogía los textos en verso y prosa de su producción en lengua catalana.

 

Obras de ~: El Cançoner, Vilanova i la Geltrú, J. Oliva, 1905; Les pintures murals catalanes, Barcelona, Thomas, Institut d’Estudis Catalans, fasc. I, 1907; II, 1909; III, 1919; y IV, 1921; Historia del Arte. El Arte a través de la Historia, Barcelona, Salvat, vol. I, 1914; vol. II, 1915; y vol. III, 1916; Historia del Mundo, Barcelona, Salvat, 1926-1941, 5 vols.; El meu Don Joan Maragall, Barcelona, Llibreria Catalònia [1927]; Mi don Francisco Giner (1906-1910), San José de Costa Rica, C. A. Repertorio Americano, 1927; (dir.), Summa Artis. Historia general del arte, Madrid, Espasa Calpe [a partir de 1931]; con J. Gudiol i Ricart, Les pintures murals romàniques a Catalunya, Barcelona, Alpha, 1948 (col. Monumenta Cataloniae, vol. IV); Obra Catalana, Barcelona, Editorial Selecta, 1963; Política i cultura, ed. y pról. de J. Castellanos, Barcelona, Diputació, Edicions de la Magrana, 1990.

 

Bibl.: E. Jardí, “Josep Pijoan”, en Tres diguem-ne desarrelats, Barcelona, Editorial Selecta, 1966; J. Pla, “Vida i miracles de Josep Pijoan”, en Tres biografies, Barcelona, Destino, 1968, págs. 179-355 (col. Obra completa, vol. X); J. Maragall, “Josep Pijoan i Soteras. Aproximación a un centenari”, en La Vanguardia, 11 de noviembre de 1980, y “Josep Pijoan encara”, en Avui, 7 de diciembre de 1980 (reprod. en El que passa i els qui han passat, Barcelona, Edicions 62, 1985, págs. 150- 154 y págs. 154-158, respect.); J. Castellanos, “Josep Pijoan: ideología, poètica i acció”, prólogo en J. Pijoan, Política i cultura, op. cit.; A. M. Blasco Bardas, Joan Maragall i Josep Pijoan. Edició i estudi de l’epistolari, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat,1992; P. Pijoan y P. Maragall, Josep Pijoan. La vida errant d’un català universal, Cabrera de Mar, Galerada, 2014.

 

Anna M. Blasco Bardas